Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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miércoles, 19 de septiembre de 2018
Placer
Cuando mis ojos gritan tu
nombre el todo se llena de gozo,
porque tu nombre es el
amor de mi vida.
Seduce mis formas de arcoíris
deslucido.
Regálame el trébol y el
aroma de tus manos.
Sacúdeme con el aliento de
tu brisa azul y ágil.
Quiero ser una brizna viva
en tu letargo de cariño.
Cuando entrecierro los
ojos intacto te recupero.
Pienso que estoy en tus
brazos, que hacemos el amor,
con ímpetus y voluptuosos
movimientos.
¡ Que placer, qué gozo,
qué delicia!
Mis caderas se contornean
pregonando ¡más y más!
Siento tu esencia inundar
mi cuerpo.
Estábamos como en un país
de hechicería, donde la braza,
ignora la ceniza y busco mirarte en un modo azul que
atiza la braza y
arremansa la alegría.
“Nadie
previno,
la
culpa de existir,
no
acepta culpas”
Culpa
Culpa, ¿toda mía es la
culpa de tu ausencia?
No supe retenerte a mi
lado.
¿Será mi culpa?
¿O tu miedo a amarme y ser
amado?
Yo soy por siempre tu
amante hasta que deje este mundo.
Mi culpa es amarte con
toda intensidad, con mi cuerpo y mi mente,
con todo mi ser.
No estás.
Y estás en mí como una
lluvia de suavidades indefensas,
que braman por sacarme de
la rutina muerta,
para arrastrar mi sed en
el silencio de tus miradas grises.
Quisiera estar contigo sin
culpa alguna,
en un bosque de pinos para
seguir la travesía del aire,
telegramas de resina y de
esperanza.
¡Cuántas flautas
prodigiosas envolverán la culpa acumulada,
entre redes de hojas
perfumadas!
“¡Qué
feliz me siento con mi culpa!
¿Podrás
decir lo mismo de la tuya?”
Lejanía
Lejanía ya cercana, te
quiero a mi lado,
tu cuerpo junto al mío.
El agua modela tus formas
de hombre esculpido en el andar,
en el sufrir de las
distancias, en el querer de los recuerdos.
Lejanía, no tan lejana,
añoro en el silencio la mojada sonrisa de tus labios
y el viril bronce de tu
cuerpo.
Mi deseo tiembla, tu
cuerpo brota entre mis dedos,
antes que la realidad
llegue a mis manos.
Has borrado el sueño de tu
leyenda.
Mi delirio, mi ilusión, mi
incertidumbre.
Realidad que devoras todo
mi cuerpo entre tus brazos,
en las luces y la sombra,
la rueda de mi existencia cotidiana,
solo piensa en ti.
¿Qué tejera tu memoria
madura de andar los tiempo,
de dibujar los caminos por
donde viniste andando desde tu lejanía,
buscándome con
desesperación?
“Me
duele el alma, anida el trueno,
cuando
tu cuerpo se va”