Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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domingo, 1 de septiembre de 2019
Sólo tú lo sabes
¿Cómo decirte
desde tan lejos qué te extraño?
¿Cómo decirte
desde tan lejos qué te extraño?
¿Cómo explicarte mis sentimientos hacia ti
y no encuentro palabras
para definirlos?
¿De quién eres si abres los brazos
y me enseñas la alta imagen de ti?
¿Acaso de la vida,
o del viento,
o de lo inexistente?
Sólo tú lo sabes
¿Por qué te amo?
¿por qué te pienso?
¿Porqué te siento
tan mío si estás tan ausente?
¿Qué luz me guía
que sigo tus pasos
y no los puedo alcanzar?
Sólo tú lo sabes
¿Por qué has vuelto
los misterios al revés
y tus enigmas nunca entenderé?
¿Por qué estás tan cerca
y eres tan inalcanzable?
¿Por qué no puedes venir hoy o mañana,
o dentro de mil años?
¿Cuándo esta larga espera
llegará a su fin?
Sólo tú lo sabes
¿Por qué cuando tú vengas hacia mí,
murallas ,nombres,
tiempos se quebrarán todos
traspasando por el gran umbral
de tu amor?
¿Hasta cuándo té buscaré
por detrás del destino,
no en tu espejo,
no en tu alma
ni en tu mirada,
detrás, más allá.
¿Porqué aún espero tu voz
desde las estrellas,
por espejos o túneles
por dónde puedes venir?
¿Cuándo me llamarás
como un milagro incógnito
sin respuesta?
Sólo tú lo sabes
¿Por qué eres el más alto riesgo
múltiple y airado,
tú y tu vida en la mía?
¿Cuándo dejarás de ser
un constante cambiar
y podré yo vivir en tu mañana venturoso
o seré sólo yo algo para ti
de un día tuyo
cuando lleguen a ti nuevos amores?
¿Por qué me prometiste caricias,
tiernas esperanzas,
cuajadas de ternuras sobre el desamor?
Sólo tú lo sabes
¿Por qué derramaste
sobre mí aromas de miel y canela
inundando mi cuerpo
de dulces placeres?
¿Cuál es la razón
que sin suaves reproches
te alejaste de mí
en la calma de la noche?
¿Por qué soy para ti
en tu vida tan sólo una flor perdida
entre juncos y magnolias?
¿Cuál es el motivo de ser yo
para ti invisible,
es que acaso soy,
sólo una sombra?
Sólo tú lo sabes
Cuando creces me arrastras
y me muero en tu silencio,
me hundo en el cieno,
y espero el momento
de renacer otra vez
a la luz de un nuevo amor.
Déjame a solas
Déjame
a solas,
no
quiero más
tu amor
frío y silencioso,
es
húmedo río subterráneo
en los
tejidos de mi ser.
Déjame
a solas,
que no
paralices mis sentidos,
no
deseo recordarte
ni un
instante más.
Déjame
a solas,
¡márchate
ya!
bramando
en torbellino ciego,
llévate
tu tempestad,
volteando
tu raudo mundo,
déjame
curar éste dolor profundo
que
inunda mi alma de lágrimas
como
cataratas que la dejan vacía
y sin
esperanzas.
Déjame
a solas,
nunca
más quiero sentir
que
sabías a silencio y a sueños
y a
tactos de deseos,
sabías
a mi mundo,
a todo
lo que anhelaba,
sabías
a amor,
a mi
amor.
Quiero
reír sin tristezas,
llorar
con sonrisas,
¡vete
ya de mi vida!
¡déjame
a solas
con mi
nostalgia de tus besos
y poder
escuchar tu melodía
aún
cuando estés lejos,
aún
cuando ya no estés!
No
necesito tus ojos para ver
ni tus
labios para sentir,
ni tu
alma para vivir,
ni tu
existencia en mi vida
para
sonreír
ni te
necesito
para
saber amar.
