Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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domingo, 26 de abril de 2020
Estoy acá
Estoy acá
cerca de ti
muy cerca,
mi vida en tu vida
y tú me desconoces
no sabes quien soy
Camino por las orillas del mar
y la espuma me acompaña
se creen que voy sola,
no, estoy contigo.
Los espejos,
el agua quieta
sombrean un solo cuerpo
pero en el alma hay dos sombras
unidas por lazos indisolubles.
Estoy acá
me debía bastar
con lo que ya me has dado
y pido más y más,
tú nunca podrías dar
otra cosa de ti
más perfecta.
Se cierran sin misión, ya, los ojos
a una luz, ya, sobrante.
Estoy acá
tal como me la diste
la vida está completa:
tú, terminado ya.
Pero de pronto te entregas a mí
es reconquista de ti
vuelta hacia dentro.
Estoy acá,
pidiéndote que me quieras
decirte que vivas,
que vayas más allá todavía
por los recovecos últimos de tu ser.
Estoy acá,
pidiéndote,
implorándote a ti, la vida,
inagotable,
alumbrada por el amor
al pedírtela.
Y no te acabaré
por mucho que te pida.
Estoy acá, acompáñame,
protégeme,
ampárame,
eres el amante de mi amor
y así puedo vivir en ti,
sin temor a lo que yo más deseo,
a tu beso,
a tus abrazos,
Estar ya,
siempre pensando,
en los labios,
en tu voz,
en tu cuerpo,
en tus brazos
y poder estrecharte sin fin
sin penas,
mientras se va inhacedera
con mi gran amor por detrás
tu solo cuerpo posible
tu dulce cuerpo pensado.
Te beso,
¿es obra humana tanto gozo?
¿Podrán los labios repetidos
hacer que vuele a mi el segundo beso?
Más que beso,
claridad que busca la certeza alegre
del don de hacer
milagros de amor.
Crónica de un sueño
Crónica
de un sueño,
mientras
te duermes
bajo el
trópico de tus párpados,
decrece
una selva alba.
Juguetones
ríos calmos
se
despliegan y se unen
para
inundar tu dulce mirada dormida.
Más
allá de tus pestañas
van
recostándose amplios montes,
pinares
de bosques primigenios
de luz
que besan su reflejo,
sosegado
en el ardid de las riberas.
Crónica
de un sueño
que
describe tu descanso,
tu iris
es el cobre que se oculta,
el
calor que sostiene a la sombra
como
una gota última de frescura,
el
lento fulgor que llena la tierra
y hace descansar, maduro, al fruto.
Crónica
de un sueño,
cuando
ya duermes
tus ojos son el pesado manto de la noche,
circulares cuevas para la nube,
palmas
de madre celeste,
arrullando
el pálpito, aún agitado,
en el
relámpago de la vida.
Tus
pupilas
son un
acuario de estrellas,
lámparas
floridas de profunda raíz,
cigarras
de estío
que
alumbran con el canto de sus alas
la paz
a tu sueño de tu cuerpo dormido.
Crónica
de un sueño,
del que
no es sencillo despertar
y la
estrella de mi númen,
brilla
en mi cielo de fantasía,
haciendo
real mi sueño
ejercitando
una precisa melodía.
En mi
duermevela
la inspiración se torna esquiva
y los
poemas, versos, frases,
giran y
revolotean sin cesar,
cayendo,
letra por letra
en una
danza circular.
Cada
suspiro
aporta
el amor al árbol del recuerdo
que
derriba el placer de la dulzura
que me reconforta.
Crónica
de un sueño
de un
poeta que plasma
el
sentido de una realidad
para
percibir la tan ansiada meta
de
encontrar el amor verdadero.
La meta
de pintar un mundo despierto
con un corazón fresco y abierto,
el límite entre lo cierto y lo incierto,
utilizando
las soñadas palabras
para
volcarlas puras y vírgenes
al
papel en blanco
que en
el sueño aparece.
En mi
pluma llevo el acero
de la
viva nostalgia,
en mi
corazón laten los poemas vividos,
en mi
sangre corre un río de sueños compartido,
mis
labios pintan versos y gritos reprimidos.
Crónica
de un sueño,
donde
se plasma el sentido
de una
realidad
para
percibir las tan ansiadas metas.
Y la
palabra tejida con amor
en el
sueño aparece
y el
verso diáfano y triste vuela alto
hacia horizontes lejanos
para
que lleguen a tus manos
en tu somnolencia despierta
en un
río de sueños
donde
prevalece el verdadero amor.
Una mirada furtiva
Una
mirada furtiva,
huidiza,
escalofriante,
que me
deja anonadada,
en
temblores
que
provocan en mi alma
desazones
sin fin.
Entre
los dos
el
silencio se alarga y crece.
Sentidos
que laten los embates
que el
tiempo desafía entre cenizas y ruinas
que en
una larga agonía,
se
duermen en un escondite secreto.
Una
mirada furtiva
que
hace que cierre mis ojos
para no
sentir que te he perdido
para
siempre,
no
siento el cercado de tus brazos
ni veo
tu fuego
que en
los fuegos arde.
Te
llamo hasta quebrar mi voz,
por eso
me derramo
en
llantos y sangra mi corazón.
Una
mirada furtiva, cautelosa,
siguiendo
en pos de mí
como una aparición fantasmal
para no
dejarme encontrar
el
camino hacia mi espiritualidad toda,
conmigo
misma.
Así, en
movimientos lentos
como
alas de aves
en un
rítmico volar
mis
sueños se elevan a cielos infinitos
para
perderme lejos y no sentir
sobre
mis hombros cansados
tu
mirada furtiva, sigilosa,
cuando
tú y yo en pequeñas pláticas
hacían
nacer mis suspiros de desesperación.
¿Por
qué mis suspiros renacen
y
vuelven entrecortados y estremecidos
desde
el fondo de mi alma
cuando
estamos juntos?
Hay
algo en mi cuerpo
que
viene de un tiempo lejano,
es una
querencia,
un
ansia de volverte a ver,
a verte,
de
seguir contemplando tu antigua mirada brillante,
a veces
triste,
nunca
disimulada,
ni
solapada.
¿Por
qué amor mío,
tu
antigua mirada
no es
la misma en mi presente mirando?
Me
reconozco y la extraño.
¿Dónde
está?,
¿Vivo en ella?
¿O ella
en mí?
Mirada
furtiva,
cae
sobre mí como una fuerza
que me
invade y enajena mis sentidos.
¡Vete
ya de mi vida!
¡No te
quiero frente a mí, me desespero!
Sin
sintonía, mi cuerpo se marchita,
mi
mente se obstruye, mi corazón se agita.
Quiero
sentirme capaz
de ser
mi propio apoyo,
de ser
mi tránsito en esta vida mía.
Mirada
furtiva,
oculta
en tus ojos negros,
me
lleva al submundo del resto de la Creación.
¡Déjame
vivir libre,
con
sentimientos claros y preciados!
No
deseo sentir ningún vínculo con tu vida,
¡Haz la
tuya!
Tengo
sed de visiones nuevas,
las que me proyectan a un nuevo mundo,
azules
tenues
que me
llevan a azules perfectos,
lejos
de tu mirada furtiva,
ajena a
mí,
en un
callado empuje
que me
eleve por aires alados
a
horizontes plenos de luz y de amor.
Dame mi
libertad,
mi
espacio abierto
en
campos de amapolas y alelíes
entre
bandadas de visiones
con mis
ojos cerrados
que me
llevan
a mis
lugares íntimos y secretos.