Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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sábado, 9 de mayo de 2020
Caricias de amor
Caricias
de amor
¡Qué
caricia larga
de
acción
me
sube por las venas
anchas
de re correrme!
Sublime
sentimiento de amor
que
mi alma no puede alcanzar
el
silencio de poemas sin palabras
y
salta por mis labios
hecha
de polvo
de
vibraciones íntimas.
Nuestras
caricias recorren nuestra piel
y
nos unen en un abrazo tan íntimo
que
somos un sólo cuerpo.
Cuando
estamos juntos,
rueda
en mi rostro
la
enternecida claridad que sueñas.
Para
mirarte, amado,
en
mis ojos hay público de estrellas.
Cuando
me tomas, trémulo,
hay
lirios naciendo por mi tierra
y
nuestras almas,
como
ávidas gaviotas
se
tenderán al viento de la entrega
y
yo,
fuente
de olas,
te
haré cósmico.
¡Hay
tanto amor
nadando
en mis estrellas!
Caricias
de amor,
que
en cada alba desharemos juntos
y
escribiré un poema
exaltado
de la espera
deteniendo
de emoción el mundo,
al
regalo nupcial de auroras nuestras.
Caricias
de amor,
que
hacen volver a la vida en un destello.
Las
tinieblas de mis pupilas desaparecieron
desde
que hallé tu corazón
en
la ventana de mi rostro enamorado.
Caricias
de amor,
esta
noche se ha ido,
casi
aurora
casi
ronda entre montañas,
como
una sensación de golondrina
al
picar su ilusión en una rama.
Amanecer,
sin alas,
para
huirse,
con
plena emoción entre mis manos
que
asaltadas fueron por tus caricias
que
antes eran castas.
Noche
rasgada al tiempo repetido,
detenida
en esencias altas,
como
una claridad rompes mi espíritu
circundas
mi emoción con alegría.
Caricias
de amor,
callado,
tímido,
íntimo,
así
te quiero
sin
saber las puertas del mañana,
entre
juego de luces, casi alba.
¡Amante,
tus
caricias desgajan mis sentidos…
Yo soy
un sueño remando por tus aguas!
Una mirada furtiva
Una
mirada furtiva,
huidiza,
escalofriante,
que me
deja anonadada,
en
temblores
que
provocan en mi alma
desazones
sin fin.
Entre
los dos
el
silencio se alarga y crece.
Sentidos
que laten los embates
que el
tiempo desafía entre cenizas y ruinas
que en
una larga agonía,
se
duermen en un escondite secreto.
Una
mirada furtiva
que
hace que cierre mis ojos
para no
sentir que te he perdido
para
siempre,
no
siento el cercado de tus brazos
ni veo
tu fuego
que en
los fuegos arde.
Te
llamo hasta quebrar mi voz,
por eso
me derramo
en
llantos y sangra mi corazón.
Una
mirada furtiva, cautelosa,
siguiendo
en pos de mí
como una aparición fantasmal
para no
dejarme encontrar
el
camino hacia mi espiritualidad toda,
conmigo
misma.
Así, en
movimientos lentos
como
alas de aves
en un
rítmico volar
mis
sueños se elevan a cielos infinitos
para
perderme lejos y no sentir
sobre
mis hombros cansados
tu
mirada furtiva, sigilosa,
cuando
tú y yo en pequeñas pláticas
hacían
nacer mis suspiros de desesperación.
¿Por
qué mis suspiros renacen
y
vuelven entrecortados y estremecidos
desde
el fondo de mi alma
cuando
estamos juntos?
Hay
algo en mi cuerpo
que
viene de un tiempo lejano,
es una
querencia,
un
ansia de volverte a ver,
a verte,
de
seguir contemplando tu antigua mirada brillante,
a veces
triste,
nunca
disimulada,
ni
solapada.
¿Por
qué amor mío,
tu
antigua mirada
no es
la misma en mi presente mirando?
Me
reconozco y la extraño.
¿Dónde
está?,
¿Vivo en ella?
¿O ella
en mí?
