Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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lunes, 21 de mayo de 2018
Alma errante
Alma errante.
Volando en el horizonte
de la noche misteriosa y oscura,
acariciando el día luminoso,
va por los caminos solitarios,
va desasistida,
de puerta en puerta,
entrando por ventanas entreabiertas,
de ojo en ojos,
errabunda y frágil,
vagabunda,
profundizando abismos.
Alma errante.
Por inercia ella cruza lentamente,
sin ánimo el sendero,
con la esperanza de hallar un cuerpo que a
ella la habite.
Cualquier oreo la conmueve,
cualquier paja a ella la irrita,
está hecha de retazos,
de cicatrices,
de heridas punzantes.
Alma que anhela anhelos
que invisible te deslizas deseando
que
otros te mojen de miradas tus pupilas solitarias.
Alma errante.
Perdida en el sueño,
dormida vas por la vida,
fantaseando en tus míseras miserias
volando entre la neblina.
Barco naufragando siempre en mares
que
no la invitan por eso navegante
y
sola vas deshojando margaritas.
Alma errante.
Triste y meditabunda en el vaivén de las
horas,
en la brisa que musita en el canto del
silencio,
en la soledad del día.
Alma errante.
Buscas el círculo que incluye los lugares,
mares, estrellas,
cielos, árboles,
flores, puede ser pequeño,
grande
infinito según el alma que quieres habitarlo.
Alma errante.
En lo triste de la noche,
entre
la densa neblina,
golpeada por la lluvia interminable,
envuelta en el mar salado,
en lágrimas se destila.
Hasta que se vuelve un cauce,
un torbellino de brisa,
una nota en el vacío,
un
eco que no termina,
un silencio atormentado,
un pentagrama vacío.
Alma errante.
Anda entristecida con la esperanza
de
darle reposo a su travesía.
Un alma que anda buscando en otra alma
hallar vida.
Escala las altas montañas,
espera a que otras miradas surjan para verla
de cerca
y descubran qué oculta su interior que sólo
es amor y luz.
Alma errante.
Desgarrante e infeliz,
ten paciencia,
clama por la paz y la felicidad
y alguien con ligereza encontrará tu mensaje
en el bosque,
en el cielo,
en el este por donde sale el sol
y con delicadeza te cubrirá en tu tierra
herida
a fin
de que puedas renacer de prisa
y
encontrar por fin lo que tanto tiempo necesitaste para ser feliz.
Alma errante.
Distante,
ya casi la última,
sal de tu gran mundo a oscuras y trémula
y vacilante ve en un gran vuelo irreal en
búsqueda de la verdad,
labra tu vida,
camina deslizándote para renovarte y vivir
de vuelta a ti,
aumentada en tus dones sin fin.
Cierra las preguntas,
húndete en tu querer,
llenándolo de síes,
de
gozos,
de algarabías y no vueles por el aire
como
las mariposas o las nubes flotantes,
busca donde te espera el amor total de otra
alma errante.
Amor perdido
Amor perdido,
¡qué dolor!,
¿sabes?
¡Perder al amor!
Es como arrancarte el corazón
en mil pedazos y toda la luz del alma.
El amor se lleva en lo hondo de la sangre,
el sol que te compaña y te reviste,
brazo en que te apoyas por el camino incierto del vivir,
escudo que te resguarda el pecho de muertes o borrascas.
Amor perdido,
¡quiero llorar entre escombros!,
nos separamos tú y yo en la cuesta para siempre.
¡Algo de mi luz en el polvo se ha perdido!
El miedo a no poder encontrarlo
ahuyenta de los ojos las palomas del sueño
entre clamores de lloros y penas,
apurando en la breve llama la inmensidad del tiempo.
Amor perdido,
ha de haber un portal sin cerrojos
por donde podré entrar
y como atisbando de a poco
te buscaré entre la raíz de los quebrantos.
Otearé para estar otra vez contigo
desde las colinas cercanas y veré
el fulgor que tú irradias desde la lejanía
y así secarás las fuentes de mi llanto.
Amor perdido,
en la flor te recuerdo y amorosa te exalto,
guardando en mis entrañas
los bálsamos de tu amor
y mi secreta lumbre que ilumina
de a poco mi pecho cansado
se refugia en el orillar del mar
bajo las blancuras del astro.
Amor perdido,
¡que hundimiento del mundo!
Un gran horror a columnas quebradas,
tiempos sin imágenes,
cielos intemporales,
entre estíos e inviernos.
