Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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martes, 5 de mayo de 2020
El arte de amar
El arte
de amar
consiste
en vivir
y el
arte de vivir
consiste
en amar.
Cuando
la palabra brota
refulgente
del corazón
trae suspiros hondos cuando florece,
es cuando en los ojos
nace la
estación
en que
las pupilas se iluminan de amor.
Nacen
de mi alma versos y estrofas,
formando caricias en mis manos
y
enamorada, fascinada totalmente
hago
del amor un sublime placer.
Siento
que mi corazón
me
exhorta a actuar
como su emisario
y mi
voz te susurra dulcemente
mis sentimientos cándidos
en la
luna frágil
de la tarde nuestra.
Sin
hablar, en un silencio distante,
nuestros
labios temblorosos de tentación
sentían
los latidos en ansias
verdes,
azules,
en
ondas para rendirse
en las
mieles de la pasión.
El arte
de amar nos eleva
a la cima más alta del más allá,
al
momento tan perfecto, tan sin par,
imposible
en lo mejor del placer
de
estar tú y yo juntos.
La
esencia del amor
está en
los ideales de la paciencia
entrelazando
mieles, pasiones intactas
como tejidos de hilos.
Es un
don, un diseño ideal,
meditando juntos
aprendemos
a amarnos más.
El arte
de amar
es
saber proteger y cuidar
esa
ilusión nacida sin saber
por
qué, frágil y perfumada
sin
atrevernos a tocarla
por
miedo a que desaparezca en la nada.
Amar es
una mirada que se enciende,
una voz
que penetra,
una
necesidad de caricias,
un
mundo de dulzura,
una sed
de ternura, es cantar y bailar,
respirar y sentir, abrazar y mecer.
Mirar
juntos esa puesta de sol,
escuchar
el murmullo de las olas,
volar
alto en el cielo
mecidos
por el suave viento.
El arte
de amar
es
proteger la vida,
vivir
momentos únicos e inolvidables,
compartir
alegrías y tristezas,
luchar
juntos siempre.
Quiero
llevarte en mis pensamientos
y
sentir tus brazos rodeándome
cuando
cierro los ojos,
diferenciar
tu aroma
y saber
que eres tú
quien
está aquí a mi lado,
demostrándome
que amar
es un
arte
que
llevamos siempre con nosotros
pero que tan solo desarrollamos
cuando
hallamos a ese ser mágico
que nos
arrebata una ilusión
para convertirla en realidad.
El arte
de amar
es
poder volar sin alas
y
sentir en el pecho perfumado
con
rosas y calas,
es
abrir un fino abanico
y
desplegar sensaciones
y
perderle el miedo a las emociones
cuando
los suspiros se vuelven canciones.
El arte
de amar es saber besar,
acariciar y encender la pasión,
es la
gloria a alcanzar
y eso
¡amado mío!...
eso…
eso es celestial,
en el
cielo monosílabo
de ser
dos queriendo vivir.
La Luz Prestada
La luz
prestada,
esa que
yo te di,
que
iluminó tus pasos,
que te
dio brillo
y
resplandor,
esa que
no supiste valorar,
la que
alimentó
tu
espíritu
y calmó
tu sed.
La luz
prestada,
que
bebiste
como el
sol en la tarde,
que
encendió fuego
en leña
seca,
esa luz
que se
llevó el viento del crepúsculo
que
entorno a tí da vueltas,
el sol
será mañana
un
plato de lujuria.
La luz
que tuviste
no vino
de tí,
es que
vino de los soles,
de los
ríos,
de la
oliva
y te
inundó la oscuridad.
La luz
prestada
se
abrió como ventana
sorprendida
derramando
su
fulgor de luciérnagas.
¿Ya no
sientes
la
falta del destello
que te
llevó hacia mí?
¡Qué
dolor
que no
hayas comprendido
la
entrega de mi todo
que te
di!
¿No te
das cuenta
de que
te has sumergido
en
mares de tristeza
y en
vano
buscas
un camino
para
salir de tu noche?
Todo en
tí
ya es
silencio,
el eco
no te responde,
las
chicharras
no las
escuchan tus oídos
y en
tus sueños
ya no
hay más luz,
estás
en la ausencia
del no
retorno,
tu
ceguera
no te
deja ver mi luz.
¡Estás
en un cielo monosílabo
donde
nadie siente tus pasos!
Eres un
inútil gentil-hombre
desnudo
y blanco
con
venas sin estrenar,
ya la
sangre no corre,
está
seca,
sin
chispas
que en
nada prenden.
Vivirás
sin la belleza,
la
alegría,
la
risa,
el
canto,
el
amor.
La luz
prestada intangible,
leve y
veloz
se fue
de tu lado
y no la
alcanzarás
nunca
más.
¡Qué
lejos estamos
y qué
cerca estuvimos!
Lentamente
en mí
un
nuevo amanecer se acerca
que
hace que la tristeza
se
fuera al pasado del ayer,
oscureciste
mis días
pero
ahora
renace
en mi alma
la luz
brillante
que
otra vez inunda mi existir.
El
tiempo contigo ya no existe,
saliste
de un tiempo
que no
dejó huellas ni señales.
