Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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jueves, 23 de enero de 2020
Tejiendo la vida
Así tejemos la vida
entre nuestro diálogo de miradas
atentas,
sorprendidas, milagrosas,
sorpresivas,
consuelos y bálsamos de nuestras
almas
que nos unen en un alianza
continua,
permanente,
constante y sentida.
Tejiendo la vida sin palabras
mutiladas,
sí, con rumores de amor
en noches de espera,
cantando sin tristezas ni penas.
Soy la viajera con el corazón
pleno de amor
y la sombra de tu sombra
quien teje palabras de amor,
frases, versos,
entre hilos de seda y plumas
haciendo un nido cálido de
caricias.
Sensación de ser dos voces
en la noche unidas por lazos
estrechos
y entretejidos de recuerdos.
Tejiendo la vida en un vivir
juntos
el hasta ahora esperado,
trémulo y jubiloso de promesas
unidas,
ya que la vida es la sorpresa
en que nos suelta desnudos,
inocentes,
en un mar inmenso.
Tejiendo la vida,
los dos al unísono,
para que en nuestros días de
tormenta
sólo haya claridad
que atraviese las nubes oscuras y
tristes.
Tejiendo la vida
comenzaste a quererme
porque me convertí,
sólo para ti en ese sueño
de cuento de hadas
que todo lo llenó con su magia
atrapando tu corazón y a la vez,
haciéndolo libre.
Mi pasión fluye al recordarte,
te tengo prendido en mi corazón
y una catarata de gozos
fluye desde mis entrañas.
Tejiendo la vida,
los poemas van destilando cada
día,
ilusiones, rosas,
fantasías,
que llenan mi alma de alegría,
sueños que despertarán
algún día mientras vivo
y respiro tu sonrisa.
Tejedora de versos y rimas,
tejiendo momentos trenzo la vida.
Eres mi amor cada noche,
mi eterno enamorado
que calla y mira.
Tejiendo esperanzas y sueños
con la madeja en mis manos,
el corazón,
el papel y una pluma,
hilo y deshilo
la ilusión de estar contigo.
Para que me sirve la vida
si ya tejida en un hilo,
perece,
aunque de su esencia
brota mi vida en un verso.
Ya no sueño con tus ojos,
ahora quiero tu regreso,
ya te tejí toda la vida
y ahora en versos te quiero para
mí,
quiero estar contigo siempre.
Sueño con estar a tu lado,
tendidos sobre nuestro lecho,
recordar las horas pasadas
en unas sábanas de tejidos
blancos
sobre la aguja de tu amor soñado,
tejidos en letras de sueños
y tiernos besos palpados
sobre este gran poema de amor
que es la vida.
Navegaré
Navegaré en tus olas azules
y verdes para enamorarte
y cada vez más cerca estaré junto a ti
donde las olas muy azules
se confunden con el cielo en el mar.
Y en la calma se arrulla
la ternura infinita de amar
y así las olas mecidas en alta mar,
pegadas,
muy juntas y solas
hacen que quiera estar bajo el resplandor
de la luna viéndonos románticos y deseosos,
tú y yo con las olas del mar.
Navegaré en tu vida como un leve rumor,
como una brisa,
llegaré a tu frente como nardo desvelado
con tan solo recuerdos y sonrisas.
Tú eres todo para mí,
mi canción,
mi mar templado,
el pulso de mi sangre,
mi llanura,
donde duermo sin sueño ni pecado
y eres mi apoyo
donde con ternura este amor
trasciende lo ya vivido.
Navegaré en tu mar de amor infinito,
me adentraré en tus aguas en calma
y navegaré junto con tu alma
hasta descubrir tu íntimo laberinto.
Trazaré una huella de navegación
de millares de años,
alrededor del mundo,
buscándote amor,
en el agua de todos los océanos.
Navegaré hacia ti,
tú eres el amor y la playa,
mi luz desconocida,
mi fuente iluminada,
déjame quererte amor,
déjame estar en ti.
Cúbreme con tu arrebatadora espuma
del mar embravecido,
que yo saldré triunfante,
hollando en una diadema
de suspiros brillantes
y una lluvia de jazmines
y estrellas palpitantes.
Navegaré sobre mi propia estela,
siempre viva,
dispuesta a todo,
a vivir con amor y alegría,
aún cuando cambie el viento
y se den vuelta los paisajes
y en mis blandos oleajes
por mis flancos tú alelí resbala.
Navegaré,
mientras el mundo canta,
cae la luna y el amor renace
y te soñaré surgido del mar,
sano y fuerte para abrazarme
y suspenderme en esa abierta playa mía.
Quieta estoy escuchando
el corazón azul del oleaje,
que eres tú el que viene
por la espuma.
Bésame amor que en esta noche triste
te diré los poemas que mis labios
no se atrevieron y llegarán al papel
donde nadie más los espera.
¿Dónde estás?
Dime amor mío
¿No me sientes llegar
como una lágrima buscándote
por encima del mar?
Navegaré hasta el fin para que me sientas
y escuches decir que te amo.
Laberinto de seducción
Laberinto de seducción,
escondite secreto,
puertas levadizas,
trancas con cerrojo,
que no conducen a ninguna parte.
¿Es que acaso no existe
el sendero que me libere
de este juego de seducción
que me conduce tan sólo a
envolverme
en un manto de lágrimas?
Delicadas,
ardientes,
nuestras almas se buscan
por un laberinto de soledad,
en una melodía que acaricia los
sentidos,
instintos que convocan arrebatos
de pasión.
Laberinto de seducción,
mi camino fue hacia tu plan
que me condujo
en un extraviado concierto
a que mi alma se rindiera
y la copa de mi sentimiento
se volcó íntegramente hacia ti.
En este paraíso
de los tiempos del alma,
voy intentando alejarme,
recorro senderos,
tupidos follajes,
sendas inconclusas
y no encuentro la forma de
alejarme de ti,
tú, el que traes a mi mundo
tus misteriosos artilugios
para enredarme en hilos de
tristeza
y sed de sollozos.
Negarme a vivir
quisiera en las sombras del
olvido
pero la vida me declara
todo tu amor vivido.
Laberinto de seducción,
donde tu sombra vive de
eternidad…
Enciendo velas para encontrar
el lugar donde el viento
sacude su negra soledad.
Ayer acaricié el pétalo de tu
sombra
¡Qué extraño fue!
Tú,
el que me llevó a caminos
demolidos,
quitando los pasadizos
del incierto vespertino
pero no puedo apartarme de ti,
la música de tu voz
me lleva a un júbilo nuevo,
pleno de placeres
y gozos inesperados,
Perdidos entre los recodos del
laberinto
nos buscamos a tientas,
seducidos por nuestra pasión.
Nos abrazamos en el aire del
mundo
y nos volvemos a alejar.
Laberinto de seducción,
en ellos se estrenan los gozos
primeros,
los sones del amor nuevo,
las huellas de un vivir
transido de un querer.
Déjenme salir,
procelosa y airada,
sin destellos de penas ni de
dolores,
desaparecer en la quietud de la
noche
para ser tan solo un recuerdo
en el tiempo vivido,
en el ayer,
sin esperar un retorno
al laberinto pasional
que nos imprimió marcas
sobre nuestro anhelado futuro.
Laberinto de seducción,
en el que las presencias de
siempre,
no bastaban
y no nos hallamos con las manos,
con los gritos clamando,
con las bocas sin besos,
¡ya no más,
sólo nos quedan cicatrices
dentro del alma
por toda la eternidad!