Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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sábado, 23 de mayo de 2020
Quebranto tu voz
Quebranto tu voz,
la que se quebró en mil pedazos
de cristales angulosos,
ante el muro que,
infranqueable,
puse entre tú y yo
por la pena insondable que dejaste en mí
al irte sin siquiera un adiós.
No muy lejos… de frente…
viene un cuerpo sin vida,
es el mío,
desvitalizada el alma
que de pena lo contiene.
Quebranto tu voz,
para siempre no quiero
más rocío cristalino,
la ventana de mi alma exhala,
bajando en rapel por mi mejilla
que tú dejaste de acariciar.
Me heriste al desaparecer
y yo sola,
ante un alma vacía
que sufre y pena,
sin pudor se muestra.
Noche tormentosa,
madrugada solitaria,
recuerdo triste,
¿cuál fue el motivo de este alejamiento?
Quebranto tu voz,
no quiero ni de lejos que me llegue su eco.
Te vi
te amé
callé
sufrí
¡desesperación inmemorial!
lloré
sentí
morí
recé
pero por fin con fe
el dolor se fue.
Tú eres como el viento huracanado
quebrando las ramas de los árboles
buscando debilitar mi fuerza,
mi alma pura y noble.
Vivo ahora un sin rumbo ni distancia,
en un esperar callado y dolorido,
en una ansiedad de amor sin ilusión
al contemplar lo triste de tu olvido.
Este terrible dolor
que me atormenta,
esta angustia de saber
que no me quieres,
las horas de mi vivir
pasan muy lentas
sangrando mi corazón doliente.
¡Este tedio,
esta ruina de vivir sin esperar ya que tú regreses,
este miedo de tener que morir
esperando en vano que me beses!
Convertí sufrimiento en pena
y dolor en poesía,
olvido que espero para cantar poesía,
pido a Dios, Señor,
dé amor de nuevo
brótame a veces pidiendo que regreses.
Aquel amor
sin dolor
sin heridas
sin olvido
¡un amor tan sólo yo quería
y convertí mi ruego en poesía!
Deseos reprimidos
Deseos
reprimidos, escondidos, misteriosos,
ocultos en lugares secretos del alma,
todo en ellos son canjes,
ola y
nube, horizonte y orilla.
Deseos
reprimidos,
de
escapismos y desapariciones,
vuelos
a otros mundos
donde
la lucha no existe
y donde
está velando
en puro
juego
ese
ardoroso buscar
en la
plenitud del acierto.
Tratar
de encontrar el universo
cuando
se aclare
la razón final del movimiento,
del no
moverse,
del
esperar un mediodía sin tarde,
la luz
en paz,
renuncia
del tiempo al tiempo.
Deseos
reprimidos
que
buscan en mi interior
la plena consumación del amor pasional,
sensual,
del amor,
igual, igual,
que de
tanto ardor
me
conduce al sosiego
mientras
mi lira sin cesar lo aclama.
Deseos
reprimidos,
son el
eco que resuena en mis entrañas,
como los
versos en mi alma
que
cantan a lo grande
porque
van conmigo
con un
corazón que las alturas ama
en un
ideal cuyos fulgores persigo.
Aspiro
a que se insinúen
en el
real mundo en que vivo.
¿Qué
buscan?
¿Qué
esconden?
¿Amares
tumultuosos, espontáneos, vibrantes,
sin
doblegarse a un doble juego?
Deseos
reprimidos,
quiero
alcanzarlos, una vez, mil veces,
con decisión inequívoca,
con
prisa desatada,
con mis
ilusiones volando
hacia
altos templos de vestales iniciales.
Deseos
reprimidos,
los quiero por audaces,
los
quiero por ingenuos,
yo sé
que en sus anhelos hay horizontes
para
los mundos y los cielos.
Placeres,
quereres, poderes,
entran sin desearlos
a la porosidad lumínica
de todo
mi ser.