Amor perdido se extinguieron las alegrías,
las risas, las danzas,
pero perduran las frases de amor,
aquellas que te escribí con todo mi corazón.
Ahora,
sin tenerte, todo va hacia atrás,
la vida se va quitando frenéticamente horas,
minutos, segundos de encima,
destejiendo,
galopando su curso del lento existir,
queriendo borrar recuerdos,
historias para hacer otra vez
el anhelo de volver a empezar otra vez.
El futuro se llama ayer.
Ayer oculto,
secreto,
escondido entre verdes follajes,
de esperanzas,
hay que empezar otra vez,
reconquistar la vida con toda el alma
y todo el corazón detrás de aquellos otros ayeres conocidos.
¡Vamos hacia el mañana entre estrépitos besos,
inventando las ruinas del mundo,
de la mano tú y yo
por entre campos florecidos
de amapolas ondulantes!
Y ya no más amor perdido,
amor encontrado entre tactos,
abrazos,
piel,
entregándonos al palpitar de sentirnos juntos,
sin caos ni penas,
sólo luz y belleza del vivir.
Amor perdido,
encontrado entre la luz del alba y las estrellas escondido,
tendiéndonos las manos para coger las nubes,
las flores,
las alas,
los mil sonidos del aire
para existir flotantes en el puro vivir,
salvados por milagro de no estar más juntos
y así estrenar el beso,
el amor,
sin sufrimientos ni quebrantos.
Un beso de tu alma
Un beso
de tu alma,
me
alcanzó una noche,
llegó
con dulzura y con una tierna caricia
estremeció
todo mi espíritu y mi cuerpo.
Con
pequeños trozos de tu eterna ternura,
tallaste
en mí,
las
letras,
prosas,
poemas,
entre
ideas estremecidas,
juntando
las palabras con pasión
y
alcanzando el éxtasis del amor.
Cuando
llegó tu beso a mi alma,
me
inundó de calor y luz,
entre
temblores de ansias
y
sobresaltos inauditos.
Tu beso
inundó el desierto de mi alma
como
néctar embriagante
que se
liba en el bíblico cáliz de los labios.
Un beso
de tu alma,
aún
como caricia esquiva,
no dejó
en mí,
amarguras
ni resabios,
sí
susurros,
dejándome
amor,
fe,
esperanza,
un
himno sin palabras
que se
elevó hasta lo alto,
modulando
suspiros y promesas.
Como
fugitivo y delicioso roce
es un
espasmo de delicia suma,
algo
que sabe a miel y dulce goce,
a
tibieza de cuerpo y perfume.
Un beso
de tu alma es la íntima
entrega
de un momento
que el
alma hace del ardor que nos sofoca,
son dos
vidas que se funden en un mismo aliento,
es un
cielo tejido entre dos con finos hilos de amor.
Un beso
de tu alma
es cual
aroma de azahar
en un
atardecer
suave y
cálido.
En mi
mundo interior se alargan,
temblando,
las
notas,
llorando
de placer,
en una
completa armonía
sin
sollozos agobiados ni congojas
dolientes
ni melancolías recordadas,
sólo
paz y calma total.
Entre
estremecimientos de placer
y una
expectación ansiosa,
espero
el beso de tu alma
y éste
al llegar hace resonar arpegios
refulgentes
de dianas sonoras
que
recorren cielos,
mares,
horizontes…
siguiendo
un silencio albo
que
refleja con ímpetus alados
el amor
ascendiendo a las alturas.
Un beso
de tu alma es la luz amanecida
que
hiere al despertar los ojos
y me
alumbra imprevista,
sin
saber por cual oscuridad llegará
como un
elixir que da vida a mi vida,
que
arranca suspiros profundos,
aún de
entre mis sueños velados.
Un beso
de tu alma es fuente de paz,
sosiego
y consuelo de mis minutos
de
eterna soledad.
En cada
amanecer me hace volar al paraíso
y
descender a la tierra
entre
música de arpas y violines,
danzando
mis prosas de amor
en
pentagramas colmados de letras sincopadas
que
flotan con luces de estrellas.
Un beso
de tu alma conquista mi todo,
me
lleva a la calma y a disfrutar de este
hoy
bajo la
sombra de plata de la luna precedido
de una
gran bandada de pájaros cantantes
que
entre apiñada escolta lo conducen
ligero
a depositarse silenciosamente
en mi
espíritu alado que lo espera ansioso.