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viernes, 28 de septiembre de 2012

AÑORANDO TUS OJOS



Caminando el sendero, difícil sendero  de la soledad, se divisa  lejano el amor que me diste, ¡no importa, mi bien ¡ puedo quererte en la lejanía añorando tus ojos, espejos  de vida, porque sin ellos ¿qué sería de mí?
Arrebatadas fuerzas, vendavales del mundo se levantan y me turban.
Puedo quererte, ¡eso es lo que importa ,buscando el símbolo inexorable de la felicidad!.
Dulce placer, dolorosa herida,  añorar esos  ojos que una vez me quisieron tanto, mis ojos palpitantes añoran los tuyos, color de selva ardiente, plenos de vida ¡creo que aún me recuerdan, los quiero más y cuanto más los quiero, más me dejan!
Sálvame amor, dame la mirada obnubilada que me diste aquel día, cascada de amor, que no perece, isla habitada por dos ecos que se arrullan en el viento de dos  eternos amantes
¡Si lográramos quedarnos solos, prendidos a los restos del silencio tú y yo!, escapados por milagro del naufragio de aquel callar, se aboliría lo que no era nosotros en nosotros.
Añorando tus ojos  busco la luz, luz de eternidad, luz de vida.
¡No quieras tardar, mi alma  te extraña!, lozanía ardiente de dos espíritus amando en secreto, secreto divino.
Añoro tus ojos, mi cuerpo junto al tuyo, detrás del sueño, del amor,
desnudos, cómplices, creen haber sido así desde siempre, vírgenes de las telas y del suelo, creen que no pisaron mundo.
Añorando tus ojos  contra la claridad está latiendo mi ansia  de soñar un encuentro.
Puedo estallar en gozo  junto a tu piel, semidespierta, aquí en la penumbra, defendiendo inmóvil el esperado amor.
Añorando tus ojos puedo presagiar de dos lejanías, un solo silencio… 

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