Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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domingo, 14 de enero de 2018
Vendavales de dolor
Vendavales de dolor,
el viento se arremolina
a mi alrededor,
con densos movimientos
por el pesar que me envuelve
al darme cuenta de que te fuiste
para siempre,
me abandonaste aún
con palabras de pasión
diciéndome que me amabas
que me querías con toda tu alma.
Vendavales de dolor,
con mis manos temblorosas y a tientas
en la penumbra de la luz
de las velas encendidas
para que iluminaran
nuestro gozo y placer,
te busco inútilmente,
te fuiste sin un adiós.
La música que nos unía a los dos
ya no se siente,
se fue con el viento a horcajadas de las nubes
e incontrolada fantasía de amor.
Mis suaves y dulces poesías se escondieron
en lugares secretos de mi alma,
ya no son mas para ti.
¿Es que en unas horas
encontraste otros ojos en los cuales mirarte,
y otros labios para besar?
¿Cómo es posible que te hayas ido
despidiéndote con palabras tiernas de amor?
¿Eran fingidas?
¿Eran traicioneras?
¿Eran hipócritas?
No lo sé,
yo te sentí mío, igual que siempre,
amándote hasta el infinito,
sintiendo tu cuerpo junto al mío,
con el calor del deseo y del placer.
Vendavales de dolor,
sí, siento ira,
enojo, dolor,
pena, llanto,
desilusión,
desolación,
desespero.
Creaste en mí un vacío inconmensurable
en el que el amor se hundió en el abismo
del miedo y del terror,
de que todo esto sucedido sea verdad
y no fruto de mi portentosa imaginación.
Te sigo amando,
te esperaré hasta el final de mis días,
hasta que me alce en volandas de vuelos de
aves
hasta el infinito.
No puedo olvidarte
y te pienso a cada instante
recordando tus palabras de amor.
La vida
cambiará,
lo lograré con tesón y anhelos,
buscando un verdadero amor
que no sea falso ni traicionero,
que sea verdadero y único,
llevándome a sendas de una nueva felicidad,
no en vendavales de dolor.
Memorias al viento
Memorias del viento
Que me envuelven en un torbellino de recuerdos vagos
Me siento zarandeada ,alzada ,apabullada,
Por sutiles memorias que me producen dolor
Y a veces salto clamando ¡PAZ!
MEMORIAS DEL VIENTO
Que han perdido mi nombre
Ayer no mas estuvo adherido algún rostro
El mío mi silueta que transito por mi.
mi rostro entre el viento lo rescato
como no era pergamino, silencio ,
mis dos ojos sin mirada entre el viento sutil y anhelante
MEMORIAS DEL VIENTO
De mi silueta apenas sobrevive
Un vestido difuso, rasgado y estival
Entre nubes que lo arropan como un viento
Se me ha perdido un hombre entre el viento huaracando
MEMORIAS DEL VIENTO
Y el rostro y mi silueta los ha filtrado
Entre el tiempo, sabio y esencial
Entre nubes como algodones
Bajan y suben, se deslizan con el
Lo hacen desaparecer
El recuerdo de mis días sin nombré se ha olvidado
MEMORIAS DEL VIENTO
Yo crecida entre pinos
Y llorada por el tapado rostro de los ángeles,
Entre vientos brisas huracanes
Me confundiste tan llena de amor
El fuego y la intención de mis cantares.
MEMORIAS DEL VIENTO
Entre nubes altas y lejanas,
Quiero apoyar mi amor sobre tus hombros
Y fundir mi figura con tu bronce
Para que las memorias nos enlacen
Con los recuerdos de lo años vividos juntos.
MEORIAS DEL VIENTO
Anduve los peldaños del deseo
Para estar en lazada a ti entre tus brazos
Hasta alcanzar la cumbre de tu nombre.
MEMORIAS DEL VIENTO
Cuando un viento helado, húmedo, tembloroso
Como rumor antiguo y exigente
Se me estanca en las venas
Y mi voz se reseca, se pierde en el vacío del silencio
Y me entrego al impulso circular que pudo ser un verso.
No sé quién eres
No sé quién eres,
ser anónimo,
desconocido,
que quiere entrar
por resquicios de mi
entreabierta vida
para escudriñar mi
alma
que como alba nube
se eleva hacia el
infinito.
En los duros biseles
del silencio,
inmóvil como águila
señera
no permitiré que
hurgues mis deseos
ni roces el llamado
de mi voz.
No sé quién eres,
te desconozco,
tu voz es extraña
para mí,
te desconozco en mis
miradas,
desnuda o disfrazada.
Eres el desconocido
por estas tierras de
mi hoy
y de mi mañana.
No quiero tener cerca
el aire que te cerca
la garganta
ni despertar en tus
pupilas
por no apoyar mis
ojos en el aire.
Tus llamadas son nada
para mí,
tú no estás en el
verde levantado del árbol
donde pierdo mi
albedrío
y en el viento
caliente del estío,
ni en la orilla del
mar enamorado.
No sé quién eres,
tú estás contra un
muro hablando
y mis sentidos crecen
a tu espalda,
flamígero cipreses en
hilera
y por los aires un
círculo amarillo
huye demudando mi
casta y pura alma.
Quieres hurgar la
raíz de mis sentidos vedando
con tu figura con un
cerco de jóvenes olmos
mis poemas de amor
que se esconden de
ti,
el desconocido.
No sé quién eres,
muda su verdura el
monte nuevo
con un temblor tocado
de rocío
y tú el anónimo como
un árbol
doncel quieres
irrumpir en mi vida
con un viento por
vientos perseguidos.
Crece en mí una
hiedra pálida
de dudas ahogando
en desazón al
pensamiento
y buscas de tener las
horas de la espera
en la ramazón
elástica del viento.
No sé quién eres,
sólo sé que estás
rezagando mi camino
como cruz que aprieta
las nubes contra el
cielo.
Es inútil que me
busques
me persigas con tu
voz,
tú pisas otro suelo
y lo ignoro cuál es
tu anhelo,
yo soy vagabunda del
cielo,
tú un vagabundo de la
tierra.
No sé quién eres,
no me busques, no me
podrás hallar,
la luna es una nota
errante
que se extravió de su
cantar
y con su luz
agonizante me esconde
y entre secretos me
cobija
para que tú no me
encuentres jamás.
No sé quién eres
y prefiero no
saberlo.