Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
Páginas
▼
miércoles, 8 de enero de 2020
Palabras al viento
Palabras
al viento,
se
fueron tras la cálida brisa,
dejando
en su eco,
susurros
en mi alma.
Palabras
al viento,
se
llevan mis monosílabos,
mis
frases, mis palabras quedas,
mis
versos de amor,
¿a dónde llegan?
¿qué
buscan?
Se maduran
los mundos a su llegada,
nada se
puede ver ni tocar,
sólo
están arremolinadas,
sueltas,
desmadejadas,
deshilachadas,
destejidas,
pero
aún frente a todo,
son
Amor, Amor único
que
recorre el orbe,
dejando
estelas
y
perdurando en corazones
puros y
embelesados.
¡Santas
palabras!
Bajan
por los tiempos milenarios,
necesitadas
por almas
como
tenues alas
viniendo
del ayer hasta el hoy
y yendo al mañana.
¿De qué
lejos, misterioso su vuelo arranca,
nortes
y sures, orientes, horizontes sin fin?.
Palabras
al viento,
como
innúmeras sombras calladas
llegan
a ti, mi amor,
cada
día más sentidas,
cada
día trasmitiéndote más
mi todo entero,
nunca
desaparecen
ni se
escapan.
Y entre
temblores de risas,
como
voz de vigía gritando
¡Tierra!
llegan
una a una
a
acariciar tus labios,
tu
rostro, tu cuerpo
que
siento ya mío.
Palabras
al viento,
todas en un sol tras otro
se
vuelven claras, soñando,
cantan
delante, detrás de ti,
ofreciéndose
sin guardarse nada,
onda
tras onda,
rompiéndose en mil,
cien
sílabas en tus brazos.
Palabras
al viento,
se
esfumaron de mi vida
como la
niebla al amanecer,
para
llegar a ti, mi amado amante,
así es
su destino y
¡qué
confusión,
sin
ellas me siento perdida,
mis
sentidos se bloquean
y mi
cuerpo empieza a temblar!
Pero…
sueño o realidad,
las
palabras no se han perdido,
fueron hacia ti, en secreto,
en
suaves movimientos,
llegando
a tu mundo interior,
bloqueando tus sentidos
y
haciendo que tu cuerpo temblara
tan
sólo de escuchar sus susurros.
Palabras
al viento,
libres, airosas, juguetonas, necesitadas,
atraviesan
cielos y cantos,
mares y
horizontes,
ecos y
silencios,
fronteras
y murallas,
van a
encontrarse,
a
inquietar o a asombrar
al
revelar lo sentido y expresado
en todas las emociones
que
ellas conllevan
pudiendo
fundir tu corazón
en un
profundo acto de amor.
Palabras
al viento,
en
volandas te envían belleza,
alegría,
paz
que
trasmiten en su canto
la verdad de nuestro existir.
Palabras
al viento,
vírgenes, radiantes,
van
como fulgores en monosílabas,
trisílabas, frases
en busca de la aventura
de
estar en ti
entregadas
una a una
en tu
corazón apasionado.
La Desconocida
La
desconocida,
la que
desapareció tras sus huellas,
a su
lugar escondido y misterioso.
¿Quién
es ella,
la
innombrable, la sin nombre,
la que
huye del mundo
disipándose
en las tinieblas
vagas y
temblorosas?
¿A
dónde se dirige
con su
paso cansino y torpe?
¿Por
qué sus hombros se inclinan
hacia el suelo
y sus
ojos no se vuelven a mirar el cielo?
La
desconocida,
la que
un día se sintió vencida,
la que no encontraba escape
de su
laberinto de amor,
que no
comprendía nada por tener tanto temor.
Vuelve
sin pronunciar palabra alguna,
es
aquella, la que viste llorar,
en su
mirada se ve que no cree en nada,
su
corazón de tanto sufrir
se
tornó de hierro fuerte.
¿Cuál
fue la razón de su cambio,
de su
soberbia figura
ahora
cabizbaja y apocada?
La
desconocida,
la que
sólo conoce la noche,
con sus
ropajes oscuros,
negros
y grises,
su
rostro oculto
con un
manto de enredaderas mustias,
se
acerca despacio,
con su paso cansino,
buscando
lo que dejó atrás,
sus amores ahora ya ocultos,
su
felicidad perdida
en mil
vericuetos hondos y secretos.
Su alma
fría la atormenta
con
hondos dolores
de
nostalgias ya idas.
Camina
sin saber adonde dirigirse
y a
veces, fugazmente,
en un
breve instante,
distingue
una luz que la lleva
a su
destino perdido
del
cual ya no tiene memoria.
