Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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viernes, 28 de febrero de 2020
Ultima decepción
Ultima
decepción
La
paz de mis latidos son solo pura historia,
faltó
el amor que ansíe siempre
y en
mi quebranto escribo esta carta para ti
que
no leerás nunca.
Debo
limpiar mi pecho de dolor y desencanto,
borrarte
de mi sangre y limpiar mi memoria.
Impúdicos
fueron tus besos que creí sinceros
y
por ello dolida trayectoria que pesa sobre mi corazón
con
tormento y desencanto.
¡quebraste
este cuerpo y desgarraste esta alma!
¡ganaste,
es tu victoria!
Ultima
decepción
Recuerdo
tan presente tu cariño,
tus
caricias en una entrega generosa de besos repartidos.
Caricias
fulminantes y labios compartidos
y
todo ahora cambio, amor que tú me dabas
es
punta del abismo, es pura lontananza.
Ultima
decepción
ahora
algo recorre mi sangre
un
tumulto silencioso se agiganta,
sobre
las nubes que no llueven todavía.
El
murmullo sacude los arboles
mientras
el viento comienza a hacer fantasma.
Desde
lo alto.
Aquí
ya nada toma forma
en
una especie de vorágine
asfixiando
lentamente toda mi vida.
Algo
se bebe mi sangre…
mientras
viajo obnubilada
y
sin retorno, alejo de ti para siempre.
Ultima
decepción
esta
carta de despedida, me recorre sin tregua
y
sin calma mi alma adolorida
porque
tú no estás conmigo en mis brazos, en mis gozos.
Allí
la tempestad se asoma
el
mundo es ajeno cuando el rayo incongruente
me
trastoca y soy solo una cosa que escribe en
horizontes
tormentosos lloviznando en su agonía.
Ultima
decepción
borre
toda tu forma
y
tratare con todo mi afán de no recordarte más.
mientras
yo te recordaba, ¡qué muerta estaba!
tan
terminada en tus lindes se te podía seguir
como
en un mapa clarísimo,
al
norte la voz seca, boreal, tibia abandonada al sur
y en
el litoral bien lejos la sonrisa que yo amaba.
Ultima
decepción
pasaras
a la historia sin saber que pasaste
y yo
entrare al parnaso donde los poetas escriben
con
pluma notoria por el fulgor que tu dejaste en mí.
Me dijiste adiós
Me
dijiste adiós,
Sin
una lagrima en tus ojos, Ni tristeza en tu corazón,
Me
sentí acongojada, lastimada,
Herida
en lo más profundo de mi alma,
No
pretendí nunca que me amaras por siempre,
Pero
si cuando ya no te animara el sentimieto hacia mi,
Me
lo dijeras sin causarme este profundo dolor.
Me
dijiste adiós
Al
cabo de un segundo después que me dijiste adiós,
Me
estaba muriendo,
Seres
inanimados robaron mi vida,
La
incertidumbre golpeaba en mi pecho,
Al
cabo de un segundo, la fuerza de mi amor hacia ti,
Me
sacudió profundamente y logre el espacio del silencio.
Me
dijiste adiós
¿Cómo
podré iniciar el principio de mi vida sin ti a mi lado?
Entre
las leyes de lo negro y blanco,
Entre
el conocimiento que me abarca el próximo instante de la luz,
Del
sí o no, en la circunstancia,
Si
tu adiós escurre mi espíritu en un gélido invierno.
Me
dijiste adiós
Si
al paso encuentro las cadenas,
Desde
mi cierta inocencia envuelta en sangre
Y
telas de arena bajo la gris sabana
De
mi lecho sin ti.
Me
dijiste adiós
¿Cómo
podré andar?
En
esta noche de lastima,
Sacúdete
bajo las sombras de mis manos,
Que
me esculpen entre la humedad y el polvo.
Me
dijiste adiós
Miro
pasar la sombra,
Un
reverso de luz donde nunca he sido nada,
Noches
¡Oh prodigio!
Tus
manos dejan las mías sin prisa pensativas,
Aplacando
alabanzas,
Sin
arpa ni música,
Bajo
esta ceremonia de dolor.
Me
dijiste adiós
Miro
mi vida,
Y me
dejas escribiendo estos versos,
Donde
no vuelvo a reír,
Donde
la roca profundiza en mis raíces,
Silencio,
culpa,
Mis
ojos tristes y este amor que llora a tus pies.
Pesares del ayer
Pesares del ayer
vuelven a mis recuerdos
cual de puerta pesada cuando
gira sobre gonces de hierro enmohecido.
Anidaban en las grutas del olvido
y ahora pregunto
¿por qué regresan en un sombrío torbellino?
Pesares del ayer renacieron
en una mañana apenas comenzaba,
áspera y fría cual musgosa bruta
y ardieron en el cielo de esa aurora
nubes de un rojo intenso
como en un conjuro infernal,
colmado de bramidos cayendo cual torrentes.
Pesares del ayer como nubes de borrasca
me inundan con un ronco eco de dolores idos.
Todo aquello pasó pero aún
en mi mente siento remordimientos
por no haber sabido actuar con límites
y dejar pasar al dolor por mis fronteras
que debían protegerme.
por no haber sabido actuar con límites
y dejar pasar al dolor por mis fronteras
que debían protegerme.
Pesares del ayer, mi afligido pensamiento
quiere ahuyentar las sombras de aquellos ayeres,
de aquellos amores
que en vano llegaron a mí.
Pesares del ayer,
recuerdos que deben irse
al lugar secreto donde reina
la paz y el silencio
haciendo irse muy lejos
a los tormentos imborrables
quiero que todo lo pasado que provocó dolor
se hunda en hondos precipicios
palpitando en un viento ardiente
como el que sopla en un gigante incendio.
Pesares del ayer,
dejadme vivir desde el Hoy la vida
plena de amores
y deseos calmos.
Y poco a poco nacerán
los versos, las frases, las prosas,
entre perfumes de
flores guarnecidas de pimpollos nuevos.
Y entre risas y lloros en flor
mis prosas volarán en las alas de mis sueños.
Versos!
¡Palabras de amor!,
me hacen refugiarme en el mundo del olvido
sin pesares del ayer,
sólo estrofas entonadas
como canción de vida.
Pesares del ayer,
unos los hundo en el mar,
otros cruzan por el éter para que beban luz
en las estrellas y no regresen
jamás a mis recuerdos
que tan sólo quieren revivir los mejores instantes
de felicidad
de los ayeres de ayeres
y en este Hoy dormitar en el silencio
de la luna llena rodeada de luces brillantes
de amores nuevos.