Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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lunes, 12 de noviembre de 2018
Caricias de amor
Caricias
de amor
¡Qué
caricia larga
de
acción
me
sube por las venas
anchas
de re correrme!
Sublime
sentimiento de amor
que
mi alma no puede alcanzar
el
silencio de poemas sin palabras
y
salta por mis labios
hecha
de polvo
de
vibraciones íntimas.
Nuestras
caricias recorren nuestra piel
y
nos unen en un abrazo tan íntimo
que
somos un sólo cuerpo.
Cuando
estamos juntos,
rueda
en mi rostro
la
enternecida claridad que sueñas.
Para
mirarte, amado,
en
mis ojos hay público de estrellas.
Cuando
me tomas, trémulo,
hay
lirios naciendo por mi tierra
y
nuestras almas,
como
ávidas gaviotas
se
tenderán al viento de la entrega
y
yo,
fuente
de olas,
te
haré cósmico.
¡Hay
tanto amor
nadando
en mis estrellas!
Caricias
de amor,
que
en cada alba desharemos juntos
y
escribiré un poema
exaltado
de la espera
deteniendo
de emoción el mundo,
al
regalo nupcial de auroras nuestras.
Caricias
de amor,
que
hacen volver a la vida en un destello.
Las
tinieblas de mis pupilas desaparecieron
desde
que hallé tu corazón
en
la ventana de mi rostro enamorado.
Caricias
de amor,
esta
noche se ha ido,
casi
aurora
casi
ronda entre montañas,
como
una sensación de golondrina
al
picar su ilusión en una rama.
Amanecer,
sin alas,
para
huirse,
con
plena emoción entre mis manos
que
asaltadas fueron por tus caricias
que
antes eran castas.
Noche
rasgada al tiempo repetido,
detenida
en esencias altas,
como
una claridad rompes mi espíritu
circundas
mi emoción con alegría.
Caricias
de amor,
callado,
tímido,
íntimo,
así
te quiero
sin
saber las puertas del mañana,
entre
juego de luces, casi alba.
¡Amante,
tus
caricias desgajan mis sentidos…
Yo soy
un sueño remando por tus aguas!
Una mirada furtiva
Una
mirada furtiva,
huidiza,
escalofriante,
que me
deja anonadada,
en
temblores
que
provocan en mi alma
desazones
sin fin.
Entre
los dos
el
silencio se alarga y crece.
Sentidos
que laten los embates
que el
tiempo desafía entre cenizas y ruinas
que en
una larga agonía,
se
duermen en un escondite secreto.
Una
mirada furtiva
que
hace que cierre mis ojos
para no
sentir que te he perdido
para
siempre,
no
siento el cercado de tus brazos
ni veo
tu fuego
que en
los fuegos arde.
Te
llamo hasta quebrar mi voz,
por eso
me derramo
en
llantos y sangra mi corazón.
Una
mirada furtiva, cautelosa,
siguiendo
en pos de mí
como una aparición fantasmal
para no
dejarme encontrar
el
camino hacia mi espiritualidad toda,
conmigo
misma.
Así, en
movimientos lentos
como
alas de aves
en un
rítmico volar
mis
sueños se elevan a cielos infinitos
para
perderme lejos y no sentir
sobre
mis hombros cansados
tu
mirada furtiva, sigilosa,
cuando
tú y yo en pequeñas pláticas
hacían
nacer mis suspiros de desesperación.
¿Por
qué mis suspiros renacen
y
vuelven entrecortados y estremecidos
desde
el fondo de mi alma
cuando
estamos juntos?
Hay
algo en mi cuerpo
que
viene de un tiempo lejano,
es una
querencia,
un
ansia de volverte a ver,
a verte,
de
seguir contemplando tu antigua mirada brillante,
a veces
triste,
nunca
disimulada,
ni
solapada.
¿Por
qué amor mío,
tu
antigua mirada
no es
la misma en mi presente mirando?
Me
reconozco y la extraño.
¿Dónde
está?,
¿Vivo en ella?
¿O ella
en mí?
Mirada
furtiva,
cae
sobre mí como una fuerza
que me
invade y enajena mis sentidos.
¡Vete
ya de mi vida!
¡No te
quiero frente a mí, me desespero!
Sin
sintonía, mi cuerpo se marchita,
mi
mente se obstruye, mi corazón se agita.
Quiero
sentirme capaz
de ser
mi propio apoyo,
de ser
mi tránsito en esta vida mía.
Mirada
furtiva,
oculta
en tus ojos negros,
me
lleva al submundo del resto de la Creación.
¡Déjame
vivir libre,
con
sentimientos claros y preciados!
No
deseo sentir ningún vínculo con tu vida,
¡Haz la
tuya!
Tengo
sed de visiones nuevas,
las que me proyectan a un nuevo mundo,
azules
tenues
que me
llevan a azules perfectos,
lejos
de tu mirada furtiva,
ajena a
mí,
en un
callado empuje
que me
eleve por aires alados
a
horizontes plenos de luz y de amor.
Dame mi
libertad,
mi
espacio abierto
en
campos de amapolas y alelíes
entre
bandadas de visiones
con mis
ojos cerrados
que me
llevan
a mis
lugares íntimos y secretos.
Todo de mí
Todo de
mí,
soy
tuya,
mi alma
y mi cuerpo.
Te
busco entre el follaje de tu prado
y en el
fresco temblor del rocío
e
indago por el mar
por mí
cantado.
Todo de
mí
te
pertenece,
tu
estás en el verde levantado del árbol,
donde
pierdo mi albedrío
y en el
viento caliente del estío
y en la
orilla del mar enamorado.
Todo de
mí
es para
ti,
y así
voy por veredas de la tarde,
perdida
para siempre en tu embeleso,
sin
sentir el cercado de tus ramas
ni ver
tus fuegos que en los fuegos arde,
te
llamo hasta quebrar mi voz
¡ven
conmigo!
¡No me
dejes!
¡Todo
de mí es tuyo!
Ya que
si no estás a mi lado,
mi
corazón se desangra.
Tan de
cristal y oro perfumado
que te
cerca la garganta,
que
temo despertar en tus pupilas
por no
apoyar mis ojos en el aire.
Todo de
mí,
me
siento dentro de ti.
Tú
arriba, ingrávido, leve,
salvado
ya de ser vida tú mismo
para
vivir en el cielo monosílabico
del
puro arranque de sentirme tuya,
de la
chispa que de la nada se prende,
vivirás.
Todo de
mí,
siento
que hasta tu sombra me pertenece,
ayer la
acaricié
¡qué
extraño fue!
Pienso
en tus caricias,
mimos,
suavidades en mi piel,
que
corren hambrientas
para
recorrer todo mi cuerpo.
Todo de
mí,
hasta
tu perfume, tu sonrisa
que
está conmigo
y sigue
siempre clavada en mis ojos.
Necesito
que cada mañana
tu
aliento de cigarra,
anude mis ojos abiertos
en la
penumbra quieta.
No
estás,
pero sí
en mi mundo interior,
todo
unido a mí,
como un
ovillo de amores vírgenes,
plenos
de alegría y paz.
Todo de
mí,
es una
brizna viva
en tu
letargo de cariño.
Quiero
morir en tu calor
para
nacer en tus atardeceres
bajo el
canto de tus besos,
en la
danza de tus brazos,
¡tómame,
todo de mí es tuyo!