Se
desliza entre dos mundos,
regresa
del submundo
donde estaba sumergida
para
encontrar su yo perdido.
La
desconocida,
para
salvar su mundo
y
limpiarlo de espadas
viene
en busca de la antigua luz,
de la
lámpara olvidada,
envuelta
en la noche cruel
de sus
pensamientos.
En una
túnica de lentos llantos,
donde
nadie la ve,
se
envuelve en sus ropajes
y
camina sin cesar,
asoman
a sus ojos
recuerdos
de amores pasados
y sus
brazos se mueven
como
ramas del agua
y entre
sus dedos largos
aprieta
sus puños,
su
bastón como báculo
la guía
hacia el sendero que busca,
que se
le escapa y se aleja
de la
luz avizorada entre el aire
y los
sones en que arden las cañas.
¡Aprieta
su cuerpo envejecido y leve!
¡Qué hambre
de soles a su frente asalta!
¡Aprieta
y no sueltes, palmera alta,
con
hojas secas y raídas,
que el
alma y la carne
se van
con la vida yerta y desolada!
La
desconocida, de sus dolidos huesos
y la
raíz de su pasado se va consumiendo.
¡Álzate
de tus escombros,
que la
vida vale
vivirla
con amor y esperanza!
¡Espera
el nacimiento del nuevo día
desde
el polvo de tus muertos,
déjalos
ir a los vientos entregados!
¡Quítate
ahora, desconocida,
los disfraces oscuros del ayer,
de los
días amargos
y recupera
la vida
que
quedó flotando bajo tus párpados!
¡Vive,
respira, canta,
nada de
fuera debe preocupar tus sentidos!
¡Todo
se pierde en nieblas de humo
y de
incienso!
No
recuerdes nada de tus tristes
y
pasadas jornadas,
vive el presente,
la fuente
de la eterna luz,
el futuro mañana
caminará
hacia ti.
Te recuerdo
Te
recuerdo
(cuando
en las noches estrelladas y brillantes
y la
luz de la luna baña de plata
las aguas tranquilas del agua,
te pienso).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(tu
perfil desdibujado
bajo la
pálida luz de la aurora
viene
en mi búsqueda con ansias locas).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(evoco
los instantes preciosos
pasado
juntos, muy juntos,
en silencios prolongados y profundos,
entre
suspiros de amor
y besos
apasionados).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(eres
el ser que mi nostalgia despierta,
mi esperanza
renovada,
quisiera
cercar tu aroma con mis manos
y la
dulce potencia de tus brazos).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(tus
cantares son con sones armonizados
siguen
persiguiéndome sin descanso
y tus
notas suben
al
igual que ayer en numerosos acordes
y son
para mí tu regalo).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(todo
sonido en eco tuyo
me lo
convierte en alma que te espera,
y tus
pasos se sienten siempre
de
estar viniendo por la ausencia).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(tengo
miedo de no poder encontrarte,
de que
mis besos se pierdan
en otro
cielo
como el
amor que vive de ola en ola).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(perdida
voy en las tardes
por
siempre en tu embeleso
sin
sentir el cercado de tus ramas,
ni ver
tu fuego que en los fuegos arde).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(te
llamo hasta quebrar mi voz
en
cristales translúcidos,
por eso
sangra mi corazón
y me
derramo entre lágrimas y sollozos).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(dame
mi libertad,
no
quiero tu fatiga,
quiero
sentirte como se siente el agua,
hermosa,
libre y límpida
entre
tu libre albedrío y el mío).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(busco
tu imagen en mi cuerpo
con el
frescor de la creación primera
en las
densas ondas de la noche,
con
afán de encontrar la luz primera).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(así te
hallé, sin muros ni rejas,
entre
luceros y luces fugaces,
como manojo de iluminado amor,
el que
te ofrendaba,
al día
que alboreaba
cuando
ganaba la aurora sus matices).
Te
recuerdo.
Te
añoro
(quiero
fundir mi figura con tu bronce,
andar
entre los peldaños del deseo,
hasta
alcanzar la cumbre de tu nombre).
Te
recuerdo.
Te
añoro.
Llévame
con mi recuerdo,
mis
manos a tu pecho, amor,
que
desnudándome caminos
sobre
el muro que cerca mi silencio,
siente
mis besos en tu frente
para
que de mis labios surja el verso
que
encienda la sangre en tus venas
y me
sientas pegada a tu cuerpo
apareciendo
mi nombre en tu cielo.