Páginas

Herida en el alma




Herida en el alma,
que trata a diario de satisfacerse con la voz del olvido,
gime con el placer de sufrir que fue amarte
y disfrutar en las noches pensando en ti con todos los sentidos.
Tengo una herida que es desorden en el amor,
convulsiva la piel circúndate con sus yagas,
inunda los recuerdos con el dolor,
 de mantenerse abierta con el paso al mañana.

Herida en el alma,
tengo una herida en el alma,
que es sinfonía en el silencio,
juntando con su herencia de luto,
algo nuestro que relució como una luz brillante,
en aquel cielo donde hoy por aquella experiencia vive muerta.
Me duele tanto saber que te he perdido,
aunque la herida se tarde por cerrar…
Porque te quise tanto,
que el olvido no arribará jamás.

Herida en el alma,
son muchas las heridas las que el alma nos laceran,
pero son las del amor perdido,
las que me agobian y desesperan.
Esta herida de amor que tu adiós me deja,
llegará un día,
a ser un dolor ausente,
un sabor lejano, de color transparente,
un adiós sin recuerdos, sin motivos ni quejas.
Hoy me mata lento, de a poco,
y en gotas tan despacio me mata,
                que aparenta ser eterno,
gigante, silente, sin refugio alterno,
páramo desolado que me azota y me bota.

Herida en el alma,
las heridas de amor que llevo dentro,
aquellas que aún sangran con el tiempo,
gritan y queman,
desde el cetro de esta alma mía,
como el tétrico silencio de los templos.
¡ay! si las heridas tomaran el camino del olvido
Y la muerte de un destino,
diferente seria mi corazón
y no sufriría esta amarga desazón,
pero sé que mañana besaré otra boca,
alojaré otro abrazo,
serás frio recuerdo,
lejana noche,
sueño olvidado,
dejado, serás solo el silencio de un mundo pasado.











Suspiros del destino




Suspiros del destino,
al encontrarte a ti olvidé mi pasado,
me olvide de tropezones
y de mis pasos equivocados,
enterré mis angustias, mis temores y mis lamentos,
porque aquella distancia nos separa,
mis suspiros de amor te persiguieran hasta el infinito.

Suspiros del destino,
te tendré dentro de mis pensamientos
a pesar de haber desaparecido de mi vida.
esta carta de amor es para ti,
jamás la leerás,
Tú ya no estás en mi presente
como un sol en el crepúsculo.

Suspiros del destino,
el destino de mi amor marcara un camino
lejos de ti, sin tu pasión, solo en mi soledad
y de una manera tierna, e implacable te fuiste misteriosamente,
despacio de mi lado si ninguna voz.
aún siento el respiro de tu amor,
que me susurraba al oído
las palabras que ya deben olvidarse.

Suspiros del destino,
el destino nos separó, desapareció la pasión
que rebasaba cada vez que apareciste en mí.
atrapada en un suspiro miro las horas pasar.
Sin tu presencia no hay palabras, ni caricias.
Muda, absorta, me encuentro mientras te pienso
y oigo el suave murmullo del aire que respiro.

Suspiro del destino,
como evidencia de que existo,
tomo mi pluma y escribo en papeles apergaminados,
en trozos en blanco, poesías como prueba de mi sentir.
Pero sigo aislada,
perpleja sumida en el silencio
que es mi tortura.
mis ojos húmedos lloran y se entristecen,
mis suspiros me envuelven como una nube
que desea elevarme a lo alto
y es que aún soy sensible.

Suspiros del destino,
mujer para el arte de amar, de vivir pasiones, que se estremece
mientras te añora y te sueña
mis suspiros me hacen estremecer, temblar,
inundarme de pena por no estar contigo mi amor.
no viviré en el encierro de mi pensamiento,
volare lejos hasta encontrar mi destino con un nuevo amor.







Miedo a perderte



Miedo a perderte
Ahora que te nombro y te reclamo,
Se aleja un rudo embarazo de silencios
Entre tu cuerpo y mi presencia.
No te vayas, tú eres para mí la vida entera
Recorres mis sentidos sin orillas.

Miedo a perderte
Eres en mi otoño un viento adolescente en primavera
En la estupre de mis cantos se levanta
Y la sangre convoca en apetencia.
Te nombro a cada instante
Y te invoco con pasión y deseo, no me dejes.

Miedo a perderte
En las duros biseles del silencio
El calor de tus hombros enlazaba
La cima de los cielos con la tierra.
Crecías hacia adentro, mi piel con tu belleza
Y al roce, y al llamado de tus ojos…
Se alzaba de mí siempre este poema.

Miedo a perderte
No me abandones, no te alejes, no te pierdas,
Te buscaré entre el follaje de tu pecado
Y en fresco temblor de tu rocío,
Reposaré la cuidad, cada recóndito lugar secreto,
Explorare el río e indagaré por el mar, por mi cantado.

Miedo a perderte
No te encuentro si me dejas sin el verde levantado
Del árbol donde pierdo mi albedrío
Ni en el viento caliente del estío
Ni en la orilla del mar enamorado.

Miedo a perderte
Y así voy por verdes de la tarde perdida
Por siempre en tu embeleso sin sentir el cercado
De tus brazos, ni ver tu fuego que en los pueblos arde,
Te llamo hasta quebrar mi voz, por eso,
Sangra mi corazón y te derramas alejándote
Sin sequia con una palabra de amor.

Miedo a perderte
Si regresas a mí, amado ausente,
El sol iluminara nuestro amor,
Y nuestra sangre con bilirrubina
Combinándose en el fuego.
Están fuertes mis manos y pasa un viento dormido
Ramos verdes que cierran mi sueño
Y torpe seré por siempre.