Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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miércoles, 5 de septiembre de 2018
Momentos precisos
Momentos
precisos,
sorpresivos,
no esperados, únicos.
Nos
encontramos sin buscarnos,
nos
miramos hasta el fin
de
nuestros días.
Momentos
precisos,
plenos
de amor, gozo,
placer
de estrecharnos
en
nuestros cuerpos
ávidos
de ser amados.
¿Por
qué ahora, cuando ni lo intuimos,
ni lo
percibimos, nos encontramos
en un
instante vacío de amor
en
nuestras almas?.
Eres la
frescura del aire que respiro,
el
aroma del bosque umbrío,
la
espuma del mar en calma,
el aire
diáfano del día azul.
Momentos
precisos,
surgidos
de la nada,
de lo
profundo de nuestras vidas,
cual
mágicos momentos irreales y misteriosos.
Momentos
precisos,
plenos
de dichas, de emociones intensas
que
hacen que la sangre corra por mi cuerpo más aprisa,
entre
arpegios y bemoles,
música
sincopada de cuentos inventados.
Momentos
precisos,
necesarios,
anhelados, con todo el amor
que se
puede esperar en tan sólo un beso apasionado
entre
suspiros de gozos y placer.
Te
quiero junto a mí, quiero sentir tu latir,
tus
emociones, tu calor cerca de mi cuerpo.
Momentos
precisos,
el oído
pegado sobre el ángel que custodia
el
hechizo de tus sueños
mi mano
angustiándose en el aire
por el
largo alumbrar del movimiento
con el
pulso agitado de la sangre
sobre
el somnoliento silencio
se quema
las llamas del placer y el gozo
como un
ave de marfil en primer vuelo.
Momentos
precisos,
aquellos
los preciados, los queridos, los anhelados
con
frescura de amapolas y espigas
brotando
verdes en la hierba.
Ahoga
en desazón al pensamiento,
se
detienen las horas de la espera
en el
momento inolvidable de este instante
donde
yo espero que nazca en tus ojos
el
verde que refresque mis sentidos.
Despedida frustrante
Despedida frustrante,
todo cambió, se hizo humo gris oscuro
y un manto de negra oscuridad me envolvió.
Te habías ido para siempre.
ya no eres nadie, ni nada,
cae le lluvia donde tu sombra vive en
eternidad,
me dejaste apabulladla, como una flor
marchita
y sin pétalos.
Mi corazón late lentamente, como si las
venas,
no quisieran que sufriera de dolor.
te amo en la espera
y amo esa espera porque se come el tiempo
letargo,
impreciso, que arrastra en sus alas,
minutos y tormentas.
Cupido tiene una espada por flecha,
me hiere, mata.
Me duele el alma, anida el trueno,
cuando tu cuerpo se va.
Despedida frustrante,
decepción, desilusión, cría en ti,
te amé con total intensidad,
pero todo fue en vano,
tú no me amabas, fingías amarme,
por tu altiva vanidad.
La niebla torva del silencio,
ahoga tu luz ausente de mis carnes,
ya no siento tus besos,
ya no soy tuya más.
Voy bajito, despacio, sin ahondar las
pisadas,
con un dejo de lástima,
porque aún así no te puedo encontrar,
ni en cuevas, ni en valles, ni en altos
pedregales.
Luego un grito felino de furor salió de mi
mundo interior,
por ira, rabia, desconsuelo,
al darme cuenta de que por fin no te vería
más
y tu hombría toda se derrumbó para mi,
se fue achicando y deshaciendo liquida,
rojiza y pegajosa.
Despedida frustrante,
Pseuda tristeza tu sonora y amada voz,
se tornó en un cuchicheo arrullador y
trémulo,
ya no te escucho más,
no querré oírte,
esa voz que me conquistó por su seducción,
tono, en medio de palabras de amor.
¿Por qué esta sed que crece desde adentro,
urgiendo el deseo de estar contigo y
trueca lo deseado?
¿Por qué este inexorable desencuentro?
necesito tu amor, como la lluvia a la
tierra seca,
tus abrazos como a la orilla del mar,
tus noches enteras haciéndonos el amor,
como la alergia y la risa juntas.
Me siento sola, sin otra compañía,
que miras muy despacio con los ojos,
arrasados de llantos el pasado ya ido,
en el que juntos estábamos y nos amábamos.
Siempre vivirás en mí
Siempre
vivirás en mí,
siempre…
viviré pensando en ti,
en
ese día cuando te conocí,
en
ello, en tu mirada de vida,
que
a mi piel cada día desvestía.
Pensaré
siempre que te conocí
y
vivirás eternamente en mi,
abrigaré
así tu presencia,
con
los ecos de tu ausencia.
Siempre
vivirás en mí,
sentiré
que estás aquí,
porque
un día te pertenecí,
sabré
que en mí, siempre existirás
porque
tú también me perdiste.
Viviré
ese beso que te di,
en
tus brazos, esos que perdí,
en
ese día aquel cuando te marchaste…
Siempre
vivirás en mí,
vivirás
en los sueños que te di,
en
los suspiros que veo partir
y sé
que siempre me ilusionaré,
pero
a ti, mi amado amante no te olvidaré
por
eso te escribo esta carta para que sepas,
que
te necesito, que no puedo vivir sin ti.
Para
que no me olvides, te enviaré un beso,
y
con él mi vida, mi pasión y mi amor eterno.
Siempre
vivirás en mí,
para
que no me olvides, dejaré que tu cuerpo,
navegue
en las letras de mi alma,
para
poder crear un poema tan intenso,
que
solo grite con sutiles palabras,
un canto de amor sublime,
para
que no me olvides.
Y
mientras sigo dando vueltas y vueltas,
entregándome,
engañándome,
creyendo
que aún me amas
y
solo pienso en tu rostro,
tus
besos, tus delicias volubles,
tus contactos
rápidos recorriendo mi cuerpo
i
haber llegado yo al centro puro,
inmóvil
de mi misma esperándote.!
Siempre
vivirás en mí,
yo
no puedo darte más.
No
soy más de lo que soy, ser eternamente tuya.
¡Ay!
Como quisiera que hubieses dejado a mi lado,
tu
cuerpo al marcharte, huella tierna, tibia,
inolvidable,
única.
y
que contigo se fuese sobre ti,
mi
beso lento , ávido, apasionado,
en
todo tu cuerpo.
No
podrás olvidarme, porque estaré en tus sueños,
en
el aire y en el agua, en la brisa y en el viento.
Te
lo dije aquel día casi como un lamento
“para que no me olvides”
me
adueñé de tu cuerpo.
Siempre
vivirás en mí,
ten
siempre en tu vida mis cartas de amor,
en
ellas te expreso todo el amor que por ti siento,
es
como un relámpago de gloria,
que
encendió en mi tu amor sublime,
no importa que para ti solo fuera,
una historia de amor más
y no
te turbe tus goces el desvelo de este,
que
es tuyo,
corazón
herido.