Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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martes, 10 de marzo de 2020
Déjame a solas
Déjame
a solas,
no
quiero más
tu amor
frío y silencioso,
es
húmedo río subterráneo
en los
tejidos de mi ser.
Déjame
a solas,
que no
paralices mis sentidos,
no
deseo recordarte
ni un
instante más.
Déjame
a solas,
¡márchate
ya!
bramando
en torbellino ciego,
llévate
tu tempestad,
volteando
tu raudo mundo,
déjame
curar éste dolor profundo
que
inunda mi alma de lágrimas
como
cataratas que la dejan vacía
y sin
esperanzas.
Déjame
a solas,
nunca
más quiero sentir
que
sabías a silencio y a sueños
y a
tactos de deseos,
sabías
a mi mundo,
a todo
lo que anhelaba,
sabías
a amor,
a mi
amor.
Quiero
reír sin tristezas,
llorar
con sonrisas,
¡vete
ya de mi vida!
¡déjame
a solas
con mi
nostalgia de tus besos
y poder
escuchar tu melodía
aún
cuando estés lejos,
aún
cuando ya no estés!
No
necesito tus ojos para ver
ni tus
labios para sentir,
ni tu
alma para vivir,
ni tu
existencia en mi vida
para
sonreír
ni te
necesito
para
saber amar.
Déjame
a solas,
no
quiero lágrimas
con
emociones llenas de ti
y de mi
llenando surcos de pasión,
aclarando
tristezas,
llenando
melancolías,
lágrimas
que eran
tan
sólo para quererte
y
guardadas con sentimiento.
Déjame
a solas,
soñándote
en cada anochecer,
sin
colores,
sin
esperanzas,
sin
anhelos,
sin
nada que me recuerde a ti,
ni tus
suaves palabras en mis sueños
que
ilusionaron mares,
que
significaron tu presencia,
secretos
ya idos de amores a voces.
El
tiempo de amarnos
entre
tú y yo ya no existe,
déjame
a solas soñar con el amor,
caricias
y besos
verdaderos
y plenos.
Alma sombría,
no
llegues más a mí,
no
mereces castigo ni reproches,
no te
veré en el pliego
más
negro de la noche,
ahora
sin ti
brillarán
más las lejanas estrellas.
Eres ya
luz
entre
sombras que no me alcanza,
eres
flores entre ruinas sin color ni aroma,
eres falso
clamor entre dulces caricias
nunca
más encontradas.
Déjame
a solas,
olvidarte
casi en el borde del fracaso,
en el
final que asombra.
Ahora,
sola al
fin,
una luz
que el sol
no sabe
ilumina mi alma
con sus
rayos de amor,
límpido
y brillante.
Vivo en
una claridad,
en una
transparencia de paz
en el
gran milagro de un cenital
esplendor
por no estar más a tu lado.
Tu recuerdo
¿Qué más
podría darme tu
recuerdo?
¿Adónde me llevó tu
olvido?
¿En verdad te extraño
cuando no estás a mi
lado?
¿Cómo sé que te tengo
siempre presente
en mi corazón
dolorido?
¿Por qué te pienso
en cada instante
del transcurrir de mi
vida?
¿Dónde te escondes
en los rincones
de mis silencios
quietos?
¿Por qué sólo tú
iluminas el camino de
mi vida
dejando ilusiones que
no pierdo?
¿Por qué tengo
el alma formando
imágenes
con tus recuerdos,
tus deseos,
tus pasiones?
¿Por qué tu amor
es como el fruto del
árbol
de todas las dudas?
¿Desde cuándo
transitamos juntos,
palabras abiertas
en el desierto
de las más hirientes
ausencias?
¿Por qué vivimos
tropezando
con los anhelos
inconquistables
y nuestros recuerdos
más dulces?
¿Desde cuándo se
desataron
estas tormentas
inclementes
en el submundo mío
de la soledad serena?
¿Por qué los años no
son distancia,
el tiempo y el
recorrido
no es más que el
sentir?
¿Qué es castigo y qué
es consuelo?
¿Por qué la distancia
no existe
y el estar lejos no
es real?
¿Qué es prisión y qué
es escape?
¿Por qué se rompió
el silencio entre
ecos,
sollozos y suspiros,
pesadillas y sueños?
¿Dónde se esconde
el viejo museo
de mi historia de
amor?
¿Por qué mi corazón
sangra
donde se clavaron
espinas
de desamor de mis
amadas rosas?
¿Por qué siento que
mi mundo
está apartado
entre soledad de
soledades,
entre mil y una noche
sin luna?
¿Por qué al final,
entiendo que la
distancia
no es más que
simplemente
el tiempo entre las
dos veces
que hablo contigo?
¿Por qué el amor de lejos,
amor lejano,
es la razón de mi
existencia?
Recordándome
Recordándome
(Desde
un olvido lejano,
viniste tras el viento,
buscándome)
no
quise escucharte.
Recordándome
(Llegaste
a mí
cantando
sueños
que
volvían de los tiempos de antes
porque
en tus estrofas amantes
querías
que mi voz
te
acariciara)
no
quise escucharte.
Recordándome
(Traías
en tus palabras
el pasado compartido,
entretejido con latidos de amor
entre inquietudes
de
momentos pasados juntos)
no
quise escucharte.
Recordándome
(Querías
que volviéramos a estar juntos
prendidos
a los restos del silencio
de este
tiempo ya pasado
y del
que escapamos
por
milagro)
no
quise escucharte.
Recordándome
(Esperabas
mi pura promesa
de
volver a estar juntos,
pero al
despedirnos de lo gozado,
lo
sufrido quedo atrás)
no
quise escucharte.
Recordándome
(Pensaste
que
nuestro sueño de amor vivido
aún persistía
y que
nuestra ansia de vivir,
amándonos,
latía,
aún,
en
nuestros corazones)
no
quise escucharte.
Recordándome
(No te
diste cuenta
que
estamos al otro lado de los sueños
que soñamos,
a ese
lado que se llama la vida nuestra
que ya
se cumplió)
no
quise escucharte.
Recordándome
(Me
dices que me quieres
y es
como un despertar
de un
no decirlo,
sin
designio de lo que lo sepa nadie,
ni tú
siquiera)
no
quise escucharte.
Recordándome
( me
dejas el mensaje
de tu
gran querer callado
que sólo
tú crees sentir,
lo que fuimos,
ya no
somos,
son sólo
imágenes pasadas
de ti y
de mí)
no
quise escucharte.
Recordándome
(Rompes
mi mañana
que es
de cristal
por
esperar
y
apareces cuando tu quieres
para volver
a ser lo que fuimos
y ya no
somos)
no
quise escucharte.
Recordándome
(Sin
vacilaciones
creíste
volverme a tener,
abrazarme sin término,
pero me heriste
en lo
hondo
al
buscar tú,
otros
ojos,
otros
cuerpos)
no
quise escucharte.
Recordándome
(Después
de vivir
tus breves amores,
quisiste estar conmigo
otra
vez
pero
nunca supiste
que ya
no estabas más
en mi
vida,
sólo
eras una huella
que se
desdibuja en el aire)
no
quise escucharte.
Recordándome
(Tu
sensación de retorno
que te
estrecha el alma,
déjala ir
tras el
más allá
porque
ya nuestra realidad,
la ya vivida,
no existe más)
no
quise escucharte.