Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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viernes, 21 de junio de 2019
La esencia de tu ser
La
esencia de tu ser bien oculta
en el rojo silencio de tus ríos interiores
duerme
tu espíritu en una fugaz luz,
estalla
en la mañana
como
amor retenida en pimpollo.
Mi
alma, cercada de tinieblas,
al
infinito se alarga
cuando tú como bálsamo tenue
me
haces perder el miedo
en tus
brazos que me estrechan
poderosos y frágiles
con la
fuerza de tu amor,
plena
magia
que
suena como dulce melodía.
La
esencia de tu ser me inunda
cual
hiedra de amor,
con tu
sangre vibrante
que forma
raíces profundas y enlazadas
en mi
mundo interior.
Naciste
como perfil modelado
en
blanda cera en los duros biseles del silencio,
estás
inmóvil como águila en espera,
con el
calor de tus hombros
enlazo
la cima de los cielos con la tierra.
No se cuando
empezamos a conocernos,
cada
mañana nos empezamos a encontrar,
cada
nuevo beso es para mí,
mi
primer beso,
mi
verso debía decirte
lo que
para mí has sido,
tú
tenías la palabra exacta
con
ternuras compartidas.
La
esencia de tu ser,
mi corazón palpita deseoso
de
poder llegar a tenerte en mis brazos,
sentir
tu sutil aroma,
con el
solo anhelo
de
llegar a reflejar tus ojos en lo míos
haciendo que mi alma se sumerja
en un
éxtasis infinito.
Así
esta pequeña ideología tuya
provoca
en mí los sentimientos más profundos
ideando
tu figura
mientras
nuestros corazones
siguen
bebiendo de la misma fuente
como en
la hora tiernísima del juego
y de la
leyenda,
regalándome
primaveras inagotables de tu alma.
La
esencia de tu ser,
esa
materia que se presenta
como un
himno favorito
entre
notas que suben en números acordes
de tu
pecho a mi oído
y
despiertan una viola celeste
llevándome al cielo como las alas de un ángel,
armonizando
su son con tus cantares y tus risas.
Siempre
amparándome en tu ser
y se asoman a mi pecho tus sentidos,
temblando
mi cuerpo
al
sentirte cerca de mí.
La
esencia de tu ser,
principio de un amor sin tregua,
así voy
por veredas de la tarde perdida
para
siempre en tu embeleso.
Mi
rostro feliz,
mis
brazos libres,
recorriendo
mis sentidos sin orillas,
vuelvo
a tu boca olorosa,
quedándome
en el deseo creciente de las aguas,
jugando con tus sueños y mis anhelos.
La
esencia de tu ser,
es mi
paz intacta
del
manantial de mi dicha.
Tus ansiadas caricias
Tus
ansiadas caricias,
cuantas
veces he estado,
espía
del silencio,
esperando
tus dulces ternuras
aunque
tan sólo a través de tu voz.
Añoro
con los ojos cerrados
el
recorrido de tus tiernas pruebas de amor,
de tu
ser ascendiendo
por
escala de tactos,
de
besos, de abrazos,
de
palabras con las que decías:
te
quiero.
Tus
ansiadas caricias,
puro
milagro en mi,
dentro
de tu querer y ahora,
confusa,
las busco
al formarse el día
en la
gran duda oscura.
Y
agoniza esta criatura
que tú
dejas atrás,
inútil
ser de antes
que
entre auroras seguras
te
espera por siempre.
Tus
ansiadas caricias,
suaves
como el transcurso de cada día
pleno
de amor,
no
fluyen hacia mí,
las nostalgias de sentirlas
invaden mi piel.
Reclamo
con desesperación,
con
urgencias tus besos furtivos,
extraño
los goces robados,
el
fuego inminente
desatado
por la pasión.
Exigente
mi cuerpo y mi alma
murmuran
a los vientos tu nombre,
imploran
a los cielos
el
diluvio divino de tus abrazos
y el
torrente de tus besos.
