Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
Páginas
▼
domingo, 15 de marzo de 2020
Dime quién eres
Dime
quién eres,
tú, el
desconocido, el misterioso,
que
susurra a mi oído
palabras
muy intensas,
poesías
sentidas
¿Existes
realmente?
o eres
sólo mi imaginación
que me
hace pensar
en ese
momento instantáneo y mágico
Dime
quién eres
tú, el
seductor que juega
con las
palabras,
las
enlaza, las estrecha, las completa
con
emociones fuertes
que
hacen vibrar el alma
de esta
mujer poeta
en esos
instantes breves, únicos
tiernos,
necesitados.
Dime quién
eres,
tú, el
que inspira la creencia de que en verdad
tus
palabras susurrantes fueron ciertas
que
existieron en el aire tibio
de una
tarde única
cuando
el mundo se iluminó al escucharlas.
Dime quién
eres,
tú, el
que escribió breves palabras de amor
porque
al leerlas las creí verdaderas
pero que
para ti eran simples palabras
escritas
sin otro fin que demostrar
que tú
eras, en verdad, el hombre que yo esperaba.
Dime tú,
el que desapareció en la nada,
en lo
ignoto de lo desconocido,
en un
mundo irreal para mi,
dejando
una estela detrás de tí,
una
estela de añoranzas, de esperanzas vanas,
de
tristeza con calor sin sol.
Te has
ido y no sé si para siempre,
dejándome
entre emociones truncas
e
inquietudes profundas que hacen que mi vida
no
vuelva a ser la misma,
la de
ayer, la de los ayeres del pasado
hasta
el minuto en que nos miramos a los ojos.
Desconozco
tu mundo real,
sólo
pienso en nuestro encuentro breve,
leve,
irrepetible, sin tocarnos,
solo
mirándonos con todo nuestro ser sensible
en esa
única mirada.
Dime quién
eres,
¿qué
sucedió entre nosotros
en esos
minutos mágicos ?
¿Por
qué la vida entre sus redes,
tejió
con brillantes ovillos de nada,
nuestro
encuentro en un día que no
esperábamos
que sucediera?
Dime tú,
quién eres
que
buscas, tan solo seducir
para
transformarte en el numen,
la
inspiración de poemas de amor
que
nacen de tan sólo pensarte,
de
imaginar que todo fue verdad
y que
algún día todo lo sucedido
volverá
a surgir en nuestro existir
sin amor.
Murmullos en la noche
Murmullos
en la noche,
colmada
de cálidas palabras
encendiendo
velas donde el viento
sacude
negra soledad.
Ayer en
la noche,
entre
los silbidos del viento
acaricié
el pétalo de tu sombra.
¡Qué
extraño fue!
Murmullos
en la noche,
los dos
quietos,
abrazados
en un solo cuerpo,
sentimos
en oleadas
de
viento y agua
que la
esperanza viene a nosotros.
Murmullos
en la noche,
somos
dos,
sólo
dos,
con
miedo a ser uno.
Miedo a
amar y a dejarse amar
miedo a
pasión desbocada,
miedos a besos furtivos y deseados,
miedo a
vivir entrelazados
bajo
las ramas confundidas y anhelantes
de los
ligustros.
Miedo
de ser naturaleza,
viva,
en la
naturaleza.
Murmullos
en la noche,
delirios
alucinantes
de
saborear la paz
serena
de tu amor
y cada
mañana tu aliento
de
cigarra anida
mis
ojos abiertos
en la
penumbra quieta.
Murmullos
en la noche,
que mi
alma juglaresca escucha
como
fondo apabullado,
son
murmullos que
como
arrullos de horas muertas
nos
nombran,
para
unirnos con mil ojos
confundidos
de caricias
en un
viento indiferente
que
juguetea con nuestros cuerpos
plenos
de amor.
Murmullos
en la noche,
quiero
que tú
con tus palabras y gemidos de amor
aturdas
todos mis sentidos.
Comúlgate
conmigo,
apagan
los murmullos que deliran
desboca
los temores indefensos
y sólo
¡ámame!
y será,
entonces, el mundo nuestro.
¡Ámame!
Seré la
sal de tu camino
y el
verde de tu sombra acogedora,
seré tu
cuerpo de perfumes
y
aromas dulces,
brazos
de estatuas,
esculpidas
por la pasión fresca
de mis
formas tuyas.
No sé quién eres
No sé quién eres,
ser anónimo,
desconocido,
que quiere entrar por
resquicios
de mi entreabierta vida
para escudriñar mi alma
que como alba nube se
eleva hacia el infinito.
En los duros biseles
del silencio,
inmóvil como águila señera
no permitiré que
hurgues mis deseos
ni roces el llamado de mi voz.
No sé quién eres,
te desconozco,
tu voz es extraña para mí,
te desconozco en mis
miradas,
desnuda o disfrazada.
Eres el desconocido
por estas tierras de
mi hoy
y de mi mañana.
No quiero tener cerca
el aire
que te cerca la
garganta ni despertar
en tus pupilas por no apoyar mis ojos en el
aire.
Tus llamadas son nada
para mí,
tú no estás en el verde levantado del árbol
donde pierdo mi
albedrío
y en el viento caliente del estío,
ni en la orilla del mar enamorado.
No sé quién eres,
tú estás contra un
muro hablando
y mis sentidos crecen
a tu espalda,
flamígero cipreses en hilera
y por los aires un
círculo amarillo
huye demudando mi casta y pura alma.
Quieres hurgar la
raíz de mis sentidos
vedando con tu figura con un cerco de jóvenes
olmos
mis poemas de amor que se esconden de ti,
el desconocido.
No sé quién eres,
muda su verdura el
monte nuevo
con un temblor tocado de rocío
y tú el anónimo como un árbol doncel
quieres irrumpir en
mi vida
con un viento por
vientos perseguidos.
Crece en mí una
hiedra pálida
de dudas ahogando en
desazón al pensamiento
y buscas de tener las horas de la espera
en la ramazón
elástica del viento.
No sé quién eres,
sólo sé que estás
rezagando mi camino
como cruz que aprieta
las nubes
contra el cielo.
Es inútil que me
busques me persigas con tu voz,
tú pisas otro suelo y lo ignoro cuál es tu
anhelo,
yo soy vagabunda del cielo,
tú un vagabundo de la tierra.
No sé quién eres,
no me busques,
no me podrás hallar,
la luna es una nota
errante
que se extravió de su
cantar
y con su luz
agonizante me esconde
y entre secretos me cobija
para que tú no me
encuentres jamás.
No sé quién eres
y prefiero no
saberlo.