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Una noche más


Una noche más


Una noche más sin apenas darnos cuenta,
cada segundo,
cada minuto,
cada instante,
pasa como si no estuviéramos  en el existir del Hoy,
con sus instrumentos, con su orquesta de lluvias y súbitas claridades.
Y una noche más y apareces tú en mi  memoria,
tú, el escondido, el siempre esperado.
Venía, pues, la noche y con ella el diálogo de sombras.
Aire, pájaro que no perece,
oscura luz que llamamos tacto, cuando la noche es vuelo insomne.
No somos del aire que perdura,
somos tiempo, raíces ondulantes de la primera voz,
formas efímeras del espacio.
Una noche más y en su afanoso sueño de sombras,
otra vez será el retorno a esta corporeidad mortal y rosa
donde el amor inventa su infinito.
Ya el amanecer cuando la noche es apenas noche
y hay trasluces en la tiniebla,
claridades en secreto, susurros de estrella a estrella,
surgen las palabras que esperan ser escritas,
anhelosas de verse en un papel para amanecer como un poema de amor.
Mientras el amor espera escondido en recóndito lugar al que tu y yo nos encontramos,
el ayer será el Hoy,
nos inundará la luz de la alborada
y nuestro amor se reavivara.
Una noche mas que se convirtió en inestables sueños de amor
del recordar nuestras manos buscándonos  a tientas
de nuestros abrazos furtivos,
de nuestros labios besando el vacio.
y en nuestros sueños nuestra alma pervive el prodigioso saber
que nos hayamos juntos como un milagro.

                               “La noche como larga espera
                               es casi un latir del corazón anhelante de amor”

Presentimiento


Presentimiento

Presentimiento, corre veloz como una gacela
huyendo del cazador furtivo.
Presentimiento que lentamente se inmiscuye
en nuestra mente.
¿Qué es?
¿Un sentimiento vago que llega ser verdad?
¿Lo oyes cómo pide realidades?
Es como sombras que se agolpan cansadas
y de infinidad de tiempo sin medida,
con una gran nostalgia de que no se cumplan las realidades
que se vislumbran desde lejos.
Piden límites,
días,
nombres,
lugares.
No pueden vivir así ya más,
están al borde del  morir en las sombras de una nada.
Pero son verdades que acuden presurosas,
arrancando certezas acuciantes por cumplirse.
Presentimiento, que me anuncia que un gran amor
llegará a mi vida
para amarme con sinceridad y armonía.
¡Qué felicidad!
¡Ojalá se cumpla!
Lo necesito para sentirme completa.
Acude pronto, este presagio debe cumplirse,
vislumbro desde la lejanía que tu amor se acerca,
acude,
ven conmigo,
tiende tus manos,
encuéntralas con las mías que están temblorosas y anhelantes de ti.
Presentimiento que los dos nos encontraremos,
buscaremos una fecha,
un lugar,
un color,
un sol,
mientras ávidamente nuestros cuerpos
encontrarán la sombra donde guardarse en reposo.
Se dormirían al fin en nuestro sueño,
nuestros abrazos tibios y cálidos.
Y así si el presentimiento no se cumple al no existir,
al no estar juntos, nos nutriremos sólo de sombra
entre lejos.
Presentimiento que en su afanoso sueño
alguna vez será el retorno a esta corporeidad mortal y rosa
donde el amor inventa el infinito.

                                                “Qué sensación tan profunda
                                                 arrancas de mis entrañas.
                                                 ¡Qué gritos de amor desgarras
                                                 de mis poros y mi sangre!”

Imágenes


Imágenes

Imágenes, cuando la noche entra a mi cuarto,
desaparecen en una silenciosa penumbra la forma de las cosas
y apareces tú, mi elegido, mi amado amante,
con brillante luz que titila cerca de mi cuerpo
y el milagro de la luz no permite repeler el deseo de la piel.
Y las imágenes en los espejos, imitan la doble danza de los dedos
que encendieron nuestros laberintos.
Siempre tengo conmigo tu aroma
y la imagen de tu cuerpo luchando contra el mío
y tus manos para que le enseñen a las mías
la destreza de las tuyas.
No necesitas palabras para seducirme,
te prefiero silencioso,
 del lado oscuro que crees que iluminas.
Imágenes que en el espejo hallarás
 en especial la memoria que dejaron
tus manos y las mías
cuando estuvieron en nuestra piel.
Mírate y repite en sordina mi nombre,
como una letanía hasta que al fin me encuentres
entre tus brazos, acariciándome toda.
Si te respiro cerca o si te rozo apenas con los ojos,
querrás besarme y alzarme con tus brazos, llevándome al infinito.


                                                               “No hubo nido,
                                                               tu volaste…
                                                               fuiste un cuento,
                                                               mi sueño,
                                                               mi leyenda de otoño en serenata”