Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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lunes, 24 de diciembre de 2018
Magia nocturna
Magia nocturna,
esa bóveda de estrellas,
ese regalo sureño,
es toda magia y es sueño
con noches de luna llena
En la laguna,
media oculta en la totora,
hay un argentado chal
que de frío tiembla y llora
porque el amor de los amores
se ha ido.
¿Volverá?
Magia nocturna,
en alguna ocasión,
la luna luce brillante
porque el lago de los amantes
es aliento a la pasión.
Magia nocturna,
sopla nostalgia
en la penumbra del negro cielo,
jugando al viento con nuestros besos
promete sueños al gran silencio,
de pronto la luna atraviesa
esta noche llena y blanca
tras unos eucaliptos se encuentra
un follaje sobrepuesto
de magia rebosada.
La luna se resistía
a dormir tras el río.
Era el viento celoso
que abrazaba los vergeles
escondiéndose del frío
la luz se fue de mis ojos,
con una magia nocturna
donde permanentemente vivo.
Y sigo buscándote
entre las estrellas titilantes
y en el mar embravecido.
Magia nocturna,
caen sobre la noche
sueño e ilusiones
que se enredan entre hilos
de cristal y plata.
El silencio rescata
la profundidad de los pensamientos
la serenidad del cielo
habita en nuestras mentes,
los rayos de la luna
pintan las almas
y en el espacio se huele
el aroma de la dicha.
Magia nocturna,
el aire se impregna
con el perfume del misterio,
los labios se deleitan
con el sabor de los besos
La magia nocturna resplandece
en los caminos solitarios
vuelan los recuerdos
acariciando los sueños.
Amante reviví
Amante
reviví
volví
a ser la mujer,
enamorada
del amor,
porque
encontré en ti
la
ternura, el mimo, la nobleza,
la
alegría de tú corazón.
Amándote
reviví,
mi alma
se colmó,
amor,
alegría, gozo,
Placer
de placeres.
Tú eres
mi amor de verdad,
lo
imposible siempre llega.
Felicidad
destilada
por el
tiempo en sus colmenas,
por el
aire o por abejas.
Aprendí
con paciencia a esperarte,
A
sentir tú presencia llegar,
despacito,
besándome
el cuello,
las
manos mi todo.
Amándote
reviví,
me
llevaste por el sendero,
que
inspiró la poesía.
En un
raudal de inspiración
que es
fragor de lucha en el día,
y en la
noche meditación.
Nuestro
primer beso de amantes
¡asombro!
¿Es
obra humana tanto gozo?
¿Podrán
los sabios repetirlos?
Vuelan
hacia el segundo beso
más que
beso claridad,
quieren
buscar la certeza alegre
de su
don de hacer milagros.
Amándote
reviví,
mis
armoniosas risas y lloros en flor,
se
congregaron al rumor de las alas de mis sueños.
¡Versos!,
con ímpetu alado
al
ideal ascended
y en
las estrofas verted
el amor
que por ti siento.
Ahora,
contigo a mi lado,
río,
canto,
bailo,
amo,
mi
cuerpo vibra junto al tuyo.
Amándote
reviví,
Cuando
abrí la puerta de mi vida,
el
perfume lejano de tú ausencia
me
acarició la piel.
Sentí
que me abrazaban,
‘’en su
silencio’’, me dije.
Era tú
silencio colmado de amor,
que se
acerco muy cerca mío
con el
fuego de tu piel .
Amándote
reviví,
obediente
al ardor de un mediodía
muerdo
la fruta nueva.
La boca
anhela el más celado jugo
del
anhelo que me pasa.
Besos
para ti,
contigo
reviví,
presiento
en cada instante,
la
dulzura de la primavera,
pulpas
de enero,
azúcares de marzo,
día a
día,
sumados
a la almendra.
Contigo
reviví,
Amándote
en una consumación feliz que trae amor,
A donde
amor espera.
Siempre vivirás en mí
Siempre
vivirás en mí,
siempre…
viviré pensando en ti,
en
ese día cuando te conocí,
en
ello, en tu mirada de vida,
que
a mi piel cada día desvestía.
Pensaré
siempre que te conocí
y
vivirás eternamente en mi,
abrigaré
así tu presencia,
con
los ecos de tu ausencia.
Siempre
vivirás en mí,
sentiré
que estás aquí,
porque
un día te pertenecí,
sabré
que en mí, siempre existirás
porque
tú también me perdiste.
Viviré
ese beso que te di,
en
tus brazos, esos que perdí,
en
ese día aquel cuando te marchaste…
Siempre
vivirás en mí,
vivirás
en los sueños que te di,
en
los suspiros que veo partir
y sé
que siempre me ilusionaré,
pero
a ti, mi amado amante no te olvidaré
por
eso te escribo esta carta para que sepas,
que
te necesito, que no puedo vivir sin ti.
Para
que no me olvides, te enviaré un beso,
y
con él mi vida, mi pasión y mi amor eterno.
Siempre
vivirás en mí,
para
que no me olvides, dejaré que tu cuerpo,
navegue
en las letras de mi alma,
para
poder crear un poema tan intenso,
que
solo grite con sutiles palabras,
un canto de amor sublime,
para
que no me olvides.
Y
mientras sigo dando vueltas y vueltas,
entregándome,
engañándome,
creyendo
que aún me amas
y
solo pienso en tu rostro,
tus
besos, tus delicias volubles,
tus contactos
rápidos recorriendo mi cuerpo
i
haber llegado yo al centro puro,
inmóvil
de mi misma esperándote.!
Siempre
vivirás en mí,
yo
no puedo darte más.
No
soy más de lo que soy, ser eternamente tuya.
¡Ay!
Como quisiera que hubieses dejado a mi lado,
tu
cuerpo al marcharte, huella tierna, tibia,
inolvidable,
única.
y
que contigo se fuese sobre ti,
mi
beso lento , ávido, apasionado,
en
todo tu cuerpo.
No
podrás olvidarme, porque estaré en tus sueños,
en
el aire y en el agua, en la brisa y en el viento.
Te
lo dije aquel día casi como un lamento
“para que no me olvides”
me
adueñé de tu cuerpo.
Siempre
vivirás en mí,
ten
siempre en tu vida mis cartas de amor,
en
ellas te expreso todo el amor que por ti siento,
es
como un relámpago de gloria,
que
encendió en mi tu amor sublime,
no importa que para ti solo fuera,
una historia de amor más
y no
te turbe tus goces el desvelo de este,
que
es tuyo,
corazón
herido.