Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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lunes, 7 de octubre de 2019
Tal vez
Tal vez
La felicidad nos inundará
si en este
crepúsculo de múltiple colores
los claros
ríos de aguas cristalinas
nos
brindarán su esplendor
y se reflejarán en ellos nuestro amor.
Los dos
Tal vez
Si las rojas clavelinas,
las perfumadas rosas,
los azules de los acianos,
si las
amarillas amapolas,
el amor de
la celidonia,
nos infundieran energía,
vitalidad,
estaríamos siempre juntos.
Los dos
Tal vez
Si las deliciosas cerezas de agridulce corazón,
las frescas
ciruelas,
las rojas
frambuesas,
los milagrosos arándanos,
las puras grosellas nos envolvieran
entre sus dulces sabores,
nos abrazaríamos muy fuerte.
Los dos
Tal vez
Si los vientos se congregaran
después de la puesta de sol
y soplando formaran
una gran
orquesta tocando,
homenajearían nuestra unión.
Los dos
Tal vez
Si las hojas del roble solitario
nos dieran su energía estimulante,
si las hayas que sólo saben hablar de amor,
sí murmurar
el nuestro,
los ombúes centenarios
con sus grandes copas
nos
ampararían entre sus ramas,
seríamos
muy felices.
Los dos
Tal vez
Si como una hoja amarillenta
transportada por el viento
me dijeras
cuánto me amas,
si una libélula bailarina
me rozara al revolotear con el viento
y me
recordara tus caricias
¡qué
felices seríamos!
Los dos
Tal vez
Si pudiéramos oír las palabras,
los
sonidos,
las frases
del lenguaje de las plantas,
de las
flores,
de la
naturaleza,
todos viviríamos una eterna fiesta
de dulce y
sereno amor
sin que todo fuera un sueño.
Los dos
Tal vez
Si en una noche larga y tormentosa,
juntos pudiéramos ver
cuando la aurora tiñe el cielo de rosa,
emergiendo poco a poco
por la
cresta de los montes,
estaríamos enlazados
en un apretado abrazo sensual
y casto a la vez.
Los dos
Tal vez
Si cae el pulso agitado de nuestra sangre
sobre el plato sonoro del silencio,
el que custodia el hechizo de nuestro sueño,
nos
besaríamos con pasión,
agitándonos en el aire
por el
largo alumbrar del movimiento.
Los dos
Tal vez
Si estás ahí,
rezagando mi camino,
serías
ancla de oro y cadenas de mi anhelo,
piel que
adivina el pulso de mis ojos,
cruz que aprieta las nubes contra el cielo,
nuestras voces se oirían sobre el mundo
como un
cántico puro de amor.
Los dos
Tal vez
Si la sabia naturaleza
nos envuelve y ampara
como el fresno colmado de amor y de poesía,
las aves que emiten una dulce melodía
que se
difunde entre el cielo y la tierra,
nosotros
nos elevaríamos
por el
infinito azul
entre loas de felicidad y alegría.
Quisiera que estés presente
Quisiera que estés presente
con el color de tus ojos o tu voz o tu
risa.
¿Lo sobrenatural nació quizás contigo?
Hoy estoy pensando en ti…
como lo hice ayer
y lo haré mañana.
Mi mente repite tu nombre,
mis labios lo gritan,
mi cuerpo extraña el calor de tu
cuerpo.
Te extraño,
extraño el sabor de tus labios…
Extraño la caricia de tus manos.
Quisiera que estés presente,
aquí a mi lado…
Quisiera poder besar tus labios
y tomar tu mano.
Pero no puedo,
no estás presente y te busco
en una búsqueda incierta,
inasequible, eterna,
jugando con nosotros a será o no será.
Sé que te encontraré,
estaré siempre al acecho en las altas
madrugadas
por si cruzases por mis soledades
entre alas invisibles que se cruzan
y envuelven mi cuerpo esperándote.
Quisiera tenerte a mi lado
en el frescor de mi cuerpo enternecido
donde la hierba se siente ya iniciada
entre musgo verde y recién brotado,
entre la sombra de los sauces
inclinados.
