Páginas

Te alejaste de mí


Te alejaste de mi, sin una sola palabra, sin un adiós,
simplemente desapareciste en la nada sin una sola palabra como si yo n hubiera sido nadie.
Te alejaste de mí por temor, por miedo, a enamorarte de mí porque eso conlleva a que tu sociedad, la que te rodea podría criticarte de alguna manera.
Te alejaste de mí, dejándome en la completa ignorancia del porqué lo hiciste, no lo sé,
no lo sabré nunca, no te buscaré tampoco, pienso que serás feliz a tu manera,
pienso que podrás lograr éxitos en tu carrera profesional sin mí a tu lado,
con otra quizás que ya la tengas encausada en  tu vida.
La vida tiene misterios, misterios que nos hacen llorar, nos hacen vibrar, nos hacen suplicar,
nos hacen pedir y eso nos hace vulnerables a cualquier sentimiento y esto hay que evitarlo que suceda, yo estoy enamorada de la vida y por lo tanto no debo sufrir a pesar de que las criticas me rodean, las envidias me envuelven, todo eso hay que dejarlo de lado, no hay que pensar en ello.

“!No quiero lastimarte,
no quiero que sufras sin mí,
Adiós mi amigo virtual, adiós por siempre!”

Lágrimas


Lágrimas saladas inundan un mar en mi pecho,
te has ido y no te encuentro
ni en un resquicio de este mundo
pequeño y frágil.
Estoy llorando espinas al amanecer,
cabalgando en vientos y huracanes, la lluvia golpeando mis mejillas,
sólo pensando en ti.
La piel de tu costado se me enciende sobre  el ojo cautivado,
de deseo y flota tu cintura sobre el agua,
que manan mis recónditos adentros.
De lágrimas de amor estoy sedienta de tanto que yo por ti concibo,
que me provocan un dolor tremendo al no verte,
en el amor que anhelo.
Lágrimas que angustian mi alma que una muestra de amor,
por ti clama, suplico
, por una huella que de ti añoro.
Tan de cristal y oro perfumado el aire que me cerca los ojos
lloroso,
que temo despertar en tus pupilas por no apoyar,
mis ojos en el aire.
Mis pestañas con gotas de agua rizan el viento y mueven el follaje.

“Enciendo velas
 donde el viento sacude
 negra soledad”

Tus manos


Lentas como gaviotas de porcelana planean sobre mi cuerpo,
ansioso tus dos manos de blanca sombra y delicadas líneas.
Tus suaves caricias bautizan mi frente afiebrada,
dibujan mi cara pobre y triste,
entibian mi cuello muerto porque tú no estás mi lado.
Cual hambrientas sensitivas,
con suavidad de blancos jazmines,
tus manos cuajan mis senos,
doloridos de deseo
y en borracha entrega agitan
la soledad que se deben.
Mis formas inanimadas,
viven, tiemblan, se hacen carne,
bajo el cincel embebido,
de tu pasión noble y pura .
¡Qué sensación tan profunda!
¡Qué grito de amor desgarra mis poros
y mi sangre!
Manos frágiles y suaves de vuelo tarde
y de caricia, detén tu giro de espuma de amor,
sobre mi cuerpo, mira bajo tu rostro,
allí brota mi alma parca,
allí vuelve mi amor pleno.

“La pajarera
del tiempo abre sus alas.
Marcha el reloj”