Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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miércoles, 13 de mayo de 2020
Comienzo y final
Comienzo…
Cuando
yo alcé los ojos,
con una
mirada dulce y tierna
para mirarte
(Comienzo
y final)
Tú
alzaste tus ojos
para
mirarme
hasta
lo hondo de mi alma.
(Comienzo
y final)
Surgió
esa palabra
que iba
yo a decirte
de
todos nuestros recuerdos vagos.
(Comienzo
y final)
Se te
asomó a tus labios
como una bendición de amor
sin
siquiera pronunciarla.
(Comienzo
y final)
Nunca
fui primera yo
en confesar mis hondos sentimientos,
ceñida
en mi silencio secreto y misterioso.
(Comienzo
y final)
Tú no
fuiste el último,
los dos exactamente a un tiempo mismo,
juntos, gozamos de nuestros abrazos,
nunca
truncos.
(Comienzo
y final)
Y así
fui yo hacia ti,
en cada
instante nuestro
que nos
unía
entre
nuestras manos
temblorosas e impacientes.
(Comienzo
y final)
Venías
tú hacia mí
con una
arrolladora fuerza
en una
identidad
que nos
unía salvados
de
perdernos en la nada,
temeroso
de no encontrarme.
(Comienzo
y final)
Te
abracé al verte sin moverme,
sintiendo
la felicidad
como un
huracán de besos
con una
misión de fuego puro.
(Comienzo
y final)
Me
hiciste llegar frases de amor
repetidas
siempre
pero
que no son nunca las mismas,
brillando
en tu pecho
infinitas estrellas
a las
que un mismo sol
les presta luz a todas.
(Comienzo
y final)
Vienes
a mis brazos,
despertando
a la vida virgen y pura
y con un monosílabo: “sí”,
tiembla
el aire de amor
en
nuestro día único,
eternamente
duradero.
(Comienzo
y final)
Me
buscas en el gran horizonte solo,
para
poder contemplarme,
feliz de encontrarme,
atónita
de sentirte amado.
(Comienzo
y final)
Busco
tu rostro amado,
tu voz tierna y suave,
tus
manos sabias,
te busco a ti en todos los rincones,
en mi sed de infinitud.
(Comienzo
y final)
Vas tú
por el aire
en
vuelo de pájaros sin nidos,
oteando a lo lejos
los
colores del arco iris
para
encontrarme y amarme.
(Comienzo
y final)
Los
dos, tú y yo, como dos en uno,
en el
comienzo labramos nuestro destino,
caminando
juntos bajo cielos altos
que
prometen todo lo que se necesita
para
vivir sin despedidas ni finales.
Préstame tu luz
Préstame
tu luz, la tuya,
la que
ilumina con fulgores mi cercado todo,
dándome
las rojas alegrías
que
burbujean intensas
en el
sol que redondea las armonías
equidistantes
en el humo danzante del amor.
Préstame
tu luz,
es el
color del tiempo
donde
aun me atrevo a amar,
ilumina
mi mirada
que
creí perdida en una lejanía distante.
Te
llamo hasta quebrar mi voz,
por aso
me derramo
en
llantos y sangra mi corazón.
¡Préstame
tu luz, la necesito!,
mis
manos se angustian en el aire
por el
largo alumbrar del movimiento.
Quiero
sentirla como se siente
el agua
del puerto, pensativa, calmada.
La
gozaré en un temblor de hojas
en que
se paran gotas del cielo al suelo.
La
quiero para soltarla al viento
al son
de mis deseos,
eres la
luz de mis mañanas
que
aguardo entre mis cantos,
risas y
sones de poemas
que tú
me inspiras,
que
caen sobre el papel
como
manchas florecida del azar.
Dame tu
luz,
no me
dejes en las sombras
entre
las angustias,
los
deseos no cumplidos
y el
dolor de no tener la luz
que no
se tiene
y el
gozo de esperar la que vendrá.
Quiero
colmarme
con la
claridad que tú tienes.
Vamos
hacia ella los dos,
nunca
más solos.
