Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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sábado, 25 de enero de 2020
Me dijiste adiós
Me
dijiste adiós,
Sin
una lagrima en tus ojos, Ni tristeza en tu corazón,
Me
sentí acongojada, lastimada,
Herida
en lo más profundo de mi alma,
No
pretendí nunca que me amaras por siempre,
Pero
si cuando ya no te animara el sentimiento hacia mi,
Me
lo dijeras sin causarme este profundo dolor.
Me
dijiste adiós
Al
cabo de un segundo después que me dijiste adiós,
Me
estaba muriendo,
Seres
inanimados robaron mi vida,
La
incertidumbre golpeaba en mi pecho,
Al
cabo de un segundo, la fuerza de mi amor hacia ti,
Me
sacudió profundamente y logre el espacio del silencio.
Me
dijiste adiós
¿Cómo
podré iniciar el principio de mi vida sin ti a mi lado?
Entre
las leyes de lo negro y blanco,
Entre
el conocimiento que me abarca el próximo instante de la luz,
Del
sí o no, en la circunstancia,
Si
tu adiós escurre mi espíritu en un gélido invierno.
Me
dijiste adiós
Si
al paso encuentro las cadenas,
Desde
mi cierta inocencia envuelta en sangre
Y
telas de arena bajo la gris sabana
De
mi lecho sin ti.
Me
dijiste adiós
¿Cómo
podré andar?
En
esta noche de lastima,
Sacúdete
bajo las sombras de mis manos,
Que
me esculpen entre la humedad y el polvo.
Me
dijiste adiós
Miro
pasar la sombra,
Un
reverso de luz donde nunca he sido nada,
Noches
¡Oh prodigio!
Tus
manos dejan las mías sin prisa pensativas,
Aplacando
alabanzas,
Sin
arpa ni música,
Bajo
esta ceremonia de dolor.
Me
dijiste adiós
Miro
mi vida,
Y me
dejas escribiendo estos versos,
Donde
no vuelvo a reír,
Donde
la roca profundiza en mis raíces,
Silencio,
culpa,
Mis
ojos tristes y este amor que llora a tus pies.
Silencio en tus recuerdos
Silencio
en tus recuerdos,
recuerdos
de un tiempo,
en
el que todo era como había sido,
pero
en el que empezamos, casi sin saberlo,
al
separarnos despacio, de a poco,
un
completo silencio nos inundó.
Tiempo
pasado y perdido de lo que en un punto fue y ha sido,
porque
aunque se guarden las imágenes,
los
archivos sonoros, es un tiempo que se fue,
es
un tiempo ya muerto,
es
un tiempo que sólo se puede aprender,
mediante
un silencio, hueco, frio, gris.
Silencio
en tus recuerdos,
te
fuiste de mi lado por un apartado sendero,
lentamente,
caminando y nunca supe si te fuiste de verdad,
O si
estaba soñando
Y
empecé en silencio total a escribir poesías,
para
tener recuerdos de las cosas,
de
las que vinieron y se fueron,
de
las doloridas,
de
las que me hicieron llorar
y
aún de las hermosas.
Silencio
en tus recuerdos,
la
eternidad es inmensa,
sólo
hay silencio, me invade el miedo
y me
desespero al gritar sin que nadie escuche,
suplicar
y sufrir es mi destino.
pero
es mejor estar aquí amándote en silencio.
Silencio
en tus recuerdos,
siempre
amaré en silencio,
a
este amor que dijo ¡adiós!
amarte
así en silencio y sólo llevarte aquí en mi pecho.
amarte
así frenéticamente y así en mi soledad serás mío.
Amar
en silencio…
es
permitirle a mi pensamiento,
cabalgar
en haras del viento
recrearte
en cada mañana gélida o tibia alborada,
en
la que vislumbro tu figura.
Silencio
en tus recuerdos,
a
veces me digo “Pasó por aquí”,
pero
tú no sales al exacto centro puro de ti mismo,
son
los rumbos confundidos los que te voy buscando.
Con
la risa o con las voces, ambos juntos,
descabalamos
en silencio que no duele,
que
no se siente, creemos que sigue entero.
Si
por los días te busco o por los años,
no
salgo de un tiempo virgen,
¿fue
ese día?
¿fue
ese año?
que
fuimos felices tú y yo,
pero
no hay señal, porque no dejas huellas detrás de ti.
Silencio
en tus recuerdos,
trataré
con toda mi pasión de no recordarte más,
ni
en silencio pronunciare tu nombre,
ni
evocaré los momentos de gozo que juntos, muy juntos pasamos.
Estamos
juntos ya siempre por la despedida, inseparables,
al
borde mismo del abismo del silencio,
en
despedida que ya no olvidaré.
Tu sombra que puebla los rincones
Tu
sombra que puebla los rincones,
las
miro pasar en un reverso de luz,
donde
nunca he sido nada.
no
has vuelto, te fuiste en forma huidiza y lastimera.
Cuando
acaba el día,
alguien
vigila las sombras
en
todos los lugares, en recónditos sitios,
para
encontrarte para mí.
Resignada
me doy cuenta poco a poco de que no te veré mas
y
callo mis venas, cierro los ojos me muero de miedo de que sea verdad
Tu
sombra que puebla los rincones
vivir
esperándote es vivir hacia atrás.
doy
vueltas en redondo, días y noches para oír tu última palabra.
Aquella
que yo te oí.
Quieta
quedo clavada en el sitio oscuro
donde
te deje de ver.
No
daré un paso más,
estoy
rodeada de sombras reflejadas desde espejos lejanos
Tu sombra
que puebla los rincones
Desapareciste
de mi vida sin rumbo cierto,
en
una ceremonia de dolor dejándome escribiendo estas cartas
que
me inundan de pena y llanto.
no
he vuelto a reír donde la roca profundiza en mis raíces.
silencio
culpa
Soy
un árbol sin vida, pasa el estío
y
alguien dice: “Naturaleza me voy”.
Sé
que dejaras en el mundo de tus amadas manos
mis
ojos desorbitándose con este amor
que
llora debajo de tus pies
tu
sombra que puebla los rincones
los
días pasan a escondidas entre las sombras de ti
y
como el humo pasan los años
y en
toces ¡basta!
¡quiero
vivir!
Esperan
las mañanas girando a toda música,
de
nuevo me levanto y de nuevo bailo.
Ahora
soy la obra directa de que en mi soledad soy feliz,
mis
sonrisas me responden, mis caricias brotan de mi alma
con
inusitada frecuencia.
Sombra
que pueblan los rincones
Ya
no existen más,
llego
el momento perfecto, tan sin par,
imposible
en lo mejor, estar con migo misma
Lo
que yo te quise
¡qué
tiempo lentísimo!
En
minutos rápidos se iba desamando.