Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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martes, 7 de noviembre de 2017
.La Plaza del Amor
¿Por qué lugar de esta plaza
impreciso y
misterioso
se entra al interior de nuestra alma?
Es un lugar secretísimo,
leve,
amplio,
donde imperceptiblemente
se deslizan los sentimientos más íntimos,
los desconocidos
por el resto de las almas mortales,
quietas,
en sus
bancos de siempre pensando en el ayer.
Una vez,
hace tiempo,
sentí un
cosquilleo suave,
ineludible
y es que la plaza de mi alma
se había abierto hacia lo lejano,
buscando lo que más importa en la vida,
el amor que nos inunda de fe,
esperanza,
caridad.
Plaza de silencio
que nos
llega hasta el alma
sin saber de qué ruidos está hecha:
pelotas
girando,
trompos danzarines,
cometas entre árboles,
tintineando
bolitas multicolores
entre el
suave pasto.
Plaza por donde sin sombras
pasan las
letras antiguas,
lengua del paraíso,
sones
primeros,
vírgenes y en el aire del mundo
se estrenan
en los rincones
los nombres
de los gozos primeros,
que se olvidaban luego para llamarlo
todo de
otro mundo al hacerlo otra vez:
nuevo son para el
júbilo nuevo.
En ese paraíso de los tiempos del alma,
la plaza en paz deja amores
y nombres
en realidades sin huellas,
sin memoria ni en signos,
percibiéndose apenas,
nítidos y
momentáneos.
La plaza como extensión abierta
de la gracia y de la melancolía,
nos dejó
trasegar la ternura de los campos,
las
acequias del celo de la esperanza,
la tierra amedrentada y firme
como prado
de libertad,
honda muralla sin sonrojo
que corre por las venas
al seno de la comunidad.
Cerca,
muy cerca de la plaza el alma
en antiguo brocal de musgo y verde
arrebata el
deseo creciente
de las
aguas entrando despacio,
muy espacio al mirar de los ojos tiernos.
Otras sensaciones mueven en mi pecho
la plaza
dulce y virgen
que en ilusiones vuela a mis sueños
y nos
olvidamos de sus grietas,
sus baches,
sus surcos,
sus zanjas,
sus charcos
que en un mar alado
de
geográfico equilibrio
nos lleva al mundo real
y cósmico de esta vida.
Conservamos los labios
sobre el borde de sus senderos
y esperamos que nazca el verde
que refresque nuestros sentidos.
Y en el largo alumbrar del movimiento,
la plaza,
lentamente,
hace sin
sonidos las notas del silencio,
quemando
los caminos cerrados,
curvos,
para que el alma alce vuelo sin dudas,
ahogando en desazón el pensamiento,
deteniendo las horas
y la ramazón elástica del viento.
Tú,
plaza,
déjanos ir por el aire tibio y perfumado
que nos invita entre ramos verdes
que cercan
nuestro sosiego aquietando
nuestras
ansias entre laureles florecidos.
Eres tú,
plaza del alma quien corona
los vientos
serenados
y donde boga el sol
con sus cánticos unánimes,
el brillo
de nuestros bienes ya logrados,
atravesando
tus curvas,
tus rectas,
tus
círculos para que el aire llene
el vuelo de
los ángeles en la plaza del amor.
Me entrego a ti mi amor
Me entrego a ti mi amor,
te busco y anhelo tu presencia a mi lado.
Mi piel tiene el sabor de miel de tus besos
y mi cuerpo clama excitante
que vengas a mí y me amas.
Me entro a ti,
con mi alma deseosa de amor,
ahora,
en este instante,
ya,
sin esperar en vano al vacío absoluto
sin el encuentro de nuestros cuerpos unidos
como uno solo,
entre besos,
caricias,
ternuras,
mimos de ansiedad compartida
de llegar juntos a culminar
como si estuviéramos en nuestro Paraíso terrenal.
Me entrego a ti,
mi amor,
con toda mi pasión,
mi ardor otoñal,
con mi cuerpo aún deseoso
de ser poseído por ti.
Cuando estamos juntos
volamos hacia la inmensidad del horizonte
bajo la luz de las estrellas
que iluminan cada momento del amor que nos une,
nos estruja,
nos hace explotar con dulzuras,
con besos profundos,
casi sin ruido algunos,
otros melodiosos que piden más,
mucho más.
Me entrego a ti,
mi amor,
avivas mis deseos de ser tuya,
enteramente tuya y mi virginidad
te entrego en cuerpo y alma.
