Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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lunes, 25 de diciembre de 2017
Quebranto tu voz
Quebranto tu voz,
la que se quebró en mil pedazos
de cristales angulosos,
ante el muro que,
infranqueable,
puse entre tú y yo
por la pena insondable que dejaste en mí
al irte sin siquiera un adiós.
No muy lejos… de frente…
viene un cuerpo sin vida,
es el mío,
desvitalizada el alma
que de pena lo contiene.
Quebranto tu voz,
para siempre no quiero
más rocío cristalino,
la ventana de mi alma exhala,
bajando en rapel por mi mejilla
que tú dejaste de acariciar.
Me heriste al desaparecer
y yo sola,
ante un alma vacía
que sufre y pena,
sin pudor se muestra.
Noche tormentosa,
madrugada solitaria,
recuerdo triste,
¿cuál fue el motivo de este alejamiento?
Quebranto tu voz,
no quiero ni de lejos que me llegue su eco.
Te vi
te amé
callé
sufrí
¡desesperación inmemorial!
lloré
sentí
morí
recé
pero por fin con fe
el dolor se fue.
Tú eres como el viento huracanado
quebrando las ramas de los árboles
buscando debilitar mi fuerza,
mi alma pura y noble.
Vivo ahora un sin rumbo ni distancia,
en un esperar callado y dolorido,
en una ansiedad de amor sin ilusión
al contemplar lo triste de tu olvido.
Este terrible dolor
que me atormenta,
esta angustia de saber
que no me quieres,
las horas de mi vivir
pasan muy lentas
sangrando mi corazón doliente.
¡Este tedio,
esta ruina de vivir sin esperar ya que tú
regreses,
este miedo de tener que morir
esperando en vano que me beses!
Convertí sufrimiento en pena
y dolor en poesía,
olvido que espero para cantar poesía,
pido a Dios, Señor,
dé amor de nuevo
brótame a veces pidiendo que regreses.
Aquel amor
sin dolor
sin heridas
sin olvido
¡un amor tan sólo yo quería
y convertí mi ruego en poesía!
Caricias de amor
Caricias de amor
¡Qué caricia larga
de acción
me sube por las venas
anchas de re correrme!
Sublime sentimiento de amor
que mi alma no puede alcanzar
el silencio de poemas sin palabras
y salta por mis labios
hecha de polvo
de vibraciones íntimas.
Nuestras caricias recorren nuestra piel
y nos unen en un abrazo tan íntimo
que somos un sólo cuerpo.
Cuando estamos juntos,
rueda en mi rostro
la enternecida claridad que sueñas.
Para mirarte, amado,
en mis ojos hay público de estrellas.
Cuando me tomas, trémulo,
hay lirios naciendo por mi tierra
y nuestras almas,
como ávidas gaviotas
se tenderán al viento de la entrega
y yo,
fuente de olas,
te haré cósmico.
¡Hay tanto amor
nadando en mis estrellas!
Caricias de amor,
que en cada alba desharemos juntos
y escribiré un poema
exaltado de la espera
deteniendo de emoción el mundo,
al regalo nupcial de auroras nuestras.
Caricias de amor,
que hacen volver a la vida en un destello.
Las tinieblas de mis pupilas desaparecieron
desde que hallé tu corazón
en la ventana de mi rostro enamorado.
Caricias de amor,
esta noche se ha ido,
casi aurora
casi ronda entre montañas,
como una sensación de golondrina
al picar su ilusión en una rama.
Amanecer, sin alas,
para huirse,
con plena emoción entre mis manos
que asaltadas fueron por tus caricias
que antes eran castas.
Noche rasgada al tiempo repetido,
detenida en esencias altas,
como una claridad rompes mi espíritu
circundas mi emoción con alegría.
Caricias de amor,
callado,
tímido,
íntimo,
así te quiero
sin saber las puertas del mañana,
entre juego de luces, casi alba.
¡Amante,
tus caricias desgajan mis sentidos…
Yo soy un sueño remando por tus aguas!
Aflicción
Aflicción,
sentimiento que invade mi alma
cuando
no estás a mi lado
por tu
falta de amor vibrante y único.
No
quiero sombras de amor,
sí la luz entre nosotros
sin que
divida el zócalo del viento.
No te
quiero rezagado en mi camino,
que en
tus suaves manos me eleves
a las
nubes altas contra el viento
ya que
eres el manantial de la dicha.
Aflicción,
la
añoranza me lleva a pensar en tí,
en tu
mirada cálida
que me
hipnotiza como un picaflor embelesado
que
adivina el pulso de mi sangre
que
entrega el secreto de mi alma alucinada,
despertando
el recuerdo
de
nuestros sueños alcanzados.
Aflicción,
evoco tus palabras
que
trastornan y apuran mis sentidos
más
profundos
y el
deseo de estar en tu isla encallada
ya que
hambrienta de amor
soy una
llama que tu cuerpo reclama
sediento
de ternura.
Aflicción
de
estar en nuestro lecho entibiecido
con
pena de sentirte lejos,
extraño en mi mente
y en mi
cuerpo la dulzura
y tus
gestos que trastornan mis sentidos.
Padece
mi corazón un miedo tibio
que
pasa lentamente a mis dedos
batiendo
el aire que me sigue
y me lleva hacia tí, amado mío.
Aflicción,
búscame
en verdes alamedas de cristales
porque
mis versos,
mis
palabras de amor,
se
anidan entre crisoles
queriendo
llegar a un gran espacio blanco
donde fulguren, brillen y guíen tus pasos
hacía
nuevas huellas.
No te
detengas nunca,
cuando
quieras, búscame,
porque
mis brazos forzarán
el
hombro de la noche
para
que vuelvan tus labios a los míos.
Aflicción,
se
mueven tus distancia,
te acercas con la intención de fuerza
de un
amante entre luces y sombras,
de
mundo y ser,
de afán
y tiempo,
inverosímil
tregua con la dicha
de no
ser más errante por el tiempo.
Me
apaciento en tu valle
y entre
lirios y jazmines,
desnudo
tu luz en mis pupilas
y un
soplo altanero, leve, estremecido,
me
entrega tu amor entre goces,
susurros,
sonidos
que
hacen nacer en mi suelo
hasta
tu frente una hiedra de amor estremecida.
¡Ven!
¡Te
estoy esperando!
¡No más
nostalgias en mi vida!,
quiero
despertar contigo a mi lado,
sentir
tu piel a mi costado,
recostando
mis pupilas en tu contorno ya cierto,
no
delineado
mientras
recorro un sol enamorado
las
largas avenidas de tu cielo.
Aflicción,
no más
pena, no más ansias,
ni
nombres recogidos de tu boca
porque
sólo son color
en la
música del viento.