Deseos
reprimidos,
los
ansío dentro de mí,
por
doquier aparecen
en cualquier lugar,
en
momentos imprevistos,
sin
tener un ápice de necesidad,
de
poder, de poseer,
de
intentar aprisionar al amor
entre barreras semiabiertas
para
sentirme más libre,
dispuesta
a intentarlo todo,
a
descubrir lo más obvio,
a lograr el descubrimiento
del
deseo realizado.
Deseos
reprimidos, íntimos,
que
intuyen los aromas del amor,
que dan
vitalidad,
fuerza,
ternura y placer
para
que la vida transcurra sin tregua,
con
pausas moduladas,
sin
insistentes sobresaltos,
como
queriendo volar.
Deseos
reprimidos,
tejedores
de urgencias, de reclamos,
de esperas, sin prisas ni bravatas,
pero
con insistencia terca
para
poder llegar a recoger
el
aroma del mundo
y
sentirse dentro de él…
profundo
y con total fuerza
ilimitada y necesitada.
No estar contigo
No
estar contigo,
te desviaste
de la
senda
en la que yo te estaba buscando.
Te
entreví soslayadamente,
intuí tu venida,
te
esperé con todas mis ansias,
mi
cuerpo entero
clamaba
por ti.
Viniste
hacia mí
raudamente
como
relámpago de luz
iluminando mis mares internos
y te
internaste con alegrías,
con
ternuras
y
deliciosas caricias
como un
pájaro
picoteando
un campo pleno
y
fecundo
de
semillas estremecidas
de ser
encontradas.
Tu
llegada
duró
sólo instantes,
ya no
estoy contigo
y te
extraño tanto
que mi
corazón se estruja,
vibra,
palpita
y se
anega de lágrimas
largas,
interminables,
la
desilusión me colma
y los
pesares
inundan
mi alma
que
confundida
y
estremecida
no
puede comprender
los por qué
de
estos tan sólo instantes
de
felicidad total
y
pródiga.
No
estoy contigo,
no lo
estaré nunca más
en esta
vida del Hoy,
ni del
mañana.
Mi afán
ciego
por
creer
en tus promesas de amor
no me dejaron ver
que
ibas a ser
en mi
camino
sólo
una estrella fugaz.
Bañaste
mi alma
de luz
por un instante
y como
un cometa raudo
y veloz
su
estela
dejó
marcas indelebles
en mi
cuerpo
y en mi
espíritu.
Contigo
sentí el perfume
y la
suavidad
de una
flor recién abierta.
Suave
curva
la
entrega de nosotros
como
pájaros
que en
busca de lo soñado
hacia
todas partes vuelan
ensayando todos los cantos
de las
aves
que toda la Tierra pueblan.
No
estar contigo
es
sentirme
como
colmena vacía,
sin
zumbidos
ni
latidos
ya que mi alma está seca,
es como
hundirme
en un
mar de dolorosas tragedias,
me
hiciste mal,
me
hiciste bajar
a un
abismo
donde
la luz
no
penetra.
No
estar contigo
es
sentirme atrapada
en un
laberinto
de
verdes follajes
donde
los pájaros
no responden
y en un intangible ensueño
lejano
donde
las flores
se
esconden.
Y así
dejaste mi alma triste
y
abatida
viviendo
sólo en
la bruma
donde
mis ilusiones
se
pierden.
Te
pienso
y te
retrato fiel
sobre
el heliotropo
del
crepúsculo
idealizándote
con
ímpetu alado.
Sólo
eres ahora
un triste recuerdo,
un tesoro no conquistado,
un
espejo
donde
no se reflejan
nuestras imágenes.
¡Vete
ya!
¡No regreses!
No me
encontrarás
en la
inmensidad del tiempo,
ya eres
una saeta
que se
perdió
en el
azul cielo.
Para ti
escribí
los versos de amor
que no
llegaron nunca al papel
que los esperaba
con
ansias
entre
el olor de tomillos
y de
madreselvas.
¡Qué
dolor a mi pecho se derramó!
Voy en busca
de la
lluvia que limpia
y
rejuvenece mi alma
e
ilumina mi rostro
con una
sonrisa
para el
nuevo amor
que se
acerca.