No
sé quién eres, tú el que me busca, desde un lugar lejano queriendo escuchar mi
voz, salir en mi búsqueda. Intentas estar a mi lado furtivamente, despacio, sin
prisa.
Estás
muy cerca dejando señales, signos, casualidades, suertes, imprevistos
repentinos.
No
sé quién eres, expresas con sentimientos tu necesidad de saber de mí, quién
soy, para crear un lazo entre tu ser y el mío, entre nuestros entornos y
quieres espontáneamente expresar y encontrar paulatinamente un lugar en mi
vida.
No
sé quién eres, pero me das el motivo necesario para soñar y el aliento profundo
para continuar permitiendo que la flor de la esperanza renazca para seguir. Vas
poco a poco generando descubrimientos, sorpresas entre los dos, ideando
oportunidades de hacerse en opciones válidas .
No
sé quién eres, pero sabes estar y esperar con infinita paciencia a que nuestras
vidas se encuentren en el mismo camino como un recurso de gozoso futuro y como
con un toque divino mis suspiros fluyen pensando en quién eres tú.
Eres
como una gota de serenidad suspendida en agua como bálsamo que calma mis ansias
de amar aún no conociéndote.
No
sé quién eres, pero siempre estás queriendo saber de mí.
En
lo que nos separan laten, nos llaman, ávidas, las victorias futuras esperando.
Poco
a poco, me buscas como por un camino donde hay encuentros de dos seres que
nunca estuvieron juntos.
No
sé quién eres, pero con perseverancia y paciencia, día a día, te acercas más a
mí, tu voz lejana se acerca y murmura sin vernos palabras de amor muy dulces y
tiernas.
Logras
al fin que piense en ti aún en esta cierta distancia y mi ser se abre para
albergar algún día, un espacio para aguardarte si es que llegas, en una red de
ansiosas idas y venidas, de vuelos, en cercos sin prisión para quedarte reclinado
en mi vida en arrobada calma de paz y sosiego.
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