Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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domingo, 12 de abril de 2020
Tu amor esquivo
Tu amor esquivo,
el que se esconde de
improviso,
desaparece en un solemne
silencio,
duro y distante.
Ven, déjame ver tu
rostro oculto,
te acercas en un tiempo
nuevo,
y sin ninguna razón me
das tu amor falso,
pleno de artimañas
para que mi corazón te
crea
y abierto se vuelque
hacia ti.
Tu amor esquivo,
con recovecos, testimonio cruel
de que en verdad, no me amas.
Tu amor esquivo
como una sombra caminaba mi pecho,
saltando al compás de los pulsos,
aferrando con invisibles dedos,
cada sentimiento que hacía suyo.
Tu amor esquivo,
sin rostro pero con mil caras
donde el corazón de deseo facetado
al sol de su afán de ser desconocido
deslumbraba la retina de un soñar sin ocasos.
Por tu amor esquivo y doloroso
mis versos se van licuados en silencio,
fantasmas de estrofas, etéreos,
rompiéndose en azogues desesperados.
Amor esquivo,
tu amor no estaciona en parte alguna de mi cuerpo,
eres sólo, quizás, un pensamiento
que arroba mi mente como paisaje
ya sediento y acabado.
Te pienso aún en la distancia
y como alfarera te doy forma,
arcillando cada caricia,
creyéndola verdad
para que su paso sea eterno.
¡Pobre de mí!
Ilusiones fallidas, tontas, ingenuas,
tu amor es y será esquivo,
tú ya tiraste lejos, muy lejos,
las llaves de mi puerta.
¡Cuánto llora el alma mía!
por ese, tu amor esquivo
que en mis entrañas lo vivo
y hacen de mi alma un erial.
Amor huidizo,
sorteas todos los obstáculos,
los cerrojos, las rejas
para no llegar a mí.
Rehúsas amarme
y evasivo y sin tregua me dejas sola,
entre mantos de lágrimas,
desesperados sollozos y temores sin fin.
Pierdo así, mi ilusión
que fue mi guía
y de sombras mi espíritu se anega.
Tu amor esquivo
rehusaste mi amor,
ya nunca más besaré tu rostro
y mis versos en sueños alados
girarán a otro orbe,
buscando un amor que me espere.
Vuelve a mí
Vuelve
a mí,
no
desaparezcas de mi vida,
no
rompas los sagrados votos
de amor
que nos
unían.
La vida
tiene altibajos,
penas,
ilusiones,
desgarrantes
dolores,
pero
también,
amor,
gozo,
placeres
infinitos.
Vuelve
a mí,
te has
convertido
en parte
de mi historia
y
vivirás por siempre
en mi
memoria.
Regresa
a mí,
a mi
vida,
porque
juntos venceremos
obstáculos,
derribaremos
muros,
abriremos
cauces nuevos,
escalaremos
montañas
para
ver el ocaso
en el
rojizo horizonte
y
destellará en nuestro derredor
un
símil de paraíso.
Vuelve
a mí,
mi alma
te está esperando
haz el
viaje completo,
del
silencio de tu ida
al
silencio de tu regreso.
Pasarás
sin
siquiera darte cuenta
por
alfombras
de
diseño de amor.
Cambia,
cambia
de vuelo
y
vuelve a mí,
como la
ráfaga del enjambre
bajo la
tormenta.
Vuelve
a mi umbral
para
colmar los huecos
que
fragua la nostalgia.
Regresa
paso a paso
por los
aires,
como un
equilibrista
en un
tablón de nostalgias,
desde
la encandilada transparencia
como un
fantasma al revés.
Mi soledad
está hecha de ti
lleva
tu nombre
en su
versión de piedra,
en un
silencio tenso
donde
pueden sonar
todas
las melodías
de
tristezas y lágrimas
que
crecen en los bordes del recuerdo.
Vuelve
a mí,
dejaste
mis puertas abiertas,
me
abandonaste de pronto,
como
alguien que vislumbra
que
jamás se vuelve.
Mi
soledad me inundó,
mis
poemas de amor
se
perdieron en la noche oscura
y en
las noches de tormenta
me
producen
espejismos
misteriosos.
Vuelve
a mí,
no
llenemos el cuenco de los años
con un
agua del olvido
quiero
sentir un canto
huracanado
de dicha
por
estar a tu lado, borrando,
con un
trozo de esperanza raída
ese
adiós que escribiste
con
sangre de mis sueños
en los
cristales de mi existir.
¡Vuelve
a mí
y ámame
otra vez!
Anhelo frustrado
Anhelo
frustrado,
creí en
tus falsas palabras,
melodiosas,
seductoras
que acariciaban mi alma,
pero
eran tan sólo
palabras
vacías de amor.
Y llegó
el fin,
donde
no quiero ni nombrarte,
ni
pensar en ti.
Sólo,
ser humo en tus ojos
y del
mundo sin ti,
el
final.
Anhelo
frustrado,
no veré
más tus ojos
que me
quemaban hondo,
que me
mataban con su gris ausente
con tu
piel de vientos
y tu
pasión de locos.
Anhelo
frustrado,
tu amor
me ató
y me
desató
en cada
lujuria de tu mirada errante.
¡Basta
de seducción!
procaz
y sin verdades ardientes
y yo
quedo con el desgarrador recuerdo
de tus
ansiados besos.
Creaste
música blanca,
para
conquistarme en plenilunio,
consumiendo
mis temblores,
devorando
mis gritos
bajo tu
piel fantasmal
y
traicionera
que aún
me ahoga desde esta distancia
tan
presente.
Y aún
estás
rezagando
mi camino
con
cadenas y cerrojos en mi vida
para
que nadie pueda entrar.
¡Basta!
vete ya
de mis recuerdos
tu
nombre ya está guardado en mis joyeles.
No
leeré ni una letra tuya,
no me
escribas para que yo desborde
y me
consuma en fuego.
¡Déjame
en paz!
con mi
silencio flotando sobre el agua
que
mana de mis recónditos adentros,
Balanceándose
en mi frente una corona
por
donde el aire se escapa de mis dedos
y no
saben ya mis labios
la palabra
que una
tus
oídos a mi verso.
Anhelo
frustrado,
fueron
por momentos
anhelos
amados,
ilusionados,
vibrantes,
ahora
sacúdanse
de las
bases de mi sangre
y que
tu nombre desaparezca
contra
el cielo
y
desnudándote camina sobre el muro
que
cerca mi silencio.
Tú ya
no estás más en el verde
levantado
del árbol
donde
perdí mi albedrío,
ni en
el viento caliente del estío
ni en
la orilla del mar enamorado.
Amor
frustrado,
perdido
por siempre
sin
sentir ya más el cercado de tus ramas
amaneciendo,
ya renovada y sin fe en ti.