Déjame
a solas,
no
quiero lágrimas
con
emociones llenas de ti
y de mi
llenando surcos de pasión,
aclarando
tristezas,
llenando
melancolías,
lágrimas
que eran
tan
sólo para quererte
y
guardadas con sentimiento.
Déjame
a solas,
soñándote
en cada anochecer,
sin
colores,
sin
esperanzas,
sin
anhelos,
sin
nada que me recuerde a ti,
ni tus
suaves palabras en mis sueños
que
ilusionaron mares,
que
significaron tu presencia,
secretos
ya idos de amores a voces.
El
tiempo de amarnos
entre
tú y yo ya no existe,
déjame
a solas soñar con el amor,
caricias
y besos
verdaderos
y plenos.
Alma sombría,
no
llegues más a mí,
no
mereces castigo ni reproches,
no te
veré en el pliego
más
negro de la noche,
ahora
sin ti
brillarán
más las lejanas estrellas.
Eres ya
luz
entre
sombras que no me alcanza,
eres
flores entre ruinas sin color ni aroma,
eres falso
clamor entre dulces caricias
nunca
más encontradas.
Déjame
a solas,
olvidarte
casi en el borde del fracaso,
en el
final que asombra.
Ahora,
sola al
fin,
una luz
que el sol
no sabe
ilumina mi alma
con sus
rayos de amor,
límpido
y brillante.
Vivo en
una claridad,
en una
transparencia de paz
en el
gran milagro de un cenital
esplendor
por no estar más a tu lado.
Bien lejos
Bien lejos,
desde la distancia imprevisible,
te invoco, a ti,
señor de mis amores
y entre sílabas deslumbrantes
quizás te diga:
¡Ven a mí!
¡Acércate!.
Bien lejos,
por el aire,
sin volar,
sin tocar tierra,
mi vida está suspendida
sin tiempos puros,
equidistante de los dos
crepúsculos,
solamente por buscarte a ti.
Tiempos de gozos ya idos,
horas limpias,
esperando nuevos alfabetos
que se hacen y deshacen
en rapidísimas palabras
como versos tendidos en el cielo.
Bien lejos,
los caminos pueden recorrerse,
sin dar más que un paso,
un paso que se convierte en el
deseo,
en la necesidad de estar con el
ser amado.
Amor lejano,
lejos como una estrella,
tú mi amado te encuentras de mí.
Y aunque no pueda verte
por la distancia mi amor
se expande por toda la tierra
y toda ansia se calma
tan sólo en escribir versos para
ti.
Bien lejos,
distingo los destellos
de tus besos apasionados,
son relumbres,
claridades,
alejándose,
acercándose y en delirantes
titubeos
los siento cerca,
cerca de mí,
a la sangre de mis venas
que van en busca de su centro,
mi corazón enamorado.
Bien lejos,
vienes y vas
y tu canto vive dentro de mí,
alma arriba,
alma abajo,
cantando y recantando.
En la lejanía,
cuando se va tu sol cantas
estrellas,
se va estrellando el alma,
con los ojos cerrados,
de luceros,
en tu cantar nocturno,
me brisas y él me entrega
desde la distancia al mismo río
de tu eterno cántico.
Vienes y vas desde bien lejos,
desde el humo a la nada,
a través de los poemas.
¡Cuántas más luces hay,
más dudas tiemblan y vibran
de pena mi alma toda!
Delicadas,
ardientes,
nuestras almas se buscan
por nuestro diferir,
como por un camino
donde no hay despedidas.
Y al final,
el hallazgo,
el contacto del uno con el otro,
la nueva separación vencida,
la unión pura,
brotando de la lejanía.
Y mirándonos en el triunfo
como de un agua quieta,
tú y yo,
otra vez sólo veremos un rostro.
La noche no es más solitaria,
ni serenamente triste,
sin manto de tinieblas,
nos encontramos desde lejos,
bien lejos,
para encender la pasión
que no estaba dormida.