Juntos
en la senda, recorremos desde la colina del nardo irradiando el fulgor que seca
las fuentes del llanto.
Juntos
por siempre aún en la lejanía, juntos en las sendas limpias, mis tristezas te llevas,
mi llanto, eres alegría y junto a tus palabras con sonrisas vas haciendo de a
poco una vida con colores brillantes y límpidos.
Nuestro
amor es como un anochecer y un despertar juntos, impregnado con nuestra piel
con la suave y cálida brisa de un nuevo día.
Juntos
en la senda, haciendo un hueco con la eminente llegada de la luz, soy voz al
fin,,. hermosa y amada, pura y descansada, pudiendo confundir mi mirada con mil
estrellas fugaces tocando una eterna melodía inolvidable salvándome del olvido.
Juntos
en la senda, murmullos silenciosos nos rodean y como secretos de la noche nos
unen en un todo de anhelos.
Juntos
en la senda, en la eminente llegada de la luz, somos dos voces unidas afinadas
y sincopadas, puras y límpidas.
Juntos
muy juntos sin olvidos ni inquietudes, el amor es el secreto de los siglos en
receso que va dibujando su invisible rocío cósmico en los atardeceres
temporales del espíritu y las palabras con sonrisas abrazan nuestros mundos
profundos y luminosos.
Juntos
bordamos una red de oro en forma de soneto y al escribir las palabras de amor más
sentidas como teje la ingeniosa araña su obra de arte para convertirla en fuente
de su sustento.
Juntos
en la senda, estábamos unidos pero no nos veíamos, nos percibíamos en noches de
secreto que nos unían, nos enseñaban.
Somos
dos seres únicos porque aún en la noche nuestras miradas se cruzan con un
atisbo intenso de amor.
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