Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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domingo, 5 de noviembre de 2017
Volver el tiempo atrás
Volver
el tiempo atrás,
nunca
más , no quiero sufrir con tu presencia a mi lado,
ni
un solo pensamiento de lo que fue mi vida contigo.
Te
despediste sin un adiós,
el
adiós viene de lejos, de muy antes,
largo,
claro, lo sentíamos venir.
Mi
cabeza esta inclinada,
pensando
en el sufrimiento pasado.
Sin
amor, ¿ilusión, sueño?
Quieta
ya, estás contigo misma.
Me
desarmo como una nave deshilachada,
en
penas.
Quiero
volver al pasado, pero debo estar acá,
buscando
escribir poesías de amor,
cartas
sobre mi dolor y pasión,
frases
que te erizan la piel.
Por
su amargura y pensamiento sin forma.
Volver
el tiempo atrás,
y
estas cartas deshacían como telas en desuso,
como
cenizas de la hoguera apagada.
El
amor nunca perdona a quienes saben amar.
Se
cobra su tributo, le pago sin demora,
con
el dolor de la distancia… Y ahora.
La
luna es una espada en cuyo filo duerme el amor,
ese
amor ya perdido, al cual no buscaré más,
tu
sombra de fuego enloquecido es ahora un fantasma,
sin
asideros,
horizontes
sin llegada.
Si
éramos nubes yo volaré más lejos a las altas y grises,
tú
volaras en remolinos a los algodones sin rumbo.
No
quiero ni debo volver al pasado,
esté
ya olvidado del todo.
Volver
el tiempo atrás,
La
tarde reclinada en el poniente,
cuelga
en los bordes de la blanca nueve,
llevando
mis plegarias y mi lloro.
Siento
pena por tantos sueños muertos a mis espaldas,
Siento
un dejo de lástima por ti,
mi
amor ya ido a otros lares donde la maldad te rodea.
Tú
ya no eres más mi respaldo, mi derecho,
eres
el fin, mi revés, acabemos con esto por última vez.
No
quiero saber más tu derecho y tú revés.
¡adiós!
marcha a tu paso.
Yo
iré al mío.
Trota
mapas de tersa cartulina,
que
yo galoparé mi desvarío,
para
trocar un ya por un acaso.
¡adiós
por siempre amado ausente!
me
causaste mucha aflicción y pena,
pero
ahora basta ya,
¡vete
de mi vida!
¡vete
de mis pensamientos que ya locos,
aun
lloran por ti!
Daño irreversible
Daño irreversible,
me hiciste sufrir, me heriste,
al irte si despedirte a buscar otro lar,
ya no me amas.
El amor que tú sentías por mí se ha muerto
lentamente.
Larga ha sido la agonía pero ahora mi vida es
diferente.
Lo que te regalé una mañana de noviembre,
estoy segura que nadie te lo volverá a dar,
esas dos rosas espero que en tu cuerpo
siembren la semilla.
Para que tú no me puedas olvidar.
Daño irreversible,
¿regalo, don, entrega?
Símbolo puro, definitivo, invariable,
signo de que me quiero dar.
¡qué dolor!
separarme de aquello que te entrego
y que te pertenece sin más destino
ya de ser tuyo, de ti,
mientras que yo me quedo en la otra orilla,
sola,
pero todavía te siento tan mío.
¡Cómo quisiera ser eso que yo te doy
Y no quien te lo da ahora!
Cuando te decía “Soy tuya,
Sólo tuya”
Tengo miedo a una nueva que te lleve,
en un minuto al amor entero y nuevo a ti
debido.
Daño irreversible,
un ayer no se olvida,
acunado ayer era amor.
No se olvida a una flor aunque cause una herida
y sin un adiós en partida.
causa inmenso dolor, pero es daño peor,
si no se acepta la huída
y con el alma abatida se va el mudo en rencor
y no hay salvación ni esperanza florida
y una idea indebida ve una puerta y salida
y yo con grito y clamores te pido que,
no me olvides jamás.
¡ah! Si fuera la rosa que te di,
la que estuvo en riesgo de ser otra y no para
tus manos,
mientras no llegue yo, tú la ascenderás al
irte,
deshojándola para que no recuerdes,
ya todo a salvo de otro amor u otra vida
que viviste conmigo.
Daño irreversible,
Y ahora te espero a ti, lo soñado,
flotantes marchando sobre el mudo, tratando de
encontrarme
y darme todo su amor, sus caricias, sus tibios
abrazos,
Sus besos sin fin
¡al fin desapareció el daño irreversible!
ahora puedo ser feliz, colmada de dicha,
enlazada en segundos en un cuerpo viril y
fuerte,
que me estrechara con pasión.
Miedo a perderte
Miedo a perderte
Ahora que te nombro y te reclamo,
Se aleja un rudo embarazo de silencios
Entre tu cuerpo y mi presencia.
No te vayas, tú eres para mí la vida entera
Recorres mis sentidos sin orillas.
Miedo a perderte
Eres en mi otoño un viento adolescente en primavera
En la estupre de mis cantos se levanta
Y la sangre convoca en apetencia.
Te nombro a cada instante
Y te invoco con pasión y deseo, no me dejes.
Miedo a perderte
En las duros biseles del silencio
El calor de tus hombros enlazaba
La cima de los cielos con la tierra.
Crecías hacia adentro, mi piel con tu belleza
Y al roce, y al llamado de tus ojos…
Se alzaba de mí siempre este poema.
Miedo a perderte
No me abandones, no te alejes, no te pierdas,
Te buscaré entre el follaje de tu pecado
Y en fresco temblor de tu rocío,
Reposaré la cuidad, cada recóndito lugar secreto,
Explorare el río e indagaré por el mar, por mi cantado.
Miedo a perderte
No te encuentro si me dejas sin el verde levantado
Del árbol donde pierdo mi albedrío
Ni en el viento caliente del estío
Ni en la orilla del mar enamorado.
Miedo a perderte
Y así voy por verdes de la tarde perdida
Por siempre en tu embeleso sin sentir el cercado
De tus brazos, ni ver tu fuego que en los pueblos arde,
Te llamo hasta quebrar mi voz, por eso,
Sangra mi corazón y te derramas alejándote
Sin sequia con una palabra de amor.
Miedo a perderte
Si regresas a mí, amado ausente,
El sol iluminara nuestro amor,
Y nuestra sangre con bilirrubina
Combinándose en el fuego.
Están fuertes mis manos y pasa un viento dormido
Ramos verdes que cierran mi sueño
Y torpe seré por siempre.