En nuestro lecho de amor,
entre azahares,
rosas,
amapolas,
verdes lotos recién nacidos
hicimos el amor con pujeza,
entre impulsos tanto esperados,
con vaivenes de entrelazos,
como con abrazos y suspiros
levemente respirados
entre besos
que nos llevan a nuestro mundo,
sólo nuestro.
Me entrego a ti,
somos dos en un cuerpo y dos almas,
entregados al amor con intensidad,
plenitud,
alborozo,
alegrías y risas sin fin.
Bailo entre tus brazos,
mis caderas sin quererlo se mueven solas,
bailando como si estuvieran en las mil y una
noches.
¡Qué felicidad!
¡Soy toda tuya!,
sólo tuya,
bajo el arco iridiscente de la bóveda
celeste que nos acoge secretamente
en nuestra íntima soledad.
Me entrego a ti con regocijo,
sin pudores,
ni tabúes,
con toda mi ternura,
mi amor,
mi dulzura,
enamorada de ti como de la vida.
¡Te amo!
Te esperé durante mucho tiempo
pero por fin me encontraste
con todo el arte de tu seducción,
tus palabras fueron sin saber la caricia
al interior de mi mundo
haciendo remover en mi cuerpo lo dormido,
lo que se había detenido en un lapso de la nada.
Vivamos tan sólo el Hoy,
es el que no unirá por siempre.
Experiencia nueva
Experiencia nueva,
mi alma canta,
brilla,
sutilmente expresa en esta noche
clara,
fresca,
luminosa,
lo que me embarga
al entrar al mundo de la poesía
mundial,
a la isla del verso.
Sí,
hoy,
por fin llegó el momento de vivir
sumergida
en el juego de palabras de amor
que tienden a unir a todos los
seres humanos
para que con el arte de la
poesía,
el verso,
el cuento,
la prosa narrativa,
el amor sea llevado en volandas
para que la humanidad se una
y se salve de caer en el submundo
del misterio,
del hundimiento a abismos
insalvables,
por la codicia,
la maldad de inescrupulosos seres
materialistas
que lo único que les importa
es el poder para manipular el
mundo.
¡Qué felicidad!,
poder comunicarme con mis
iguales,
con los que expresan el amor en
todas sus facetas,
enamorados de la vida que unidos
buscamos
para que el orbe se levante del
letargo
que se está iniciando desde
tiempo del ayer
para caer en el caos del vivir
sin amor,
paz, sosiego,
calma y pureza de almas.
Experiencia nueva,
única,
inesperada, plena,
que conlleva a que la imaginación
nos conduzca por senderos
florecidos de lirios blancos,
rojos, amarillos,
danzando con el viento
con sus plumajes de pétalos
finos,
leves,
como plumas de alas
de pájaros multicolores alzando
vuelo
en el aire perfumado de cielos
azules.
Experiencia nueva,
mágica,
hadas, duendes,
gnomos, sirenas,
me conducen casi sin darme cuenta
apoyando su ternura en mi cuerpo
y llevándome a ese mundo
en el que todos queremos vivir,
amándonos en todo nuestro
existir,
juntos y solos a la vez
con la conciencia de que en
nuestro interior
reina la paz en una absoluta
y noble pureza blanca,
solidaria,
comprensiva.
Experiencia nueva
en la que cada instante
se vive con intensidad total,
exuberante, exhaustiva,
creadora.
Experiencia nueva,
se acerca el mundo esperado
iniciado por la poesía,
verso de la paz y del amor,
el canto y el verbo que enamora y
sueña
en sutiles fragancias,
unidos todos hacemos un mundo sin
ingratitud,
violencia,
lágrimas y sangre.
El amor está allá arriba entre
las nubes,
en el Sol y en la Luna.
Lo importante es que lo sienta
dentro de mí,
dentro de ti,
entre los árboles,
en medio de la yerba y de las
flores.
Experiencia nueva,
la certeza de su presencia
nos debe hacer felices a todos
como símbolo de unión y de vida,
con una humanidad unida,
enlazada,
envuelta en redes de paz.
Experiencia nueva,
para que este mundo nuestro
encuentre
su verdadero equilibrio,
para que podamos vivir sin
temores,
sin inquietudes de que el género
humano
desaparezca hundido en la maldad,
el deshecho,
el deshonor de quienes por deseos
de poder maligno intentan
destruirlo
en beneficio propio.
¡Viva la vida plena
en un mundo de amor!