Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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domingo, 26 de noviembre de 2017
Tropiezos Del Corazón
Tropiezos
del corazón,
¡cuántos pesares causan!,
vacilo en mis sentimientos,
detenida
en el grave concierto del otoño,
escuchando
como los violines y las arpas
agitan
un mar de hojas rojizas, amarillentas.
Tropiezos
del corazón,
por primera vez lloré
al
haber arrebatado tu rostro
al
deseo creciente de mi alma
por
querer mirarme en tus ojos
y no
encontrarte.
Después
del letargo imprevisto
que
arrastró en sus alas minutos y horas,
ahora lejanas y frías,
conservo
en mis labios tu nombre
esperando
que nazca de tu rostro
el
verde que refresque mis sentidos
y tú
confundido y ausente
ignorarás mi suplicio que clama por ti.
Tropiezos
del corazón,
caí en
un pozo sin fondo,
te añoro y te extraño,
no has venido a despertar
mi alma sumergida
en
sombras sin luces, ni rumbos.
Si
pudiera gritar mil palabras
serían testamento
para repetir libres de mentiras y falsedades
el amor
que por ti siento.
Ajusto
sobre un arco mis deseos
y del
puente que tiendo con mis flechas
bajan lamentos de amor a nuestro suelo.
Tropiezo
del corazón
que
hacen tambalear
mis
ilusiones y mi alma entera,
apagando
las estrellas de mi cielo
convirtiendo
mis sueños
en
tropeles de fantasmas tétricos
que me
envuelven
con
mantos oscuros de la noche
llevándome por ríos inagotables de tristeza
formados por las lágrimas
que
brotan de lo profundo de mis sentimientos.
Tropiezos
del corazón,
por los mares del silencio
siento
que crece la luna desde adentro
y que
como cisnes de humo
flotan los recuerdos y los pensamientos
en las
redes sutiles de mi sueños.
¡Tu
presencia se diluye a lo largo de mi barca!
¡Tú no
estás!
¡Entre las tranquilas sombras ya no te pienso!
En
duras alamedas de cristales
padece el corazón un miedo tibio
y pasa
lentamente entre mis dedos
la luz quemada de tus ojos negros.
Tropiezos
del corazón,
el
desliz de mi mente cuando duermo
me hace
llegar al valle de tus sueños
y me
mueve la distancia como alas
en las
grietas de mi piel que vence el tiempo.
Y tu
alma y mi alma se pierden
en la
niebla lejana del recuerdo.
Tus
caricias imaginadas
brotan
lentas por el mapa de mi cuerpo.
¿Qué
haces alma,
tropezando en caídas sin regreso,
que no ves las celadas que me aguardan?
Tú y yo
somos agua pasada
que
moja las veredas de mi vida.
Te desvaneciste
Te
desvaneciste,
por no estar contigo
en este
hoy,
en este
ahora,
crece
en mí
una
hiedra pálida de dudas
que
ahogan mi pensamiento
y
detienen las horas de la espera
inquieta
y
desazonada,
la
ramazón de hiedras
que
sacude el viento.
Si todo
pensamiento
me sabe
a tu presencia,
no puedo dejar de extrañarte
y ya me
es imposible
disimular
tu ausencia
ya que
de esta agonía
nada
puede consolarme.
Te
desvaneciste,
¿a
donde están la magia
y la fantasía de tenerte conmigo?
Nada en
esta tierra
libera a mi alma
de la
inquietud
que la
aprisiona
cuando
me faltas,
cuando
no estás…
Te
desvaneciste,
debo
dejarte de sentir,
de
extrañar,
de
pensarte
en
segundos
tan
sólo para que otros amores
se
muevan en mi pecho,
para
que sean un mar
a mis
sueños y a mi olvido.
No
quiero sentir más
el eco
con tu nombre
ni la agonía de tu ausencia,
ni el manto tibio de tus manos,
anhelo
y necesito
otra
luz
con
mirada nueva
que
haga resurgir
brioso,
salvaje,
victorioso,
un
nuevo amor
que en
mi pecho vibre
y que
un frescor enternecido
bañe
con mil caricias
mi
cuerpo
que
será un mármol tibio.
