Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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domingo, 23 de septiembre de 2018
Sedúceme
Sedúceme,
conquístame con tu
voz profunda y única
y tus palabras
colmadas de amor
que llegan a lo
profundo de mi alma
dominando mi razón y
rasgando mi piel.
Aún en tus silencios
tu voz me acaricia,
me subyuga,
me estremece en un
letargo impreciso
que el tiempo
desgrana.
Sedúceme,
sin siquiera tocarme,
haz que mi deseo
tiemble entre delirios,
ilusiones,
incertidumbres.
Necesito vivir en un
rincón de tu presente
y que mi imagen la
guardes
atiborrada de
recuerdos.
Sedúceme tan sólo con
tu voz
en un aire silencioso
que como bálsamo
errabundo
me busca en la oscura
lejanía.
Te siento pero no te
tengo,
mi cuerpo mudo de
cariño
necesito ser pasión
en polvo de cenizas
para que me armes con
tus besos redentores.
Sedúceme,
tendrás que hacerme hoy
y fuego,
vivir presente en mis
formas afiebradas.
Necesito reír
contigo,
escuchar con tu voz
de horizonte tibias
de palpitación tus
palabras de amor.
Enséñale a mi boca a
que te busque
en la intimidad del
silencio,
en la compañía del
pensamiento.
Sedúceme poco a poco,
despierta todo lo que
en ti provoco
que me hace pensar
que necesito tu risa y alegría
cada vez que me
llamas.
Estás lejos,
lo sé,
pero te siento tan
cerca
que me llega tu sabor
a gloria de tu alma
y tus coqueteos me
hacen estremecer de placer.
Sedúceme con tacto
como si fuera
seduciendo al viento
o como desojando una
rosa
y dime como
enredarías tus dedos entre mis cabellos,
hoy los he peinado
con perfume de sándalo.
Dime lo que quieres
con mezcla de ternura
y de ansias locas
que penetren en mi
alma
que te está
esperando.
Sedúceme como
distraído,
respira profundo,
acércate a mí con tu
voz serena,
con tus palabras que
como caricias
hacen vibrar mi
cuerpo y sentir ese tu aroma
de flor de azahar
sobre mi cara.
Quiero sentir cerca
tu aliento cálido y dulce,
que no se apague la
débil flama
de este amor febril
recién iniciado.
Sedúceme con tu
encanto,
átame con tus deseos
desde tan lejos,
confiésame tus
anhelos y déjame vivir en tus sueños.
Te nombraré en mis
suspiros,
te dibujaré en el
pensamiento,
te querré con los
sentidos
y te entregaré mis
sentimientos.
Sedúceme hasta en mis
sueños,
que tus dulces
palabras de amor repiquen
como ecos en mi alma
que te espera ansiosa
con deseos de
compartir contigo
todos esos distantes
de estar juntos
con gozo y placer.
Aún es tiempo de soñar
Aún es
tiempo de soñar,
ir en
vuelos rápidos y mágicos
al
mundo irreal del sueño
que nos
hace gozar de placeres y dichas.
Sí,
ir
hacia el tiempo de amar y ser amada
y en un
revuelo tornasolado la orla del sueño
roza al
pasar mis solitarios recuerdos.
Aún es
tiempo de soñar,
aún
cuando los vientos de otoño soplan
a
través de mí
y tú
estés lejos
y seas
todo nostalgia.
Desde
las alas de mis sueños escondidos
en
secretísimos lugares están mis prosas,
mis
versos,
flotando
entre nubes de algodón
iluminados
por luces de estrellas.
¿En qué
ignorado alfabeto del aire
están perdidos
los poemas de amor
que
merodearon mis sueños en este tiempo
en el
que un silencio cruza hacia el olvido?
Aún es
tiempo de soñar en este mi ser desvanecido,
que aún
canta sueños de amor
y se me
oye en soliloquios íntimos
donde
brotan como una savia sin fin
los
impulsos delicados
de
verter en páginas de colores
mis
verdes esperanzas,
mis albos
anhelos en prosas para ti,
el
desconocido de siempre.
Aún es
tiempo de soñar,
es un
don que alegra mi alma
y me
hace seguir con ímpetus,
conquistar
el aire hacia ti,
estés
donde estés
aún en
mis secretos
sueños
plenos de ardor
rodando
hacia el horizonte de los días.
Soy hoy
un alma que sueña
en
encontrar la letra de su cántico,
soy la
que ama en su tiempo y no en el tuyo,
la
autora lenta de viajes encantados
que
inventan sueños olvidados al paso
de los
siglos del gran pecado original que es la vida.
