Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
Páginas
▼
miércoles, 29 de noviembre de 2017
El perfume del amor
El
perfume del amor,
que
en primavera se derrama por doquier
ya
que entre las espigas del aciano y el rojo de las amapolas,
colores
fuertes y rotundos me infunden energía y vitalidad,
también
vuelven las golondrinas en parejas…
plenas
de amor construyendo su nido en el tejado,
junto
a la celidonia,
planta
ligada a su vida
pues
aparece y desaparece en correspondencia con sus migraciones.
El
perfume del amor,
pleno
de colores y sonidos suaves, vibrantes,
el
amor me encamina en su búsqueda,
necesito
su cercanía, su contacto.
Amor
mío, voy cantando bajito
sin
ahondar las pisadas,
no
sé si por costumbre, por cautela u holganza
con
un dejo de gozo y otro de lástima.
El
perfume del amor,
Gozo
por lo que tengo y por quién soy,
estás
a mi lado, abrazando con suavidad mi cuerpo,
dándome
besos y cariños con caricias leves y profundas.
Voces
nos rodean, placer, caricias que desgarran,
besos
que dibujan nuestros rostros temblorosos.
El
perfume del amor,
cuando
mis ojos gritan tu nombre
en
la soledad imperdonable cuando tú te vas,
el
abrazo de tu piel de nave humedecida
me
sacude y me hiere,
me
desdobla y me lleva.
El
perfume del amor,
naceran
de ti y de mí nuestros abrazos
como
nacen en tu boca las flores encarnadas…
que
dejas en la mía.
Aprieta
mis deseos,
caliéntame
las carnes,
con
tu pasión de viento,
el
sol será mañana un plato de lujurias.
El
perfume del amor,
Tú
serás mi boca y mis manos desgajadas de rocío.
Besos
que dibujan nuestros rostros temblorosos.
Tipas
y palomas me atraen a tus brazos
De
hojas frescas y de aguas de espejos cimbreantes
Al
fin me ponen en los tuyos, entre el perfume de nuestro amor,
Me
ahogan tus ramas de piel caliente,
Me
sacude con ternura el besar de tus caricias…
Mientras te espero…
Mientras te espero…
mi cuerpo tiende a caer,
mi mente no quiere reaccionar,
mis palabras mudas estarán.
Te esperé…
ansiosa de tu regreso,
pero siento la trágica fatalidad
de no ser más
que una marca en un cuerpo
que huyó de mi lado.
Mis labios se han secado,
sedientos de tus besos,
sin ellos
es austero el firmamento.
Mientras te espero…
has dejado tu marca
en el fuego de mi pecho.
Florilegio de mi pulso enamorado,
que dirige cada hueso de mis dedos
que rasgan las cuerdas del violín
mientras te espero.
Sabes ya que no eres,
hoy, aquí, más que el recuerdo de tu planta,
que un día arrastró
la arena que llamamos tiempo.
Tú, ahora, en mí
eres hoy, sólo huella de tu huella,
de aquella
que
marcaste entre mis brazos.
¡Sensación de retorno!
Pero, ¿De dónde?
¿Dónde?
Allí estuvimos, sí, juntos
para encontrarnos y amarnos,
pero las presencias de siempre no bastaban.
Los besos se quedaban a medio vivir
de nuestros labios,
no sabían volar en una plenitud total.
Mientras te espero…
escribiré versos,
versos que desgarren el alma.
En su primer intento,
versos que simulen estrofas,
pero tú,
eres la poesía que pierdo.
Mientras te espero…
recuerdo mi mirada mirándote,
sentía paraísos,
virginales jardines de ti,
donde ahora, sin luz, ya no se puede entrar.
Por eso, nos marchamos,
se deshizo el abrazo,
se apartaron los ojos,
dejaron de mirarse,
para buscar el mundo donde nos encontráramos.
Y, de pronto, nos encontramos,
Sí, allí.
¿Cómo fue el encuentro?
¿Fue como beso o llanto?
¿Nos hallamos con las manos,
buscándonos a tientas,
con los gritos clamando,
con los besos que el vacío besaban?
¿Con choque de materia y materia,
combate de alma contra alma,
que a fuerza de contacto se convirtió
en victoria gozosa de los dos,
en un prodigioso pacto de amor
de tu ser con mi ser, enteros?
Mientras te espero…
sucedió el milagro,
tan sencillo,
como una luz que se encuentra con otra luz,
y queda así iluminando el mundo.
Y aquí, dentro de nuestras almas,
pervive el prodigioso saber que nos hallamos
y que mi dónde está
no sufre memoria.
Vientos de amores nuevos
Vientos de amores
nuevos
que se deslizan por
mi piel,
dándome caricias
dulces,
tiernas, aterciopeladas.
para mi blando
corazón
que necesita mimos, besos,
y signos de amor.
Vientos de amores
nuevos,
me buscan y me
persiguen,
se mueven como alas
batientes
por todo mi cuerpo
estremecido,
llenando toda mi alma
enternecida
que sólo siente el
amor nuevo
que hace tañir con
campanillas de cristal
mi cuerpo entero.
Ayer acaricié los vientos
de amores nuevos, uno
por uno,
buscando el verdadero,
el único,
el que me hiciera
estremecer de amor.
¿Es aquél? ¿O aquél
otro?
¿O éste que se acerca
suavemente?
¿O el que en silencio
de amante, roza mi piel?
Mis vientos de amores
nuevos
hacen remolinos con
mis dos brazos
que giran como aspas
perdidas,
desbrozando malezas
o blandiendo una
causa.
Vientos de amores como
mariposas
que vuelan en el aire
de la mañana
besando las flores
y llevando a caminos
desconocidos
el polen dorado
que es filtro de
esperanza.
Vientos de amores
nuevos,
que como remolinos, confluyen
en todos mis
raudales.
Miles de ojos que no
se alquilan,
desde mi cabeza, miran
hacia abajo
lanzando grandes
lagrimones
que purifican mi
cuerpo
para esperar el amor
nuevo.
Vientos que velan mi
vida
y frente a ellos,
aprendo lo que soy:
un momento de esa
larga mirada
que te ojea desde
hoy,
desde ayer, desde
mañana
Vientos paralelos en
el tiempo,
me protegen, me
cuidan
siento sus caricias.
Vientos de amores
nuevos,
que entre giros
enlazan hilos de
encaje.
¡Son una clase!
¡Son mi rumbo!
Me conducen entre
peregrinaciones
a amores nuevos,
tiernos, verdaderos,
arriban a mi cuerpo
traslúcido
ya que llegan hasta
el alma
y se quedan a mi
alrededor
para que el hallazgo sea
al final,
trémulo de dicha
para que encuentre al
otro lado,
su cuerpo,
el del amor,
último y cierto.
Ese, que inútilmente
esperarán las tumbas.