Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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martes, 14 de enero de 2020
Experiencia nueva
Experiencia nueva,
mi alma canta,
brilla,
sutilmente expresa en esta noche
clara,
fresca,
luminosa,
lo que me embarga
al entrar al mundo de la poesía
mundial,
a la isla del verso.
Sí,
hoy,
por fin llegó el momento de vivir
sumergida
en el juego de palabras de amor
que tienden a unir a todos los
seres humanos
para que con el arte de la
poesía,
el verso,
el cuento,
la prosa narrativa,
el amor sea llevado en volandas
para que la humanidad se una
y se salve de caer en el submundo
del misterio,
del hundimiento a abismos
insalvables,
por la codicia,
la maldad de inescrupulosos seres
materialistas
que lo único que les importa
es el poder para manipular el
mundo.
¡Qué felicidad!,
poder comunicarme con mis
iguales,
con los que expresan el amor en
todas sus facetas,
enamorados de la vida que unidos
buscamos
para que el orbe se levante del
letargo
que se está iniciando desde
tiempo del ayer
para caer en el caos del vivir
sin amor,
paz, sosiego,
calma y pureza de almas.
Experiencia nueva,
única,
inesperada, plena,
que conlleva a que la imaginación
nos conduzca por senderos
florecidos de lirios blancos,
rojos, amarrillos,
danzando con el viento
con sus plumajes de pétalos
finos,
leves,
como plumas de alas
de pájaros multicolores alzando
vuelo
en el aire perfumado de cielos
azules.
Experiencia nueva,
mágica,
hadas, duendes,
gnomos, sirenas,
me conducen casi sin darme cuenta
apoyando su ternura en mi cuerpo
y llevándome a ese mundo
en el que todos queremos vivir,
amándonos en todo nuestro
existir,
juntos y solos a la vez
con la conciencia de que en
nuestro interior
reina la paz en una absoluta
y noble pureza blanca,
solidaria,
comprensiva.
Experiencia nueva
en la que cada instante
se vive con intensidad total,
exuberante, exhaustiva,
creadora.
Experiencia nueva,
se acerca el mundo esperado
iniciado por la poesía,
verso de la paz y del amor,
el canto y el verbo que enamora y
sueña
en sutiles fragancias,
unidos todos hacemos un mundo sin
ingratitud,
violencia,
lágrimas y sangre.
El amor está allá arriba entre
las nubes,
en el Sol y en la Luna.
Lo importante es que lo sienta
dentro de mí,
dentro de ti,
entre los árboles,
en medio de la yerba y de las
flores.
Experiencia nueva,
la certeza de su presencia
nos debe hacer felices a todos
como símbolo de unión y de vida,
con una humanidad unida,
enlazada,
envuelta en redes de paz.
Experiencia nueva,
para que este mundo nuestro
encuentre
su verdadero equilibrio,
para que podamos vivir sin
temores,
sin inquietudes de que el género
humano
desaparezca hundido en la maldad,
el deshecho,
el deshonor de quienes por deseos
de poder maligno intentan
destruirlo
en beneficio propio.
¡Viva la vida plena
en un mundo de amor!
Pesares del ayer
Pesares
del ayer
vuelven
a mis recuerdos
cual
de puerta pesada
cuando
gira
sobre
goznes de hierro enmohecido.
Anidaban
en las grutas del olvido
y
ahora pregunto
¿por
qué regresan en un sombrío torbellino?
Pesares
del ayer renacieron
en una
mañana apenas comenzada,
áspera
y fría cual musgosa bruta
y
ardieron en el cielo de esa aurora
nubes
de un rojo intenso
como
en un conjuro infernal,
colmado
de bramidos cayendo cual torrentes.
Pesares
del ayer
como
nubes de borrasca
me
inundan con un ronco eco
de
dolores idos.
Todo
aquello pasó
pero
aún en mi mente siento remordimientos
por
no haber sabido actuar con límites
y
dejar pasar al dolor
por
mis fronteras que debían protegerme.
Pesares
del ayer,
mi
afligido pensamiento quiere ahuyentar
las sombras
de aquellos ayeres,
de
aquellos amores que en vano llegaron a mí.
