Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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viernes, 27 de diciembre de 2019
Alas caídas
Alas
caídas,
te
fuiste volando raudo y veloz de mi lado,
sin
una palabra de adiós,
buscando
desesperado tu nuevo amor,
que
te estaba esperando en el lugar equivocado
y
fue tan raudo tu vuelo,
que
caíste con tu cuerpo y mente en una mar de escombros,
donde
creíste encontrar el amor que esperabas.
¡
pobre hombre desgraciado y tonto!
tus
ojos no se dieron cuenta que te ibas de mi lado,
a
una cueva profunda y maldita,
donde
te iban a dejar en la ruina y destrozado.
Alas
caídas,
la
vida en sus múltiples facetas,
tú
el que decías que me amaba se omnibuló sorpresivamente,
de
otra mujer que tus ojos vieron como la belleza máxima,
quien
te hirió y te engaño con sus ojos pardos
y
maléficos.
¡pobre
de ti mi amado ausente!.
Mi
lástima te inundó y no te diste cuenta,
nunca
más te vi
y
ojala nunca te vea más,
pero
mi dolor y pena sigue por tu ausencia,
sangrando
las heridas de mi corazón,
que
aún no han podido cicatrizar.
Alas
caídas,
mi
vida continuó sin ti
y
surgieron mis poemas de amor
y
estas cartas que te seguiré escribiendo,
porque
el papel blanco me llama
y
me pide que vuelque todas mis penas,
mis
anhelos, mis pesares ocultos.
Y
tú en volandas arremolinadas volaban hacia tu nuevo amor,
ese
amor que te dejó en escombros de pobreza total,
te
cambió en tu país al que la llevaste,
por
otro amor y te dejó en crisis total.
Te
lo merecías , tus locuras provocaban en mí,
el
más grande dolor, mis manos quedaron vacías,
al
quedarme sola.
Alas
caídas,
por
ti la tristeza me la ha robado la noche.
Era
mía, bien mía, pensaba decirla en versos,
darle
forma como dan las lágrimas,
forma
tibia al dolor de adentro.
Pero
estaba clara la noche
y
el papel esperó en vano.
Anduve
sin ti por las estrellas y el aire
y
el olor de las amapolas,
todo
era como un corazón tendido a la confidencia.
Y
mi tristeza está ahora lejos, lejísimo, en las estrellas altas,
en
esa brisa fresca,
que
no puedo aprisionar aunque abro y cierro las manos,
está
ya fuera de mí.
¡gracias,
mil gracias!
soy
feliz en mi soledad,
esperando
el nuevo amor.
La pérdida de tu amor
La pérdida de tu amor,
en instantes apenas,
me dijiste si vernos que no te esperará más,
que habías encontrado otro amor.
¡Qué dolor y sufrimiento sintió mi alma!
hacia pocas horas que me estabas besando,
abrazando,
haciéndome el amor.
¡qué disgusto!
¡era tu despedida!
hombre cobarde, sin valentía,
sin poder enfrentar la verdad que estabas
viviendo,
diciéndome que yo era el máximo amor de tu
vida
y yo te creí.
incrédula, inocente, despistada,
debía ver todo lo que te rodeaba,
era una gran mentira, una falsedad.
¿Con qué fin?
Nunca lo sabré, no quise hablar más contigo,
Ni una vez más, fueron años felices,
Creía yo que estábamos juntos por muto amor.
La pérdida de tu amor,
¡cómo sueño siempre las horas azules
que me esperaban tendida a tu lado,
sin más luz que la luz de tus ojos,
sin más lecho que aquel de tu abrazo!
¡cómo siento mi amor floreciendo en la
mística voz de tu canto, notas tristes,
alegres y ondas que unían tu emoción
a tu rapto!
ahora el desierto esta en mí, tierra yerma,
resquebrajada, seca, sin vida, muerta,
esperando torrentes de llanto como gotas
simientes.
La pérdida de tu amor,
necesito el viento, el sol, el polvo que une
y hunde con
el cielo,
formando un puente para ascender al infinito.
sin estar tu más a mi lado, los cerros
callados en eterna espera,
escuchando el silencio, silencio anodino,
eterno,
adormecedor, que me lleve a olvidarte rápido,
para no sufrir más
y que el tiempo quede en suspenso.
La pérdida de tu amor,
lo imprevisto llegó de golpe, de espaldas,
con antifaz, de noche,
con misterio que no se puede descifrar.
tú sin afán, sin gran color pena, me dejaste
sin nada
tuyo ni una carta ni un adiós.
Cuando tu ser en prosa como velocísimo viento,
Atraviesas la vida, se les caen a las ramas de
lo que deseamos juntos los esfuerzos
que creamos juntos, el precio de la dicha,
como las hojas secas que alfombran tu paso.
Yo sé que seguiré queriéndote
y convertiré los días, las horas, en peligros,
en llamas, porque la separación,
no es el momento donde brazos o voces
se despiden con señas materiales,
es de antes, de después.
aun estrechándome en tus brazos,
estabas apartándote de mí,
es porque el alma ciegamente siente
que la forma posible de estar juntos,
es una despedida segura sin adiós.
Miedo a perderte
Miedo
a perderte
Ahora
que te nombro y te reclamo,
Se
aleja un rudo embarazo de silencios
Entre
tu cuerpo y mi presencia.
No
te vayas, tú eres para mí la vida entera
Recorres
mis sentidos sin orillas.
Miedo
a perderte
Eres
en mi otoño un viento adolescente en primavera
En
la estupre de mis cantos se levanta
Y la
sangre convoca en apetencia.
Te
nombro a cada instante
Y te
invoco con pasión y deseo, no me dejes.
Miedo
a perderte
En
las duros biseles del silencio
El
calor de tus hombros enlazaba
La
cima de los cielos con la tierra.
Crecías
hacia adentro, mi piel con tu belleza
Y al
roce, y al llamado de tus ojos…
Se
alzaba de mí siempre este poema.
Miedo
a perderte
No
me abandones, no te alejes, no te pierdas,
Te
buscaré entre el follaje de tu pecado
Y en
fresco temblor de tu rocío,
Reposaré
la cuidad, cada recóndito lugar secreto,
Explorare
el río e indagaré por el mar, por mi cantado.
Miedo
a perderte
No
te encuentro si me dejas sin el verde levantado
Del
árbol donde pierdo mi albedrío
Ni
en el viento caliente del estío
Ni
en la orilla del mar enamorado.
Miedo
a perderte
Y
así voy por verdes de la tarde perdida
Por
siempre en tu embeleso sin sentir el cercado
De
tus brazos, ni ver tu fuego que en los pueblos arde,
Te
llamo hasta quebrar mi voz, por eso,
Sangra
mi corazón y te derramas alejándote
Sin
sequia con una palabra de amor.
Miedo
a perderte
Si
regresas a mí, amado ausente,
El
sol iluminara nuestro amor,
Y
nuestra sangre con bilirrubina
Combinándose
en el fuego.
Están
fuertes mis manos y pasa un viento dormido
Ramos
verdes que cierran mi sueño
Y
torpe seré por siempre.