¡Qué
milagro
ya
puedo decir
pasó y
partió!
La luz
prestada,
partiste
a rumbos confundidos
los que
te llevarán
a
lugares misteriosos,
secretos,
sin
retorno.
Tu
silencio ya no duele,
mi alma
se ilumina
y los
poemas de amor,
frases
erráticas,
cortan
el aire
como
flechas afiebradas,
buscando
ilusiones nuevas.
Ya
desperté
de la
sombra
en que
me dejaste,
atónita
y absorta
en que
te fuiste a otro tiempo,
buscando
otros amores,
otras
miradas,
otros
besos.
Despierto
en un
rítmico volar de dulces sueños
que me
llevan al ideal de amar
y ser
amada,
suspiro
con el máximo esplendor
de que
existe el amor anhelado
que me
abre
con su
encanto de quimeras
a un
existir nuevo.
Desilusión dolorosa
Desilusión
dolorosa,
de a
poco,
despacio,
sutilmente,
inundó
mi alma
y con
miles de saetas acrisoladas,
rompió
la paz
y el
sosiego
de mi
alma.
¿Dime tú,
por qué
debo sufrir
en cada
instante de mi vida
dando
sólo amor por doquier?
¿Cuál es el error
que surge de estos sentimientos
puros y profundos
que me
embargan
y me
desarman
en
flores deshojadas por la tristeza,
la
desilusión,
el
desespero?
Como
estrellas fugaces,
en períodos menos esperados
me golpean,
me hieren,
me lastiman.
¡No
quiero sentirlos más!
Mi vida
necesita del amor puro
y
límpido,
sin
mentiras ni falsedades.
Desilusión
dolorosa,
esos grises tonos oscuros
de tormentas menos esperadas,
los
rayos golpean mi alma
y me
dejan agonizante y temblorosa,
miedos
ocultos,
afloran a mi piel
y la verdad inconmensurable
y
execrable
surge
de improviso,
aquel a quien amamos
con
intensidad y pureza
nos
clavó una flecha envenenada
en
pleno corazón
y la
sangre dolorosa
junto
con la llovizna de lágrimas
que
inundó mi cuerpo
me
llevó a momentos de desasosiego
y
desorientación.
¿En qué
me equivoqué?
¿Por qué deposité mi fe,
mi esperanza,
mi amor
en
quien no lo merecía?
Éste mi
amor puro
se elevó tras el horizonte lejano,
dejando
tras de sí,
sólo
desilusión dolorosa.
Quiero
encontrar el camino recto,
verdadero,
duradero
y no
fugaz
y falso
donde
sea comprendida
en
estos mil sabores
amargos
y crueles.
Desilusión
dolorosa,
apenas en un segundo,
mi espíritu,
que libremente se elevaba
entre
las nubes de algodón
y campos de cipreses,
cayó,
llevándose
a su paso
marchitas
flores de azafrán
y
floridos vergeles
a la
tierra seca,
cenicienta,
rojiza
por la ira
y
oscura por el desamor.
Desilusión
dolorosa,
fueron
tras de mí
rumores falsos,
envidias oscuras,
intrigas
traicioneras,
buscando
hurgar en mi alma
para
que el sufrimiento aflorara.
¡No!,
¡no lo
permitiré jamás!
¡Soy
libre y feliz conmigo misma!
Mi
espíritu vibra
al
compás de música sincopada
y de
palabras,
frases
de amor
hilvanadas como perlas de rocío
en un collar sin fin
de caracoles enlazados
por la
espuma del mar.
Desilusión
dolorosa,
se que
como enigmas indescifrables
se irán
de mi vida,
afrontaré con actitudes enhiestas
y verdaderas
el
nuevo sendero abierto,
florecido,
en el
bienestar de un campo
de
amapolas,
abiertos sus pimpollos al cielo azul
y allí
te encontraré a ti,
mi amado nuevo,
que me
traerá
en sus manos cálidas
mi
nuevo destino.
Desilusión
dolorosa,
las
esperanzas renovadas
y límpidas
cerrarán
las heridas abiertas
y el olvido
que se
acerca sin ser llamado
golpeará
mi corazón
dejándolo
límpido
y claro
como agua que golpea
la tierra con desesperación,
a veces
o con
dulzura otras,
sin tristezas sin fin,
ni
fríos,
ni grises
golpes,
sólo
sueños
entre
luces de amor
bajo la
luz de luna
en el
agua
con
quietud y calma.
Desilusión
dolorosa
que no
impida mi vida intrépida,
de aventuras continuas,
rodeándome como un manto
de
aterciopelados pétalos las ideas,
las frases de amor,
las
prosas poéticas
que dan
sentido veraz
y feliz
a mi espíritu inquieto
y avasallante,
pleno de ansias
de ser
amado y querido,
sin
límites truncos,
ni
herrajes oxidados
por el
tiempo,
sólo aires tibios y dulces
donde
flota mi corazón
entre aromas de pitangas,
burucuyá
en flor,
azahares volando en el viento suave
llevando la buena nueva
de la
llegada a mi vida
emprendida sin sobresaltos
ni
fatigas.