Te
desvaneciste,
eres
ahora apenas
un recuerdo lejano,
un
nuevo amanecer
hizo
que la tristeza
se
fuera al pasado del ayer
que
sólo oscurecía mis días,
ahora
comenzó una primavera ardiente
y feliz
en mi ser.
Después
de tu ausencia
en
volandas
sueño
otras mañanas de colores,
que me
llevan a los fondos de mares
y de
glorias
encontrando
el amor verdadero,
único.
Vibro,
tiemblo
como
una mariposa de fuego
y
tormenta,
corazón
con alas
con
aleteos leves
entre
latidos temblorosos
y de
suaves cadencias
en
ansias verdes,
azules,
en
ondas y curvas
entre
aromas de madreselvas.
Te
desvaneciste,
no
existes más,
naufragaste
en un mar
de inestable equilibrio,
tu nombre quedó
en el
agua sumergido,
ya no volverás más
a mis
pensamientos.
Ahora
quiero vivir
no en
un vacío eterno
sino en
una creencia
de
estar juntos
en el
ahora
mi
nuevo amor
y yo en
un mundo nuestro.
Ya no
más tu añorada presencia,
ahora
crece
hacia
dentro de mis dedos
la suavidad de una nueva
piel
cálida
y al llamado de sus ojos
se alza
de mi sangre
la
poeta
y mis
versos cantan
y se
reflejan
en los cielos azules
y horizontes lejanos.
Te amo como eres
Te amo
como eres,
tú, el verdadero amor
que das
de ti todo tu ser
sin
maledicencias, ni egoísmos fatuos.
Se
siente tu ausencia
cuando
te alejas
al no
sentir el cercado de tus besos
y es
entonces que te llamo
hasta
quebrar mi voz
y en
segundos,
al no tenerte a mi lado,
en instantes
me
derramo en llantos y sangra mi corazón.
Te amo
como eres,
dulce,
tierno.
El
silencio nos une, hace latir, aún más,
los sentidos que vibran en los embates
que el
tiempo desafía entre cenizas y ruinas.
Contigo
floto en movimientos lentos
y
suspiros me envuelven
como
alas de aves
en un
rítmico volar de dulces sueños,
son el
máximo resplandor
de que
existe el amor entre los dos.
Quiero
que sepas
que
eres la luz de mi vida,
esa voz
que a mi alma alivia
y esa
sonrisa que de alegría me llena…
Tú eres
mi inspiración,
hoy,
mañana y siempre,
mi
númen,
danzan
enamoradas las palabras,
las frases de amor
en un
revuelo de letras
para
caer en las hojas
que
esperan por ellas,
para
que tú las recibas
como
una ofrenda
de mi
espíritu inquieto e impaciente
por
estar contigo.
Amar es
escapar
el
pensamiento en la fragancia
del
Edén perdido,
amar
es… amar es… amar es
llevar
clavado en el corazón un dardo celeste.
Te amo
como eres
porque
nunca intentaste
no
dejarme volar
y me
brindaste sensaciones de libertad
junto a
ti, nunca me fustigaste,
ni
invadiste mi espacio,
me
amaste en la distancia y en el tiempo.
Y por
ello yo te amo
con la
fuerza de los mares,
con el
ímpetu del viento,
en la
distancia y en el tiempo,
con mi
alma y con mi cuerpo,
a puro
grito y silencio,
en la
alegría y en el llanto,
en el
peligro y en la calma.
Te amo
como eres,
eres
fuente de mi camino
y me
haces atravesar
la dura
realidad sin darme cuenta.
Sólo tú,
amor mío,
por eso te amo como eres,
dulce
bálsamo de vida,
símbolo
de pureza, inocencia y bondad.
Él es,
clamaron mis sentidos,
él es
el presentido, el esperado,
el que
con su primer mirada
adueñó
mi corazón.
Toqué
con tu amor los dinteles de la gloria
y en mi
alma,
sentí latir el firmamento
y
alentar toda mi ilusión.