Mundo
de dos,
verdad
de dos,
verdad
paradisíaca
iluminada
por tu luz prístina y pura
ya no
más días y noches solos.
Préstame
tu luz
la que
abre mis caminos
y pone
en sus finales
embarcaderos
con alas,
en un
nido nuestro
donde
nos encontramos
con el
alma y las manos,
en
suaves y aterciopeladas caricias
y
alegrías en un final cierto
en
nuestro existir.
Préstame
tu luz,
mi
cuerpo tiembla,
es la
felicidad que está ya cerca
en su
gran marcha subceleste,
hollando
nubes, quebradas, roquedales,
a una
velocidad de luz de estrella
desde
las lejanas constelaciones
donde
mis ojos bien abiertos
las
esperan con frenesí y anhelo.
Es tu
luz,
la que
buscaba,
no
luces soñadas, sólo la tuya,
la que
ilumina mi vida toda
y se
expande
luciendo
en mi alma su forma decisiva.
Me
estremezco sólo de pensar
que mi
alba iluminada en desatada prisa
me
transporta a tu mundo,
amado
mío
en alas
leves hacia la felicidad
del
gran gozo de amar y ser amada.
No me olvides
No me
olvides,
pedazo
de mi alma,
sensación
del alma mía,
mi
ritmo de la noche,
hechizo
de melancolía.
No me
olvides,
sangre
de mis venas,
constelación
de milo estrellas,
manantial
de nueva vida,
origen
de la cadencia.
No me
olvides,
eres mi
aurora virgen,
dueño de mis sensaciones
y en el
silencio que nos llega
hasta
el alma
sin
saber de que ausencia de ruidos
está
hecho.
¿son
letras,
son
sonidos,
son
vuelos inspirados y cortos?
No me olvides,
milagro
divino,
príncipe del lejano mar,
soy tu claridad en la inocencia,
relámpago
de cristal.
Vivamos
en el paraíso,
sones
primeros,
vírgenes
tanteos de labios
estrenando
los goces
de los
tiempos del alma.
No me
olvides,
ternura
de la tarde,
nostalgia
de la luna,
esperanza cantada,
ilusión
nocturna.
No me
olvides,
suspiro
en madrugada,
encanto
de la naturaleza,
obsesión
del amanecer,
impresión
de la belleza
reflejada
en nosotros dos.
No me
olvides,
delfín
de los cielos,
fulgor del arte innato,
eres el
aire que respiro,
yo te
amo tanto…
No me
olvides,
te
buscaré por lugares ignotos,
sin que
lo percibas,
te
llamaré en instantes nítidos,
claros,
momentáneos
y tú, mi amado,
escucharás mis suspiros,
mis frases de amor.
No me
olvides,
pienso
en ti,
ésta y todas las noches,
pondré
a vivir en cada rosa
y en
cada lirio
que tus
ojos miran
y en
cada trino
cantaré
tu nombre,
soñando
que no me olvidaste.
¡Qué
sosegadamente
se
hacía la concordia
entre
las piedras,
los luceros,
el agua
muda,
la
arboleda trémula,
todo lo
inanimado
y el
alma mía
dedicándotela
a ti!.
No me
olvides,
entre
las luces y las sombras,
a la
luz de quererte
por la
tierra y el cielo,
planos
suaves de nubes,
iré hacia ti
con mi
cántico dulce
que en
mi cantaba.
No me
olvides,
pintaré
de rosa el horizonte
y de
azul los alelíes
y
doraré de luna
tus cabellos.
No me
olvides,
así la
vida
pasará
feliz entre las flores,
los
cantos
y fulgores
de un
amanecer único,
sin que
enturbiar consiga
su
transparencia ufana,
el no tener mañana
como no
tuvo ayer.
No me
olvides,
de
nuestras fugaces dichas
es el
fugaz emblema
y
cuando las hojas de la flor
esconden
su perfume
se
extiende como el canto
pero
nuestro amor
es más
fuerte
e
inextinguible,
y con
su encanto
da
fulgor
a la alborada recamada
de oro
matinal.
¡ No me
olvides,
óyeme
en mi susurrar sonoro:
te amo
cada instante más!