Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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martes, 10 de abril de 2018
Una noche más
Una noche más
Una noche más sin apenas darnos cuenta,
cada segundo,
cada minuto,
cada instante,
pasa como si no estuviéramos en el existir del Hoy,
con sus instrumentos, con su orquesta de
lluvias y súbitas claridades.
Y una noche más y apareces tú en mi memoria,
tú, el escondido, el siempre esperado.
Venía, pues, la noche y con ella el diálogo
de sombras.
Aire, pájaro que no perece,
oscura luz que llamamos tacto, cuando la
noche es vuelo insomne.
No somos del aire que perdura,
somos tiempo, raíces ondulantes de la
primera voz,
formas efímeras del espacio.
Una noche más y en su afanoso sueño de
sombras,
otra vez será el retorno a esta corporeidad
mortal y rosa
donde el amor inventa su infinito.
Ya el amanecer cuando la noche es apenas
noche
y hay trasluces en la tiniebla,
claridades en secreto, susurros de estrella
a estrella,
surgen las palabras que esperan ser
escritas,
anhelosas de verse en un papel para
amanecer como un poema de amor.
Mientras el amor espera escondido en
recóndito lugar al que tu y yo nos encontramos,
el ayer será el Hoy,
nos inundará la luz de la alborada
y nuestro amor se reavivara.
Una noche mas que se convirtió en
inestables sueños de amor
del recordar nuestras manos buscándonos a tientas
de nuestros abrazos furtivos,
de nuestros labios besando el vacio.
y en nuestros sueños nuestra alma pervive
el prodigioso saber
que nos hayamos juntos como un milagro.
“La
noche como larga espera
es
casi un latir del corazón anhelante de amor”
Presentimiento
Presentimiento
Presentimiento, corre veloz como una gacela
huyendo del cazador furtivo.
Presentimiento que lentamente se inmiscuye
en nuestra mente.
¿Qué es?
¿Un sentimiento vago que llega ser verdad?
¿Lo oyes cómo pide realidades?
Es como sombras que se agolpan cansadas
y de infinidad de tiempo sin medida,
con una gran nostalgia de que no se cumplan
las realidades
que se vislumbran desde lejos.
Piden límites,
días,
nombres,
lugares.
No pueden vivir así ya más,
están al borde del morir en las sombras de una nada.
Pero son verdades que acuden presurosas,
arrancando certezas acuciantes por
cumplirse.
Presentimiento, que me anuncia que un gran
amor
llegará a mi vida
para amarme con sinceridad y armonía.
¡Qué felicidad!
¡Ojalá se cumpla!
Lo necesito para sentirme completa.
Acude pronto, este presagio debe cumplirse,
vislumbro desde la lejanía que tu amor se
acerca,
acude,
ven conmigo,
tiende tus manos,
encuéntralas con las mías que están
temblorosas y anhelantes de ti.
Presentimiento que los dos nos encontraremos,
buscaremos una fecha,
un lugar,
un color,
un sol,
mientras ávidamente nuestros cuerpos
encontrarán la sombra donde guardarse en
reposo.
Se dormirían al fin en nuestro sueño,
nuestros abrazos tibios y cálidos.
Y así si el presentimiento no se cumple al
no existir,
al no estar juntos, nos nutriremos sólo de
sombra
entre lejos.
Presentimiento que en su afanoso sueño
alguna vez será el retorno a esta
corporeidad mortal y rosa
donde el amor inventa el infinito.
“Qué sensación tan profunda
arrancas de mis entrañas.
¡Qué gritos de amor desgarras
de mis poros y mi sangre!”
Imágenes
Imágenes
Imágenes, cuando la noche entra a mi
cuarto,
desaparecen en una silenciosa penumbra la
forma de las cosas
y apareces tú, mi elegido, mi amado amante,
con brillante luz que titila cerca de mi
cuerpo
y el milagro de la luz no permite repeler
el deseo de la piel.
Y las imágenes en los espejos, imitan la
doble danza de los dedos
que encendieron nuestros laberintos.
Siempre tengo conmigo tu aroma
y la imagen de tu cuerpo luchando contra el
mío
y tus manos para que le enseñen a las mías
la destreza de las tuyas.
No necesitas palabras para seducirme,
te prefiero silencioso,
del
lado oscuro que crees que iluminas.
Imágenes que en el espejo hallarás
en
especial la memoria que dejaron
tus manos y las mías
cuando estuvieron en nuestra piel.
Mírate y repite en sordina mi nombre,
como una letanía hasta que al fin me
encuentres
entre tus brazos, acariciándome toda.
Si te respiro cerca o si te rozo apenas con
los ojos,
querrás besarme y alzarme con tus brazos,
llevándome al infinito.
“No
hubo nido,
tu
volaste…
fuiste
un cuento,
mi
sueño,
mi
leyenda de otoño en serenata”