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Volver a ti


Volver a ti,
quiero entrar más adentro de la espesura
de mi vida para aprender despacio y sin apuro
a buscarte donde te dejé
cuando mis naves desgarré sola
 en la playa dejando en ella
tan solo mi huella borrosa.

Gritando tu nombre en mi silencio hondo,
vuela a lo alto para que llegue a ti,
mi amor es tuyo
y en mi voz se sentirá
una lágrima de nostalgia.

Volver a ti, vienes hacia mi,
me enseñas recuerdos
en los que nos entregábamos uno al otro,
me haces señas
con las delicias vivas del pasado,
invitándome.

Me dices desde allá lejos
que hagamos lo que quiero,
unirnos al pensarte
y entramos por el beso
que me abres.

Volver a ti, ya, en este instante del hoy,
no quiero separarme más de ti,
de esa gran transparencia de ti en mi.

Siempre estarán abiertos en mi ser
albergues vastos, mínimos,
donde guardarte
y así podrás volver a mi,
a mis celdas de la memoria y sus llanuras.

Volver a ti como canta el río
en la sed del silencio
y el anhelo y como lenguas de fuego
se consumirán al estar juntas
nuestras formas fundidas
en el tiempo inagotable.

Aprieta mis deseos con tu pasión de viento.
El sol será mañana un plato de lujurias
 y tú serás mi boca y mis manos
 quedarán desgajadas de rocío
al sentirte otra vez junto a mí.

Volver a ti, desgrana como antes
 el gris de tu mirada
sobre mis ojos
y desprende mi angustia
de mi alma toda
haciéndome sentir tu abrazo
 de sentimientos hondos y mansos.

Eres y seguirás siendo
en mis días de tormenta
la claridad que brillante atraviesa nubes
 y en la placidez del agua
alegras mis días sintiéndote mío.

Volver a ti,
cabalgando en vientos de perfume
y oro para consumir
tus besos de mariposas y miel,
haciendo brotar en mi alma parca
todo mi amor pleno.

Quiero que como lentas gaviotas de porcelana,
planeen sobre mi cuerpo ansioso
tus manos de blancas sombras.
¡Qué sensación tan profunda
surge de mi alma!
Vuelve a mi,
escucha mi grito desgarrante
que nace desde mi piel y mi sangre.

Al cielo me deslizo


Al cielo me deslizo
contigo entre tus brazos,
quiero ser en tu vida
algo más que un instante,
algo más que una sombra
y algo más que un afán;
que una vehemencia,
un ansia.

Al cielo me deslizo
y dejo en ti una huella imborrable,
un recuerdo constante
y una sola verdad
palpitando con temor  a abandono.
Ser en todo
y por todo complemento de ti.

Al cielo me deslizo
y me hundo muy despacio
en el paraíso cierto
para ser tuya llegando a ti
hollando nubes,
rasgando velocidades de luz de estrellas,
decidida escogiendo cuerpo,
sitio y hora.

Al cielo me deslizo
con los ojos bien abiertos
esperando la dicha
franqueando todo lo imposible puertas,
rejas y cornisas a mi paso,
con un gran temblor de víspera
y de alba.

Lo fácil en el alma
es lo que tiembla al sentir llegar el amor
porque para que llegue
hay que ir esperándolo bien desnudos,
tensas las fuerzas vírgenes
dormidas en el ser.

Al cielo me deslizo
con una sed infinita de caricias y besos,
quiero ser en tu vida
una pena de ausencia,
un dolor de distancia,
un ansia de amar,
algo más que una imagen
y algo más que el ensueño
que venciendo caminos
llega y se detiene ya.

Al cielo me deslizo
quiero ser el fin y el principio,
la tiniebla y la luz,
la tierra y el cielo
y en tu vida anidar diciéndote
en mi verso:
tú que tienes la palabra exacta
y los silencios largos.

Al cielo me deslizo junto a ti,
con las señas de la playa,
entre auroras con espumas
con nubes en los ocasos,
para  entregarme a tu resplandor dorado
sintiendo las dichas
de lo que es este milagro.

Al cielo me deslizo
y nuestro amor
va por el aire de los ojos,
entre el vivir y el recuerdo,
suelto,
flotando para que esté mejor guardado
el recuerdo del ayer
y del mañana.

Dolor del Alma


¡Oh!
cuanto tiempo silenciosa el alma,
ni un gemido se escucha,
ni una queja.

El tiempo vuela
con alas de golondrina
cuando debería quedarse quieto
y parece inmóvil
cuando debería volar.

Dolor del alma,
cuando al quererlo
la suerte se mezcla
en nuestras vidas.

De la ausencia,
las penas desconocidas
y envueltas en el misterio
que subyugan,
van con rapidez que asombra,
van llevando ilusiones a la sombra.

Dolor del alma,
con un péndulo inmóvil
que ya no cuenta las horas
que se van,
no siente los minutos
cadenciosos a golpes
del corazón que adora,
aspirando la magia
embriagadora de tu amoroso afán.
¡Abandóname dolor del alma!

Llévame a la intensa voz de ternura,
que vibra en el alma de mi amante,
como entre la noche oscura
una campana distante
nos busca para encontrarnos
entre recuerdos perdidos
de angustias y desengaños.

¡Dolor del alma!
crece como una alta llama,
envuelta en gasas y tules blancos
y me lleva por encima de ocaso
a otros mundos buscando la paz,
el sosiego,
¡no más penas desconocidas!
que se mezclan en nuestras vidas.

¡Sí la luz al alma!
¡Sí que aparezcan
en nuestro mundo interior,
luces, músicas y poemas
de amores eternos!

¡Dolor del alma!
¡Vete pronto!
¡Déjame encontrar
el cariño dulce y tierno
que dé a mi alma
calmas hondas y vívidas ternuras,
besos puros y dichas profundas!

Y así poder seguir
escribiendo mis poemas
a los que entrego mi vida,
los vivo como un anhelo
porque soñadora soy.

¡Dolor del alma,
ya no más!,
pondré música a mis palabras
y así la brisa suave y breve
los llevará hasta ti,
amor esperado por siempre.