Pesares
del ayer,
recuerdos
que deben irse
al
lugar secreto donde reina la paz y el silencio
haciendo
irse muy lejos a los tormentos imborrables
y a
las tristes agonías
como
son una mano fría dentro de mi pecho.
Quiero
que todo lo pasado que provocó dolor
se
hunda en hondos precipicios palpitando
en
un viento ardiente
como
el que sopla en un gigante incendio.
Pesares
del ayer,
dejadme
vivir desde el Hoy
la
vida en un continuo palpitar de alegrías,
esperanzas,
ilusiones
sin llantos ni gemidos,
plena
de amores y deseos calmos.
Y
poco a poco nacerán los versos,
las
frases,
las
prosas,
entre
perfumes de flores
guarnecidas
de pimpollos nuevos.
Y
entre risas y lloros en flor
mis
prosas volarán en las alas de mis sueños.
¡Versos!
¡Palabras
de amor!,
me
hacen refugiarme en el mundo del olvido
sin
pesares del ayer,
sólo
estrofas entonadas como canción de vida.
Pesares
del ayer,
unos
los hundo en el mar,
otros
cruzan por el éter
para
que beban luz en las estrellas
y no
regresen jamás a mis recuerdos
que
tan sólo quieren revivir
los
mejores instantes de felicidad
de
los ayeres de ayeres y en este Hoy
dormitar
en el silencio de la luna llena
rodeada
de luces brillantes de amores nuevos.
Los fantasmas del recuerdo
Los
fantasmas del recuerdo,
esos,
los que pueblan mis sueños,
los que
me acosan en instantes imprevistos,
los que inundan mi alma
de momentos inolvidables,
los que
a su amparo,
en
breve tiempo recorren mi vida.
Los
fantasmas del recuerdo,
se
mantienen a veces
como
formas misteriosas
en las largas avenidas de mi existir
y
revivo paso a paso mis alegrías,
mis
desilusiones,
mis
pérdidas,
mis
amores,
mis
vivires.
Pasan
como un aire raudo
a través de espejos acrisolados,
rompiéndose
a veces en pequeños cristales
que se
estrellan entre los pensamientos silenciosos,
encendidos
de deseos de amar
que
emanan de mis recónditos adentros.
Los
fantasmas del recuerdo sacuden
las bases de mi sangre y aparecen nombres,
fechas,
lugares contra el cielo de mi alma
sobre
el muro que cerca mi silencio.
Me
llevan a la luz
que derroté en el tiempo del olvido,
el
limitado amor que se me ofrendaba.
Los
fantasmas del recuerdo
son mi apoyo de ayeres vividos,
desaparecen de pronto sin saber
por qué pero regresan y se funden uno a uno,
uniendo
los peldaños de mi vida,
que en
este otoño
ya han
alcanzado la cumbre del vivir,
escribiendo
las palabras ungidas de amor
para que inunden cielos
y horizontes por doquier.
Los
fantasmas del recuerdo
son signos que orillan mi hoy,
con un
temblor tocado de rocío
en un
viento por vientos perseguido
hurgando la raíz de mis sentidos.
Mis
sentidos crecen
al
acercárseme los fantasmas del recuerdo
y en
flamígeras imágenes por los aires
en
círculos amarillos van,
filosos
como piedras,
hundiéndome
en el frescor
de la creación primera.
Los
fantasmas del recuerdo
hacen
renacer vidas pasadas,
me
llevan al viento caliente
de estío vivido con intensidad en las orillas
del mar
embravecido.
Quiero,
tan sólo ir perdida por siempre
en los
momentos dulces y tiernos
pasados
como ráfagas fulminantes pero eternas.
No
quiero ver fuegos que me hicieron arder,
sangrar
de dolor mi corazón
y
derramarme en mares de llantos.
Los
fantasmas del recuerdo me hacen perder,
en
pocos instantes,
mi
albedrío,
encadenándome
a hechos sufridos,
plenos de deseos malsanos.
¡No
quiero que regresen todos,
sólo
los que me llevan a envolverme
en
capullos de felicidad y de dicha!
Los
fantasmas del recuerdo
arden en mi espíritu
como
una onda de fuego
y una
racha glaciar me toca levemente,
llenando
los espacios infinitos
de dudas que en mi hondo
interior aún perduran.