Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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miércoles, 15 de abril de 2020
Alegre desilusión
Alegría
de estar juntos.
(En
nuestras manos
depositamos
nuestro destino,
en
nuestras alas
cobijamos nuestro amor,
estábamos
juntos
y
palpitaban nuestros corazones,
naciendo
poemas
pero no
sabemos la causa,
la
lejanía nos cercó).
Desilusión
compartida.
Alegría
de estar juntos.
(El
amor con desamor candoroso
llegó a nosotros con un pasajero
con
augurios del mensajero
a la
estación del olvido,
separándonos
aún
sintiendo
ambos una pasión encendida).
Desilusión
compartida.
Alegría
de estar juntos.
(Estando
juntos, mirándonos,
nos
sentíamos en un paraíso
guardado
más allá de virginales jardines
pero
sin darnos cuenta nos marchamos,
se
deshizo el abrazo,
se
apartaron los ojos,
dejaron
de mirarse
para
buscar el mundo
donde nos
encontráramos).
Desilusión
compartida.
Alegría
de estar juntos.
(Nos
hallamos tras nuestras huellas
de un
vivir todo transido
entre
alegrías y penas
pero
amándonos
y hoy nos encontramos solitarios,
viendo la lejanía del pasado
con un
adiós que llegó a escondidas
cual fantasma en noche silenciosa).
Desilusión
compartida.
Alegría
de estar juntos.
(Nos
vimos en espejismos,
puros y
diáfanos
y
nuestros labios se buscaban
para besarse en noche de encanto,
entre
suspiros de noches de plenilunios,
apartándonos
de a poco,
sin
adioses,
en una
trilogía de melancolías
que
fatigó nuestros corazones).
Desilusión
compartida.
Alegría
de estar juntos.
(Nos
esperamos en el momento exacto,
en
nuestro anhelante
querer
de estar juntos,
en ese
día tan claro
que las
presencias de siempre
no
bastaban
y
nuestros besos se quedaban
a medio vivir de sus destinos
y
nuestros llantos nos separaban).
Desilusión
compartida.
Alegría
de estar juntos.
(Nuestro
encuentro
fue un
choque de materia
y
materia que a fuerza de contacto
se
convirtió en victoria gozosa
de los dos en prodigioso pacto de amor
pero
nos dejamos de ver
sin entender el porqué
y
quedamos los dos
con
nuestras soledades sin compartir).
Desilusión
compartida.
Alegría
de estar juntos.
(Alzamos
los ojos
y nos miramos
y el
amor nos unió,
iba yo
hacia ti
y tú
venías hacia mí
y la
identidad nos unió
entre
éxtasis y alegrías intensas
que nos condujeron a separar
nuestras
vidas para siempre
en
tristezas profundas y agónicas).
Desilusión
compartida.
Los dos
sentimos ese dolor
de adentro
al separarnos
y ya
nuestras manos
no se aprisionan,
nuestros
cuerpos no se sienten,
las
sombras nos envuelven
en una
tierra seca,
en una
noche oscura,
entre
incógnitas palabras sin sentido
en un
lenguaje que no es el nuestro,
vamos
rumbo a lo incognoscible,
en
busca de vocablos de amor desconocido.
La Desconocida
La
desconocida,
la que
desapareció tras sus huellas,
a su
lugar escondido y misterioso.
¿Quién
es ella,
la
innombrable, la sin nombre,
la que
huye del mundo
disipándose
en las tinieblas
vagas y
temblorosas?
¿A
dónde se dirige
con su
paso cansino y torpe?
¿Por
qué sus hombros se inclinan
hacia el suelo
y sus
ojos no se vuelven a mirar el cielo?
La
desconocida,
la que
un día se sintió vencida,
la que no encontraba escape
de su
laberinto de amor,
que no
comprendía nada por tener tanto temor.
Vuelve
sin pronunciar palabra alguna,
es
aquella, la que viste llorar,
en su
mirada se ve que no cree en nada,
su
corazón de tanto sufrir
se
tornó de hierro fuerte.
¿Cuál
fue la razón de su cambio,
de su
soberbia figura
ahora
cabizbaja y apocada?
La
desconocida,
la que
sólo conoce la noche,
con sus
ropajes oscuros,
negros
y grises,
su
rostro oculto
con un
manto de enredaderas mustias,
se
acerca despacio,
con su paso cansino,
buscando
lo que dejó atrás,
sus amores ahora ya ocultos,
su
felicidad perdida
en mil
vericuetos hondos y secretos.
Su alma
fría la atormenta
con
hondos dolores
de
nostalgias ya idas.
Camina
sin saber adonde dirigirse
y a
veces, fugazmente,
en un
breve instante,
distingue
una luz que la lleva
a su
destino perdido
del
cual ya no tiene memoria.