Quisiera que estés presente
y te entregaría un poema de amor
como puñado de agua límpida,
entre un espejo agradecido
donde acontece tamizada la tarde.
Estaré contigo agradecida
de tenerte entre mis brazos
pero es ardua la empresa,
la curva se endereza y pienso
que sin acertar el rumbo
ni la escala estaría mi cuerpo contra
el tuyo
en la alta luz que con ímpetu
resbalaríamos en nuestro nido de amor.
¿Cómo apresar la sosegada llama
que te entibia los ojos?
¿O el frenesí que tu mirar proclama
cuando se incendia pródigo de rojos?
Quisiera que estés presente
desvivida por besarte
y mi piel en este estío enamorado
tiembla como adolescente enamorada
y hasta mi corazón multiplicado,
arde entre las ramas del cerezo.
Hollo mi memoria en una espera
cotidiana,
corriendo por mis venas mi amor para
ti consagrado,
ajena a la honda espera que el tiempo
riguroso sazona.
De repente,
llegaste,
como llegan las nuevas
que sacuden las entrañas,
tiembla el aire,
temblamos los dos tan sólo con
mirarnos,
empañadas nuestras voces,
quebradas nuestras alas sólo sonrisas
y cantos,
besos sin fin
hundiendo nuestras cabezas confundidas
entre nuestros regazos.
Quisiera que estés conmigo siempre
ya que hambrienta de tu amor estoy
y mi cuerpo puro y casto
te reclama fatigando mi corazón y mi
respiro.
¡Quiero vivir los besos
con sensación de retorno siempre!
No me digas no
No me digas no.
(necesito sentirte a mi lado,
desde allá muy lejos,
la música mágica de los violines
dibujan prodigios en el aire al sentirte llegar).
Quiéreme.
No me digas no.
(el tiempo es río que huye y perdida
me siento al no estar entre tus brazos,
desde que te fuiste mi alma está triste).
Quiéreme.
No me digas no.
(en claridades de luna y brizas de jardín
elevo tu nombre por aires en vuelos
y en oraciones dulces y melancólicas
que antes no sabía brotan cada día
de mi corazón enamorado palabras de amor).
Quiéreme.
No me digas no.
(en el fulgor de la alborada
mis sueños susurran
pensamientos invocándote siempre,
quiero tenerte en mis mañanas
como no te tuve en mis ayeres).
Quiéreme.
No me digas no.
(ven en mis noches de soledad,
no me abandones,
en silencio avanza pálido el dolor
por no tenerte y ante él
la esperanza deshoja una flor).
Quiéreme.
No me digas no.
(mis suspiros necesitan estar contigo,
abrazada a ti,
inmóvil,
sólo mi profunda respiración
moja el claro cristal de la quietud
que nos une en un imperceptible chal de espuma).
Quiéreme.
No me digas no.
(mi alama clama por ti,
ondea mi canto pleno de dulzuras
y sueños y mis prosas,
mis versos,
parece que llegan de la azul inmensidad)
Quiéreme.
No me digas no.
(te busco y no logro hallarte,
te siento en horizontes lejanos,
pero te aguardo ya que presiento
que el coro de las hadas del bosque te traerán a mí,
porque ellas encuentran lo que nunca se logra hallar).
Quiéreme.
No me digas no.
(percibo la sombra de la ilusión y la sed
de lo imposible como una braza llena de fiebres locas
mi corazón atormentado y deseoso
de gozo y placer).
Quiéreme.
No me digas no.
(riamos juntos en trémulos esplendores de amor,
ven a mí y las liras de cristal sonoro
tañarán las ondas de plata de las aguas
quietas y volarán entre ritmos
los aromas de dos almas que se aman).
Quiéreme.
No me digas no.
(tú eres y serás mi inspiración de mis poemas,
de mis versos,
de mis prosas,
porque sólo tú llenas de armonías
el viento y ardes como llama brillante en mi alma).
Quiéreme.
No me digas no.
Juntos viviremos amaneceres brillantes
entre alegres cantares de frescas notas
y en fantásticos pentagramas,
plenos de dicha y luz crearemos nuestro nido
entre un pasaje que canta y cantando
nos cuenta sus misterios
en un alado idioma sin palabras.