Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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lunes, 14 de enero de 2019
Recuerdo tus rosas rojas
Para ti, mi musa,
mi inspiración, mis
sueños dorados,
mi juventud y mi otoño,
mi homenaje es para
ti,
excelsa mujer poeta:
Juana de Ibarbourou
Tú inspiras mi vida,
la forjas,
la haces revivirla a tu través,
mi corazón te llama,
mi mente te clama.
¡No me abandones nunca!
Los años pasados
juntas,
ahora siempre
presentes,
en las que me decías
despacito
“mi diosa”
¡No! La diosa eres
tú,
la excelsa poeta,
la que atravesará por siempre
los campos del
olvido.
Por ti y para ti
surgieron mis poesías
de amor.
De ese amor que vibra
y late
en tu corazón y en el mío.
Mujer de mujeres,
poeta de poetas,
todo lo que vuela
en mis páginas en
blanco,
amarillentas,
apergaminadas,
en pequeños
trozos, minúsculos,
son fuente de amor
que tú quieres
que se vuelquen en el
mundo,
inundando almas con
poesías de amor
para que los sueños de todos
sean uno sólo.
Haz creado esta
misión en mi vida
sumergiéndome en una vorágine
de sentimientos y pasiones,
entre misterios y
nostalgias.
Como a ti,
me dicen transgresora
de las letras
porque el amor
que emana de mi mundo
es profundo, sensual,
único,
con todo la fuerza
de la energía que
viene de ti.
Me has transportado
contigo
a la fuente del saber
del alma humana,
juntas en una estrecha,
alta y espiritual
comunión de arte
y tú, como ángel
blanco del alba
y yo unidas por
estrechos lazos
que nunca se romperán.
Alguna vez, aunque
tarde,
debía decirte lo que
para mi has sido,
báculo de flores,
lámpara de luz
indefectible,
la palabra exacta,
la ternura compartida.
Eres mi inspiración
por siempre,
te siento cerca de mí
cada día y cada noche
y me transmites
sabiduría,
prudencia y amor
verdadero
hasta el último
aliento de mi vida
ya que tu presencia
está en todo momento
a lo largo de ésta,
mi vida.
¡Loor a ti Juana!
Poeta de poetas,
mujer de mujeres,
tu energía creadora
ha llegado hasta mí,
tú lo quisiste
y lo seguiré haciendo
por siempre,
jugando con las
palabras
que tú enciendes en
mí.
Arrepentida
Arrepentida estoy
en haber creído en ti,
te creí parte de mi vida.
El amor se deshojó
como margarita silvestre del campo,
tú no me amabas y lo siento por ti.
Y no mas nombres ya,
no mas maneras de estar juntos,
te quiero lejos,
muy lejos,
me has herido,
me has causado penas
y un manto de lluvia de lagrimas
saladas inundó todo mi cuerpo.
Arrepentida por haberte amado
y creído que éramos dos
los que juntos se amaban.
Sólo quedo el cielo seco,
la tierra seca
con chopos de estío y yo errante,
torpe y angustiada
al saber que disimulabas tu verdad
por la ilusión sencilla de la vida juntos.
Arrepentida estoy,
no mirare tu rostro en los espejos del rio
cantando no podre descansar junto a ti
sobre el perfume suave de la rosa,
ni buscaremos la sombra verde
de los enternecidos álamos.
Creceré otra vez libre
en las ramas perfumadas de las glicinas
y en mi pecho vibraran
junto a otro amor verdadero
las trompetas radiantes del agua.
Y así me sentiré
como serena estatua de miel
y bronce protegida,
amparada,
defendida del mal y la envidia
que pueda acercarse.
Arrepentida por no haberme dado cuenta
de tus semiverdades de tus devaneos ciertos,
de tus enigmas sin sentidos.
Maduraré como fruto mágico,
mi sensibilidad a flor de piel
entre nuevas caricias y besos esperados,
renaceré otra vez y correré el número exacto
de ágiles saltos hacia la música
de las ondas en marcha,
bailando con la total intensidad
de mi cuerpo y alma.
Arrepentida pero no doblada,
ni siquiera levemente inclinada,
erecta y pura,
sin dobleces ni mentiras,
saldré elástica y aplomada
con mi ritmo de danza
llevando en la boca las mágicas flores del agua
al nuevo amor que me espera con ansias.
Y tu recuerdo se irá esfumando
ya dejare de ser esa marioneta
que tu manejabas con tus hilos
de mentiras y viles palabras,
no seré mas la arpía
del libro de cuentos perdido en la nada.
Seré nada,
seré nadie,
no seré mas para ti
me quitare todas las ligaduras
que me envolvían hacia ti
y seré libre otra vez.
Volveré a recorrer
otro camino que me lleve
aunque tarde a los silencios largos
con mi intrépido corazón
y mi alta frente
desvelada hacia lo desconocido
pero no por ello cierto.
Hoy te siento
Hoy te siento,
aquí cerca mío.
La ternura de tus caricias
y tu mirada
es una franja azul y verde
entre el cielo y el agua.
Es una estela dejada en la piel.
Tu ternura es energía
transformada en besos.
Es un ave coqueteando con las
olas.
Es una hoja balanceada por el
viento.
Es un rosal floreciendo.
Tu ternura la percibo
en el abrazo cálido y sensual,
en el poder escribirte
a través de ella las poesías,
las palabras que nacen del alma
para ti.
Hoy te siento
en el gesto delicado
que sale del alma,
en la forma en que me llamas.
La ternura es el suspiro del
amor.
Hoy te siento
a través de tu calma
con que has sabido llenar mi alma
y hasta el menor de mis
pensamientos
inspirando hoy cada letra
de cada poema que te escribo.
Es bella y verdadera tu esencia,
le escribo a lo que tu presencia
en todo mi existir genera.
Cuando un día
mis poemas lleguen a ti
entenderás que te amé así,
por no saber amar de otra manera.
Percibo tu ternura
y mi corazón infinito
como el cielo se convierte en
volcán
cuya hirviente lava,
llega hasta el alma,
es como un dulce poema
que alegro mi triste razón,
eres una luz en mi alma
me alumbra
en todos los caminos de mi vida.
Hoy te siento
en una noche muy obscura,
noche de eclipse de luna,
la estrellas a mi alrededor
tiñen el cielo de color.
Tiemblo de amor
cuando se anuncia
la inminente llegada de mi
amante,
a quien espero despacio
igual que un fruto colgado
sobre el fresco de la grana.
Y viene hacia mi
desprendido y risueño,
eterno signo de bondad y ternura
y nos encontramos en el cenit,
yo inocente y pura,
él noble y único.
Hoy te siento.
Desde lejos,
ya en el umbral del encuentro
y mi voz leve como un hilo
que sale de su noche,
trémula lo llama
¡Ven!
¡Te espero!
¿Desde dónde?
Es entre ondas sucesivas
de un querer al otro,
de ternura leve,
luminosa por el sol,
purísima y diáfana,
de blancura total y mi trémula
espera
avanza soñando,
se acerca y las almas
se reconocen radiantes
en el camino que las esperaba
y en el papel amanecen
unas palabras
¡Amor,
hoy te siento!