Se
desliza entre dos mundos,
regresa
del submundo
donde estaba sumergida
para
encontrar su yo perdido.
La
desconocida,
para
salvar su mundo
y
limpiarlo de espadas
viene
en busca de la antigua luz,
de la
lámpara olvidada,
envuelta
en la noche cruel
de sus
pensamientos.
En una
túnica de lentos llantos,
donde
nadie la ve,
se
envuelve en sus ropajes
y
camina sin cesar,
asoman
a sus ojos
recuerdos
de amores pasados
y sus
brazos se mueven
como
ramas del agua
y entre
sus dedos largos
aprieta
sus puños,
su
bastón como báculo
la guía
hacia el sendero que busca,
que se
le escapa y se aleja
de la
luz avizorada entre el aire
y los
sones en que arden las cañas.
¡Aprieta
su cuerpo envejecido y leve!
¡Qué hambre
de soles a su frente asalta!
¡Aprieta
y no sueltes, palmera alta,
con
hojas secas y raídas,
que el
alma y la carne
se van
con la vida yerta y desolada!
La
desconocida, de sus dolidos huesos
y la
raíz de su pasado se va consumiendo.
¡Álzate
de tus escombros,
que la
vida vale
vivirla
con amor y esperanza!
¡Espera
el nacimiento del nuevo día
desde
el polvo de tus muertos,
déjalos
ir a los vientos entregados!
¡Quítate
ahora, desconocida,
los disfraces oscuros del ayer,
de los
días amargos
y recupera
la vida
que
quedó flotando bajo tus párpados!
¡Vive,
respira, canta,
nada de
fuera debe preocupar tus sentidos!
¡Todo
se pierde en nieblas de humo
y de
incienso!
No
recuerdes nada de tus tristes
y
pasadas jornadas,
vive el presente,
la fuente
de la eterna luz,
el futuro mañana
caminará
hacia ti.
Prefiero la noche
Prefiero
la noche,
son las
horas en las que amustian
las
nubes vespertinas,
sobre
la azul altura
del
vasto firmamento.
Asómanse
los astros,
cuyas
luces divinas como miradas
pesan
sobre mi pensamiento.
Y es mi
hora,
en las
que entre la voz lejana
de la
campana
que con
lentitud las notas
del
Ángelus desgrana,
a mis
hojas en blanco
los versos de amor anidados
en mi corazón
se vuelcan sin cesar, con prisa
para
que no sean olvidados.
Prefiero
la noche,
porque
mi fantasía con audacia inquieta
sin
cesar te busca.
¡Oh,
poesía!,
en la nocturna soledad secreta.
Muchas
veces,
misteriosa
poesía,
frases de amor dolido,
manchan
mis páginas albas
en el
tedio de las noches acíbaras
y
vuelan por todas mis visiones de armonía
que se ocultan cuando el cielo aclara.
Prefiero
la noche,
en ella
te busca mi cansada fantasía
y mis
sueños se tienden como aves raras
cuyas
alas exploran
hasta
horizontes lejanos y oscuros
tanteando
tu imagen,
la
única imborrable,
para mí por siempre.
Como
solitaria misteriosa,
vago
volando bajo el cielo
y sobre
el mar
en la
noche profunda y estrellada,
tratando
de percibir tu figura
que
añoro
y tu
dulcísimo firmamento
y en
instantes como un sueño
que se
esfuma,
creo entreverla en un revuelo de la espuma
o en
los astros del Universo.
Prefiero
la noche,
porque
la Luna me acompaña
con su
fulgor, blanco y brillante.
Mi
corazón puede correr
a
regiones ignotas
apareciendo
en el pentagrama
vacío
de mi alma
las notas que buscaba
y no
encontraba y que inútilmente
yo
clamaba para inundarla de amor
como en
un agitado río
entre
tupido follaje.
Prefiero
la noche,
con la
Luna como nota errante
que
parece que extravió su cantar
pero aún así con su luz agonizante sigo,
en mi
perenne búsqueda
de
aquel a quien no puedo hallar,
mi
ideal no encontrado.
Prefiero
la noche,
porque mis versos me aroman el alma
y los
busco en los sones de liras
que van
brotando
entre
pasos de visiones
que
conmigo los van buscando.
En
algunos momentos
no
responden,
no
aparecen en ningún lugar
de mi
mundo interno
y
entonces me inquieto.
¿En qué
lejanías mi númen se esconde?
¿Bajo
qué estrella se guarece?
Vuelve
a mí, en esta noche mía,
nuestra,
ven con
el viento,
las
brisas,
los
astros del firmamento.
Prefiero
la noche,
quedarme un instante suspendida en lo Eterno
e ir
como el viento,
nómade
del existir
transitando por la expansión del Universo.