Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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sábado, 25 de noviembre de 2017
Te necesito
Te
necesito,
abro
mis ventanas con flores
de
múltiples colores
para
darte una señal,
un
signo
por
donde puedas encontrarme.
En mi
jardín envuelta
en un
manto de esperanza
mi
cálida voz te llama
para
encontrar tu sonrisa
cálida y sonora
detrás
de un heliotropo,
de un
alelí,
de una
rosa.
Te
necesito,
hablaré
con las mariposas,
les
mencionaré mis deseos
alumbrando
mis movimientos,
buscándote con el pulso agitado
de la
sangre
sobre
el plato frío de mi silencio,
poblado
de ecos y de sombras
como un
ave de marfil en primer vuelo.
Te
necesito,
recorre
mis sentidos sin orillas,
un
viento adolescente en primavera,
la
estirpe de mis cantos se levanta
y mi
sangre convoca tu presencia
y ahora
que te nombro y te reclamo
floto
con movimientos lentos
en el
aire,
en un
rítmico volar de dulces sueños.
Te
necesito, amor,
te
necesito más aún
cuando
los astros encienden sus lumbreras,
mientras
hallan trasluces en las tinieblas,
claridades
en secreto,
noches
que lo son apenas.
Te
necesito,
ven a
mis brazos que ansiosos te esperan,
que
cuidan su misión de fuego puro,
un
caliente perfume de cipreses
tienden
un arco de paz sobre el camino,
las nubes que sustentaban a los cielos,
sueltan
al aire pájaros al vuelo.
Te
necesito,
eres mi
ancla de oro
y
cadena de mi anhelo,
piel
que adivina el pulso de mis ojos,
cruz
que aprieta las nubes contra el cielo.
Quiero
que bajen sombras de amor
a
nuestro cielos,
circundando
nuestro mundo,
sólo
nuestro.
Te
necesito,
estoy
en tus islas encallada,
hambrienta
de amor,
soy una
llama que tu cuerpo reclama.
Es el
capricho que risueño rompe
la cerradura del secreto
que
padece mi corazón.
Ese
miedo tibio que revuela
entre
alegrías e ilusiones hacia tí,
como
alas batientes en el aire,
que
sigue y canta.
Te
necesito,
los
signos de tu voz me reclaman,
despiertan
mi ternura,
desparraman
mi alma enternecida
toda
por tus dulces palabras.
¡Te
necesito!
¡Búscame!
¡Atrápame!
¡Conquístame!
Y dame
algo que sea nuevo.
El
tiempo ya no existe,
aunque
exista la templanza
y la
experiencia de nuestras vidas,
a nuestra auténtica realidad y destino.
Sin tu amor
Sin
tu amor,
a
pesar del tiempo
y
aún en la distancia te escondes
en
mi memoria
creando un continuo dolor.
Pienso
en verte de nuevo,
sentirte
a mi lado
y
mientras más lo pienso,
más
difícil es dejarte ir.
Sin
tu amor,
a
veces una sonrisa surge de mis labios
entre
mil nostalgias de ti
y
me quedo permanente con tu mirada,
con
tus abrazos,
con
la tibieza de tu boca sobre mis labios,
me
quedo con el aroma de tu piel…
Y
me quedé sin ti,
sin
el aliento de tu voz,
sin
caricias,
sin
tu latido,
sin
tu existir.
Sin
tu amor,
parte
de mí se fue contigo
porque
viví en ti,
mi
sonrisa,
mi
ternura,
mis
latidos y mi amor.
Mi
vida sin tu amor
no
es más que el tibio abrazo
que
no volverá,
será
la soledad de estar sin ti,
yo
sin tu amor
no
sé vivir
y
me imaginaré que sigues aquí cerca,
a
mi lado y regresa
la
voz que ayer no quise dar.
Mañana…
dejaré
de pensar en ti…
cuando
estés allá
detrás
de una frágil pared de vientos,
de
cielos y de años.
