Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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martes, 12 de junio de 2018
Abierta a ti
Siempre te estoy esperando, bajo el cielo azul,
detrás de telones de años,
mis labios están dejando un beso en los tuyos,
palpitantes e impacientes.
Sé que este amor que inventamos sin tierra ni sin fecha,
se pasará muy pronto en nuestras almas.
Hoy nuestro beso, su lecho está sólo en la fe.
Abierta a ti para siempre.
Ven a mí desde ti, no desde tu cansancio.
Quiero sentirte mío como siente el agua del puerto pensativa,
en las quillas inmóviles, el alto mar, la turbulencia sacra.
Vida me da el sentimiento, cielo me da la conciencia,
por eso te espero, te busco, poro todo lo soñado hacia todas partes
vuela.
Muy cerca te quiero, amor, muy cerca, en todo momento, estoy abierta
a ti en cada instante,
cada vez que nos veamos y nos miremos a los ojos nos sintamos uno
dentro del otro,
como si fuéramos una sola persona.
Contigo mis poemas de amor se mojan las alas en la trasparente
esfera de la gota de roció,
y así mis versos contemplan la imagen del cielo unida a la forma de
la Tierra.
“Una canción susurrará tu piel
instrumento solista de la nostalgia”
Vivencias
Fluye el río del tiempo, se empapa uno en sus aguas,
se le encoge la voz, la mirada se amansa.
Se achica el corazón, las piernas se acalambran.
Se entumecen los brazos y se arrumbara la espada
y la flauta se vuelve reticente y opaca.
Piernas y corazón apuraban su marcha hora explorando amores, hora
andando comarcas,
a todos algún seño prometía mi
flauta no el sueño que se sueña, sí el sueño que se arranca,
de la tierra renuente y el corazón desbordado.
Que pronto un diluvio como un
torrente de lágrimas ahogo las penas del mundo y puedo ir,
cantando bajito sin ahondar las pisadas, no sé si por costumbre o
por cautela con un dejo de gozo y otro dejo de lástima.
Gozo por lo que tengo y por lo que soy.
Me basta.
Pena por tantos sueños muertos a mis espaldas.
“Me
niego a despertar
no quiero ver la soledad de tras
de tu perfume que se negó a partir”
Tus manos
Lentas como gaviotas de
porcelana planean sobre mi cuerpo,
ansioso tus dos manos de
blanca sombra y delicadas líneas.
Tus suaves caricias
bautizan mi frente afiebrada,
dibujan mi cara pobre y
triste,
entibian mi cuello muerto
porque tú no estás mi lado.
Cual hambrientas
sensitivas,
con suavidad de blancos
jazmines,
tus manos cuajan mis
senos,
doloridos de deseo
y en borracha entrega agitan
la soledad que se deben.
Mis formas inanimadas,
viven, tiemblan, se hacen
carne,
bajo el cincel embebido,
de tu pasión noble y pura
.
¡Qué sensación tan
profunda!
¡Qué grito de amor
desgarra mis poros
y mi sangre!
Manos frágiles y suaves de
vuelo tarde
y de caricia, detén tu giro
de espuma de amor,
sobre mi cuerpo, mira bajo
tu rostro,
allí brota mi alma parca,
allí vuelve mi amor pleno.
“La
pajarera
del
tiempo abre sus alas.
Marcha
el reloj”