Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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viernes, 12 de octubre de 2018
Maldita cobardía
Maldita
cobardía,
sí
tú, el que se cree único e invencible,
eres
un cobarde mentiroso,
que
no puede enfrentar la verdad,
mirando
a los ojos,
de
una situación quebrada y desquebrajada para ti,
que
venía de tiempo atrás y nunca fuiste valiente,
en
enfrentarme y decirme ya no te amo más,
me
enamoré de otra mujer.
Por
eso en el último instante sin verme,
me
lo hiciste saber,
eres
cruel y la vida te llevará por senderos implacables
y
el infierno lo vivirás acá en la Tierra,
la
felicidad verdadera no te tocará,
porque
no te verá,
ni
la dicha tampoco.
Maldita
cobardía,
vivirás
en un mundo irreal y fantasioso.
Alguna
vez debía decírtelo, nunca lo hice,
lo
hago a través de estas cartas,
que
me llevan a recordar,
momentos
felices que yo creí vivíamos juntos.
Vivimos
vidas diferentes,
ahora
yo libre gozo de estar,
conmigo
misma,
dando
amor por doquier.
Allá,
en el límite sur,
donde
mis dominios terminan,
el
mar aún dulce me entrega sus orquídeas de sales
y
el río del más fino acento te envuelve,
la
cintura,
arrojándome
al corazón bandadas de cardenales.
Maldita
cobardía,
tú,
en cambio,
te
miro en el río,
sin
querer lanzar los barcos,
pues
siempre estarán tus ojos,
vigilando
tu vida equivocada y errónea.
No
tienes alma sana, aunque te cerquen las aguas,
vivirás
fiel a tu destino erróneo.
No
te quieres ni un poquito,
porque
de lo contrario el egoísmo no te hubiera,
envuelto
en una red de tela de arañas,
sin
dejarte salir.
Yo
siento que el río me endulzará,
con
los racimos del cielo,
guardando
para mi alma los secretos,
de
los astros.
Mientras
tu boca enmudece,
la
guitarra está llorando por tus verdades escondidas,
en
el recóndito lugar más secreto de tu duro corazón.
Maldita
cobardía,
voy
cantando en busca de un nuevo amor,
verdadero
y único,
entre
arboles en el río.
Mis
poesías de amor renacen nuevas, frescas,
plenas
de emoción para que el papel en blanco,
que
las espera, las reciba con ansias.
Estoy
feliz en el verde levantado del árbol,
donde
no pierdo mi albedrío
y
en el viento cálido del este
y aún en la orilla del mar enamorado.
Sola y sin ti
Sola y sin ti,
Sin ti los días no tienen brillo,
sin ti es como andar sin alma.
El amanecer sin la luz del sol.
Sin ti es esperar la luna una eternidad.
En mis noches de nostalgia,
sin ti soy un barco en la tempestad,
que no encuentra donde refugiarse.
Sin ti la luna pierde su brillo
y el sol se oculta en el horizonte lejano.
Sin ti
la vida no es más que una rutina,
mi cielo se torna infierno
y el infierno se hace eterno.
Sin ti el mí deja de existir,
sin ti todo mi mundo deja de vivir.
Sola y sin ti,
sin ti es difícil descifrar el camino que
siguen mis pasos,
al andar, sin ti no existe un más allá
y me envuelve la tristeza al sentir que no
estás a mi lado.
mi vida eres tú,
mi suelo eres tú,
sin ti no soy nada ni nadie,
sin ti yo me muero.
Es difícil vivir solo con tu recuerdo, te
necesito a ti amor,
vuelve, que estoy acabando mi vida sin
quererlo,
vuelve amor, no me dejes así,
tan sola y con frio por todas partes,
un frio que no me deja ir tras de ti.
Sola y sin ti,
llevas tu vida en alto, juegas con ella,
la lanzas como a una voz a las nubes,
a que recojan las luces,
que se nos marcharon ya.
Ese es tu sino… vivirte.
No hagas nada.
Tu obra eres tú, a mí me dejaste sola y
triste.
Cuando tú no estás, cierro los ojos y me dejo
llevar.
Extraño tanto tu piel, tus caricias, tu
cuerpo,
las fuerza que impones en mí, tu sabor, olor,
tu voz, tu elocuencia vehemente.
Sola y sin ti,
y eres refugio, deseo, eres dulce melaza.
Te siento tan cerca aún en la distancia,
aquí en mi pecho, en mis labios.
Cuando tú no estás y creo que te acercas,
mi mente se ilumina y mi corazón se acelera.
Al recordar tus besos y caricias,
esas que me llevaban al cielo
y me hacían estremecer con sólo mencionar tu
nombre,
tu pasión , me vuelve a encender todo mi
cuerpo,
desde tu lejanía.
Cuando tú no estás, el cielo llora lágrimas
por tu ausencia
y mi alma pide clemencia.
Sola y sin ti,
tú eres esa luz que irradia mi ser
y siempre a mi lado te quiero tener,
para que el tiempo no se agote ni se amargue
y los días no se hagan oscuros y tristes.
La alegría no es nunca de la misma mano,
Es de la que me falta, la tuya.
hoy es una, otra mañana, otra ayer,
pero jamás es la tuya.
Los besos los traen los hilos del porvenir,
y vienen de donde vienen y yo no me siento
besar.
¡qué hermoso el mundo seria, qué entero si
todo,
besos, luces, gozos , vinieran sólo de ti!
Miedo a perderte
Miedo
a perderte
Ahora
que te nombro y te reclamo,
Se
aleja un rudo embarazo de silencios
Entre
tu cuerpo y mi presencia.
No
te vayas, tú eres para mí la vida entera
Recorres
mis sentidos sin orillas.
Miedo
a perderte
Eres
en mi otoño un viento adolescente en primavera
En
la estupre de mis cantos se levanta
Y la
sangre convoca en apetencia.
Te
nombro a cada instante
Y te
invoco con pasión y deseo, no me dejes.
Miedo
a perderte
En
las duros biseles del silencio
El
calor de tus hombros enlazaba
La
cima de los cielos con la tierra.
Crecías
hacia adentro, mi piel con tu belleza
Y al
roce, y al llamado de tus ojos…
Se
alzaba de mí siempre este poema.
Miedo
a perderte
No
me abandones, no te alejes, no te pierdas,
Te
buscaré entre el follaje de tu pecado
Y en
fresco temblor de tu rocío,
Reposaré
la cuidad, cada recóndito lugar secreto,
Explorare
el río e indagaré por el mar, por mi cantado.
Miedo
a perderte
No
te encuentro si me dejas sin el verde levantado
Del
árbol donde pierdo mi albedrío
Ni
en el viento caliente del estío
Ni
en la orilla del mar enamorado.
Miedo
a perderte
Y
así voy por verdes de la tarde perdida
Por
siempre en tu embeleso sin sentir el cercado
De
tus brazos, ni ver tu fuego que en los pueblos arde,
Te
llamo hasta quebrar mi voz, por eso,
Sangra
mi corazón y te derramas alejándote
Sin
sequia con una palabra de amor.
Miedo
a perderte
Si
regresas a mí, amado ausente,
El
sol iluminara nuestro amor,
Y
nuestra sangre con bilirrubina
Combinándose
en el fuego.
Están
fuertes mis manos y pasa un viento dormido
Ramos
verdes que cierran mi sueño
Y
torpe seré por siempre.