Mirada
furtiva,
cae
sobre mí como una fuerza
que me
invade y enajena mis sentidos.
¡Vete
ya de mi vida!
¡No te
quiero frente a mí, me desespero!
Sin
sintonía, mi cuerpo se marchita,
mi
mente se obstruye, mi corazón se agita.
Quiero
sentirme capaz
de ser
mi propio apoyo,
de ser
mi tránsito en esta vida mía.
Mirada
furtiva,
oculta
en tus ojos negros,
me
lleva al submundo del resto de la Creación.
¡Déjame
vivir libre,
con
sentimientos claros y preciados!
No
deseo sentir ningún vínculo con tu vida,
¡Haz la
tuya!
Tengo
sed de visiones nuevas,
las que me proyectan a un nuevo mundo,
azules
tenues
que me
llevan a azules perfectos,
lejos
de tu mirada furtiva,
ajena a
mí,
en un
callado empuje
que me
eleve por aires alados
a
horizontes plenos de luz y de amor.
Dame mi
libertad,
mi
espacio abierto
en
campos de amapolas y alelíes
entre
bandadas de visiones
con mis
ojos cerrados
que me
llevan
a mis
lugares íntimos y secretos.
Agobiante
Agobiante,
azotada
por fuerzas temibles,
me
siento zarandeada
como
marioneta al viento,
me
empujan,
me
arrastran,
me
hacen temblar,
me inclino
hacia la madre tierra
buscando
refugio
y la
invisibilidad.
Agobiante,
¿por qué los signos maléficos,
las sombras oscuras,
las envidias inevitables,
no me
abandonan
y me hacen dudar
de mis
actos,
los que
creo venturosos,
dignos,
necesarios?
Agobiante,
mi vida
serena
dejó de
serlo,
me
acosan sucesos siniestros
que mi
alma rechaza,
se cierra
como
pétalos de la flor
que no
alcanzó a ser fruto.
¿Dónde
está la humildad,
la solidaridad,
la ayuda mutua,
tan necesarias
para
crecer
y amar
hasta el infinito?
Agobiante,
es
vivir entre errores,
sin culpas,
en
equívocas ideas,
entre heridas
que
como saetas finitas
con
espinas de rosas
se clavan,
hundiéndose en mi alma
y dejándome exhausta,
triste,
solitaria,
sin mí
misma,
vacío
el espacio de mi mundo interior
pero
siempre,
defendiendo su verdad clara
y pura,
plena
de amor
aún
sangrante.
Agobiante,
quiero
volver al mundo
de las
sonrisas
que se
despiertan cada día
al
clarear el alba,
al
mundo mágico de las almas puras
y
plenas de amor
que me
rodeen
y giren
en vueltas eternas,
los Ángeles áureos
protegiéndome
del mal,
la traición,
la
mentira.
¡Bendita
es la vida con amor,
existencia
prodigiosa
sin
recuerdos dolorosos,
sin
memorias sufrientes!
¡Vivir
de frente
hacia
ese dónde
que nos
conduce a la paz de alma,
queriéndolo,
buscándolo!
Agobiante,
necesito
estar acompañada
por las
ansias de ese inmenso querer
de
estar conmigo,
riendo,
danzando,
cantando
en cada
segundo
de mi
vida.
Ir
hacia el paraíso
de los
tiempos del alma
y renacer
las palabras de amor escondidas
en la
memoria de tiempos ya idos,
frases,
poemas,
sílabas entrelazadas
que
corren hacia el papel
que las
espera dormido
en una
somnolencia de luces apagadas
que comienza a vibrar
al
recibirlas ansioso
y
expectante.
Mi
cielo se está
volviendo nítido,
todo
alado de olvido,
lleno de esperanzas en vuelo,
ahora
comienzo a vivir
el Hoy,
conmigo misma.
¡Qué
dicha vivir en la dicha,
plena,
del
estar sin vagar
y sin
rumbo,
sólo
vivir en gozosos instantes
que
nunca serán iguales!
¡Toda
la vida es única!
vivámosla en los días
y horas
en que
fuimos felices,
lejos
del agobiante dolor
que pudo rozarnos.