Sin
tu amor,
será
la de un amante
con
un roto corazón,
mi
vida sin tu amor
es
barco en altamar,
sin
puerto, ni ilusión.
Sin
tu amor
no
es más que el invierno frío
de
mi soledad,
en
el silencio de la inmensidad,
un
alma que no encuentra su lugar.
Mi
vida sin tu amor
no
es más que el tibio amor,
no
es más que el tibio abrazo
que
no volverá,
será
la soledad de estar sin ti.
Yo
sin tu amor,
no
sé vivir.
Mi
vida sin tu amor
es
nube que se va,
tu
adiós se la llevó.
Tu
amor fue
mi
consuelo en la tristeza,
serenidad,
reposo
en la fatiga,
esperanza
en la desesperación.
Sin
tu amor
es
estar dentro de la niebla,
no
te veo,
no
te siento,
no
te tengo,
ya
no más mundo de dos.
El tercer beso
El
tercer beso,
el que se desliza sin saber a dónde,
suavemente,
como
una leve caricia tibia y cálida,
lleva
entre sus labios
el
mensaje secreto, único,
de tu
amor por mí.
Entre
tu verdad más honda y yo,
me
entregas siempre tus besos.
La
presiento cerca,
ya, la
deseo, no la alcanzo,
cuando
estoy más cerca de ella,
me
cierras el paso, tú,
te me
ofreces en los labios
y ya no
voy más allá.
Tú
triunfas, olvidas,
besando
tu secreto encastillado.
El
tercer beso en la frente,
es más
seguro,
los
labios ceden, rinden
en
forma al otro labio
que lo viene a besar.
Mientras
me mirabas y yo te miraba,
se
detuvo el tiempo en medio instante,
el amor
me llamaba y yo le obedecía.
Mientras
me susurrabas
y yo te
amaba
se
alzaron los sentimientos,
mandó tu voz,
el
cielo se hizo visible en tus ojos
y yo
renuncié el querer en tus labios.
El
tercer beso,
preámbulo
de una mirada,
para
llegar como lluvia
a un
frenesí de besos,
una
lujuria de sentimientos.
Fue un
instante sin fin,
sin tiempo para soñar.
El
tercer beso,
es el
que trémulo y ansioso, vacilante
es el
que quiere besarme en tu ausencia sin labios.
Besos
me entregas,
sin
ruido, esquivos a veces,
dulces
otras,
como un
gran fruto redondo,
aquí en mis labios.
En el
paraíso de tus ojos me pierdo
porque
estoy perdida,
en la
paz de tus labios,
me
encuentro porque estoy contigo,
en el
universo de tu alma vivo
con mil
sentidos, en ti, vivo, amándote.
El
tercer beso,
el que
sabe a silencio y a sueños,
con
melodías de ternuras
y tacto
de deseo,
sabes a
mi mundo,
a todo
lo que anhelo,
sabes a
amor, a mi amor.
Ten
presente que un día el beso tuyo,
va a
nacer de lo que estás escondiendo
y te
saltará todo a los labios.
Y lo
que tú me niegas
me lo
entregas,
me lo
das sin querer,
donde
querías negármelo.
El
tercer beso,
despacito,
sonrosa la piel,
disfraza
levemente
la
defensa absoluta del ser último.
Besas
mi rostro, mi frente
y me
siento la más amada,
la más
distante, la más última,
ésa que
ha de durar, secreta,
cuando
pasen mis labios, tus besos.
Quiero
el amor, libre, suelto,
sin
sombras, sin puertas
con
trabas ni cerrojos
para
vivir en ti sin temor
a lo
que yo más deseo,
a tu beso, a tus abrazos,
a tu
solo cuerpo posible,
a tu
dulce cuerpo pensado.
Dime,
¿por qué tarda tanto
en
llegar ese tercer beso,
el
anhelado, el sólo mío,
el que
mi corazón espera
porque sabe que hay algo en él
que es saber que tú quieres dármelo?