Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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miércoles, 27 de diciembre de 2017
Desilusión desgarradora
Desilusión
desgarradora,
mi corazón sangra
en una corriente continua
de dolor y pena.
He sido lastimada,
herida sin culpas ni
reclamos,
sólo por el hecho de
encarar
la verdad frente a
frente.
Desilusión
desgarradora,
los sentimientos se enredan, se mezclan
en un torbellino de dudas y temores.
La vida nos depara,
sin darnos cuenta,
pisando a hurtadillas
con situaciones
penosas y adoloridas.
¿Cuál es la razón de
esta maraña
de iras ajenas en las
que estoy sumergida?
Es un ahogo en el
alma,
la maldad, la mezquindad,
buscan la inocencia,
la credulidad, la ingenuidad,
para anidarse
energías puras y positivas
y así se sostienen en
soledades interminables
de las oscuras noches.
Desilusión
desgarradora,
¡qué de pesos inmensos, orbitales, celestiales
se apoyan en la nada
de hondos abismos,
buscando por doquier la luz
que los ilumine y les
de fuerzas
para continuar su
labor
de socavar el bien y
el amor.
Me engañan con
ficciones,
falsos paraísos
flotantes sobre el agua
que me ahogan de
pesares infinitos.
Busco lo verdadero,
el amor único y total
y no lo puedo hallar,
sólo encuentro signos
y simulacros
trazados en papeles
blancos, verdes, azules
que vuelan con el
viento lejos de mí.
Desilusión
desgarradora,
me persiguen esas
almas atormentadas
que vuelven del
osario inmenso
de los que no se han
muerto
porque ya no tienen
nada
que morirse en la vida.
El dolor me acompaña
como símbolo
irrefutable
de que existías tú en
ese lapso de instantes
de creíble amor
pero mientras yo te
sienta,
tú eras la prueba de
dolor
de otros momentos en
que no me dolías.
Desilusión
desgarradora,
has dejado tan sólo
polvo,
vagos rastros
fugaces,
recuerdos ínfimos en
mi alma,
rasgada por
hendiduras sin sostenes algunos.
Mi alma, como alas,
sosteniéndose sola a
fuerza
de aleteos
desesperados,
pesarosos, a fuerza de no posarse nunca,
de tratar de volar
llevando por doquier
la esperanza de que existe el amor,
ése, el verdadero, el
creíble,
no en leves mundos
frágiles,
sí en únicos y donde
se albergan
las verdades más
profundas.
Desilusión
desgarradora,
no quiero pedir apoyo
para superarla,
ni a los barcos ni al
tiempo.
Quiero internarme
sola en galerías enormes,
abriendo en los
granos de arena
las minas de llamas o
azahares,
para hilvanar
entretejiendo
ese amor dulce
que no desgarra ni
hiere.
Y en ese desliz, en
estelas,
pisando nubes sin
huellas,
no mirar más el
recuerdo
de esas sombras mezquinas y oscuras
que ya no existen
más.
Mis manos están
vacías de ellas
igual que mi corazón y mi alma.
Llegaste sin aviso
Llegaste sin aviso,
lentamente,
en secreto,
despacio,
poco a poco
saliste de la oscura
noche
en un milagro
misterioso.
Te esperaba ansiosa
, anhelante
desde el tiempo del
ayer,
no creía en tu llegada,
no te esperaba,
vivía tan solo
en una memoria lejana
del amor
sin tiempo ni
recuerdos.
Llegaste sin aviso,
como corre el río sinuoso
en ondas oscilantes,
entre calmas de manglares,
entre orillas
sin principios ni fin
que se nos acercan
misteriosas e
insinuantes.
Entre estrofas
amantes
surgen las letras,
las palabras dulces
y acariciantes para
ti,
mi amado amante.
Llegaste sin avisar,
cantando con dulce
cadencia
el yarumi,
poema eco poesía
como elogio a la
naturaleza.
Yarumi,
planta que nace
después de la quema
del suelo,
como enviada de la naturaleza
para recuperar al
hombre puro
contra la insolencia
y la ignorancia
que destruye todo a
su paso.
Llegaste sin avisar,
y me dijiste
que el amor es el
secreto
de los siglos en
receso
que va dibujando
su invisible rocío
cósmico
en los atardeceres temporales
del espíritu
y tus palabras con
sonrisas
abrazaron nuestros
mundos
profundos y
luminosos.
Llegaste sin avisar,
limpiando mis tristezas,
te llevaste mis
llantos,
fuiste alegría
junto a tus palabras
con sonrisas,
trayendo de a poco
la vida
con colores
brillantes y límpidos.
Nuestro amor es como
un anochecer
y un despertar junto
a ti,
impregnando nuestra piel
con la suave y cálida
brisa
de un nuevo día.
Llegaste sin avisar,
haciéndome un hueco
en la inminente
llegada de la luz,
soy voz al fin,
hermosa y afinada,
pura y descansada
pudiendo confundir mi mirada
con mil estrellas
fugaces,
tocando una eterna melodía inolvidable,
salvándome del
olvido.
Ausencias de amor
Ausencias de amor
Que oprimen y
fustigan
el corazón
haciendo que la
sangre
corra más aprisa
entre venas
entrelazadas
como tejidos
con formas delicadas
y posibles
entre espacios sin soledades.
Ausencias de amor.
Que como explosiva
fuerza liberadora
nos lleva
a la realidad de
querer
que el anhelo de amar
nos arrastre a ese
mundo alado,
invisible
en el que hay que
abrirse
con el alma y las
manos.
Ausencias de amor.
¿Dónde se esconden?
¿En qué espacios del
más allá
como espadas de aire
nos somete en nuestro
pecho de aire?
Ausencias de amor.
Denme a beber la
poesía
en el raudal de
inspiración
del fragor de lucha
en el día y en la noche
meditación duradera.
Ausencias de amor.
Que como rayos
siempre fulguran llorando
un llanto de
tempestad,
pon en mis versos el tesoro
de las alboradas de plata,
de los mediodías de oro
y de las tardes de escarlata.
Ausencias de amor.
Inspiren mis versos
de los rumores de los ríos
y del zumbido del camoatí
y de las tradiciones
que narra el viento
al ombú secular.
Ausencias de amor.
Guardados en mi alma
entre pedazos
refulgentes
con mi pasión total
para sentirlos de a poco vibrar
en mi cuerpo,
esperándote llegar.
Ausencias de amor.
Silencio azul,
asi oscura noche,
en las etéreas alas
que descienden por
diáfanas escalas
hasta fuentes con
ritmos sin fin
donde el amor
nos inspira la llama sin heridas,
aliviada de dolores
y resquemores.
Ausencias de amor.
Te necesito a mi lado
en la soledad de mis
días
para reconfortarme
y dejar libres
mis necesidades
de tenerte junto a
mí.
Ausencias de amor.
No quiero
que la ausencia de tu
amor perdido
adormezca mis pasiones
y mis anhelos
y el recogimiento
me lleve
a que la voz de mi campana
con lentitud
las notas del ángelus
desgrane.
Ausencias de amor.
No quiero sombras
que aneguen mi
espíritu,
sino risas,
cantos,
amor,
despertando de la nada
entre vibrantes notas altisonantes,
besándome mi cuerpo
todo
entre sueños alados
que en mis versos
gira.
Ausencias de amor.
Surgen en luminoso
arrobamiento,
son caricias deseadas,
besos suaves
como miel recién
probada,
abrazos temblorosos
que todo mi cuerpo
ansía,
es la felicidad
inminente,
de posesión lenta,
al fin del paraíso.