Embrujamiento de amor, hechizo encantado que encendiendo
velas donde el viento sacude mi negra soledad, me lleva a evocar el pétalo de
tu sombra que vive en la eternidad.
El silencio me sigue, pienso en tu sonrisa y tu sonrisa está
conmigo y sigue clavada por siempre en mis ojos detrás de tu perfume que se
negó a partir.
Embrujamiento de amor, la lluvia desgrana el gris de tu
mirada, mi angustia se prende de cada gota pordiosera que me regala el recuerdo
de tus ojos plomizos y aleteante.
Me fascina lo que tú eres para mí, el fino aliento de la
aurora y el abrazo de sentimientos mansos.
Eres el conjuro que en mis días de tormentas la claridad
ladina que perfora nubes, la placidez del agua que en mi piel revolotea.
Me seduces, me encantas, me hechizas y toda esa cosquilla
que se mueve por mi sangre, te llama y te siente mío para siempre.
Embrujamiento de amor, cabalgando en vientos de perfumes y
oro, consumí tus besos de mariposas y miel, tus caricias me ataron a la sombra
de tu fuego y en tus palabras enredé mi alma para siempre aunque mi cuerpo te
siguió febrilmente por caudales de tiempos perdidos.
Soy tu niña, de la piel de nácar, aún en este otoño mío y
acaricio el silencio de tu ausencia, porque desde tu lejanía siento tus caricias
venir a mí, febriles y con desatada prisa que en galopes de metal y plata
llegan a mi cuerpo nostalgioso y anheloso de tenerte entre mis brazos, donde
bulle mi amor pleno.
Embrujamiento de amor, con la fuerza vital de la Tierra, me
interno en mí misma, salvaje y primitiva para lamer mis heridas y renacer bajo
la lluvia, soy quien soy y sé que soy un alma tejiendo amor.
¿Quién me ama más que
tú?
Con un hechizo de callado
empuje se te sintió venir desde soterrados soñadores, lindes de tierra por los
cuatro lados, bajar y subir desde tinieblas seculares a luces que como
miraderos de amor se ofrecen a nuestras almas de antes.
Embrujamiento de amor, toda canción está impregnada de él, esperando
que tú sepas como sentirlo, amanece en el papel, dejado por el viento y en una
blancura indecisa, va directo hacia tu trémula espera y acercándose va como
goces que llaman, suenan, como no estrenadas.
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