Aún es
tiempo de soñar,
entre rosas
y trinos baja la clara esfera de la luna llena,
del
canto del ruiseñor en crepúsculos
a
orillas de los lagos.
Aún es
tiempo de soñar
aunque
las amapolas no se abran,
son
invisibles pero existen,
duermen
tan sólo pero están,
sólo
cabe esperar el día que llegue
sin
mirar fechas ni minutos
el
instante supremo de cantar al Amor
y
soñarlo ni a tientas ni con sobresaltos
sólo
vivirlo tejiendo súbitos poemas,
prosas
sin fin.
Aún es
tiempo de soñar,
volando
por el infinito,
como
locos soñadores,
gestores
de ilusiones y grandes esperanzas
para
una vida mejor.
Seremos
tú y yo
en
nuestros sueños compartidos,
luchadores
incansables
con
nuestros corazones valientes,
esperando
desde este tiempo imaginario
los
días futuros,
los
acaparadores de dicha.
Aún es
tiempo de soñar juntos,
tú y
yo,
entre
palabras de amor
que nos
inspiran a seguir amándonos.
Sorpresa inesperada
Sorpresa
inesperada,
¿qué
viene por el sendero blanco
como
papeles de rocío,
revoloteando
el aire hacia mi?
Buscan
mi nombre,
hurgan
entre miles de huecos
de
arcones con cerrojos
y
llaves entreveradas en un ovillo metálico
que es
imposible desatar.
Sorpresa
inesperada,
como en
un combate
con
carcaj en nubes urdidas,
sueño
que despierto
entre
murmullos desnudos
donde
la luz en mis pupilas congrega
la
sangre en los sentidos y una tibia memoria
sin
contornos descubre lo que esperaba ansiosa.
Sorpresa
inesperada,
se
mueve la distancia hacia ella
como
alas batientes detrás de mi alma,
inútil
que te busque y te persiga,
vendrás
por el aire burilada
por el
talón de arcángeles invictos.
Sorpresa
inesperada,
mi
corazón tiembla,
la duda
me inunda,
¿es que
acaso llegará a mí,
a pesar
de todas las murallas que me envuelven
y me aprisionan
en castillos de cristal?
Un
miedo tibio padece lentamente mi alma
pero la
esperanza lo cubre con mantos verdes
haciendo
que el aire húmedo
me
lleve a cielos de alamedas de cristal,
esperando
en paz y sosiego.
Sorpresa
inesperada,
se
acerca despacio,
sin
prisa,
sobornando
las dudas que me acechan
que me
quitan el hechizo de mis sueños.
¿Será
verdad que me encuentra lo que más espero?
Mis
manos se agitan,
angustiándose
en el aire
en un
largo alumbrar del movimiento.
Cae el
pulso agitado de la sangre
sobre
el plato sonoro del silencio,
quema
la llama hirsuta de mi frente,
un ave
de marfil en primer vuelo.
Sorpresa
inesperada,
¿Vendrás
a mí?
¿Me
encontrarás en el instante preciso
en el
que más te necesito?
Crece
en mí,
una
hiedra pálida de dudas,
ahogando
en desazón el pensamiento
y
deteniendo las horas de la espera
la
ramazón elástica del viento.
¿Cuál
es la sorpresa inesperada?
La que
agita mi alma,
la que
levanta la estirpe de mis cantos
y mi
sangre convoca con apetencia
haciendo
brotar de mi interior
las
palabras con sonidos,
las
frases de amor,
la que
despiertan mis sentimientos más íntimos,
los
secretos guardados con celo y artimañas
para
que nadie los encuentre en el nunca jamás.
Sorpresa
inesperada,
te
reclamo,
te
nombro para que me halles
y me
sumerjas fija en este mundo
entre
alegrías y cantos,
hacia
mi interior donde el deseo reverdece.
Queda
la incógnita,
lo no
sabido,
lo
imposible de anunciar,
el misterio
no develado,
el
ruego no escuchado,
la
quietud inmóvil,
la
soledad sin amor.
Sorpresa
inesperada,
eres el
solar de mi vida,
el
deseo consumado aún sin serlo,
coronas
los vientos serenados de mi vida
y haces
surgir los cánticos unánimes
de mi
frágil existencia.
Ya se
acerca,
notas
suben en números concordes,
el
mañana me espera y con sones de oro
te
proclamo dueña y señora del existir
en esta
vida donde la sorpresa inesperada
nos
conduce a dichas sin sonrojos
corriendo
por la cifra de mi nombre
hacia el
cuenco sellado de mi vida.