Tus
ansiadas caricias,
colmadas
de placer
que
existen en la profundidad de mi amor,
ansío
tus suaves toques
entre
suspiros de ilusiones
refugiados
en mi piel.
Fueron
el reposo en mis sueños
y
revivieron mis despertares
con
sentimientos encontrados
en la
distancia que destruye el pesar.
Tus
ansiadas caricias,
al no
sentirlas,
la incertidumbre me invade
y en
esta ingrata lejanía
la
inquietud por no tenerte
me
destroza muy dentro
al no
estar tú cerca de mí.
Tal vez
el tiempo me traiga con la noche
la
esencia de tu cuerpo sin prisas
envolviendo mi entorno
de
fragancias mágicas
de eternas esperas.
Mis
ilusiones vagan sin rumbo
buscando tu destino
como
versos, como prosas.
Ocupan
parte de mi vida,
inconclusas
e incoherentes frases
por ti
acalladas,
razón
de más para seguir amándote
en mis
sueños de noches estrelladas.
Ahora
que ya no puedo dejar de amarte
cómo
dejar caricias olvidadas.
Tus
ansiadas caricias,
sutiles
estelas en mi piel dejaron,
reclamando tu amor
para
calmar mi sed de enamorada.
Desearía
si pudiera,
sentirte
cerca de mí,
disfrutar
de tus abrazos y tu presencia,
estar a
tu lado y sentir
que soy
todo en tu vivir.
Recordándome
Recordándome
(Desde
un olvido lejano,
viniste tras el viento,
buscándome)
no
quise escucharte.
Recordándome
(Llegaste
a mí
cantando
sueños
que
volvían de los tiempos de antes
porque
en tus estrofas amantes
querías
que mi voz
te
acariciara)
no
quise escucharte.
Recordándome
(Traías
en tus palabras
el pasado compartido,
entretejido con latidos de amor
entre inquietudes
de
momentos pasados juntos)
no
quise escucharte.
Recordándome
(Querías
que volviéramos a estar juntos
prendidos
a los restos del silencio
de este
tiempo ya pasado
y del
que escapamos
por
milagro)
no
quise escucharte.
Recordándome
(Esperabas
mi pura promesa
de
volver a estar juntos,
pero al
despedirnos de lo gozado,
lo
sufrido quedo atrás)
no
quise escucharte.
Recordándome
(Pensaste
que
nuestro sueño de amor vivido
aún persistía
y que
nuestra ansia de vivir,
amándonos,
latía,
aún,
en
nuestros corazones)
no
quise escucharte.
Recordándome
(No te
diste cuenta
que
estamos al otro lado de los sueños
que soñamos,
a ese
lado que se llama la vida nuestra
que ya
se cumplió)
no
quise escucharte.
Recordándome
(Me
dices que me quieres
y es
como un despertar
de un
no decirlo,
sin
designio de lo que lo sepa nadie,
ni tú
siquiera)
no
quise escucharte.
Recordándome
( me
dejas el mensaje
de tu
gran querer callado
que sólo
tú crees sentir,
lo que fuimos,
ya no
somos,
son sólo
imágenes pasadas
de ti y
de mí)
no
quise escucharte.
Recordándome
(Rompes
mi mañana
que es
de cristal
por
esperar
y
apareces cuando tu quieres
para volver
a ser lo que fuimos
y ya no
somos)
no
quise escucharte.
Recordándome
(Sin
vacilaciones
creíste
volverme a tener,
abrazarme sin término,
pero me heriste
en lo
hondo
al
buscar tú,
otros
ojos,
otros
cuerpos)
no
quise escucharte.
Recordándome
(Después
de vivir
tus breves amores,
quisiste estar conmigo
otra
vez
pero
nunca supiste
que ya
no estabas más
en mi
vida,
sólo
eras una huella
que se
desdibuja en el aire)
no
quise escucharte.
Recordándome
(Tu
sensación de retorno
que te
estrecha el alma,
déjala ir
tras el
más allá
porque
ya nuestra realidad,
la ya vivida,
no existe más)
no
quise escucharte.