Todo me recuerda a
ti, el mundo que me circunda me hace pensar en ti, esta noche
y todas las noches, lejanas y cercanas.
No es sólo recordarte con mi pensamiento yo sola, desde mí, te voy
pensando comigo, exactamente, en todo el ancho mundo.
Todo me recuerda a ti, las estrellas titilando en el cielo
diáfano, el callado mar, las hierbas invisibles, los aromas y perfumes del
todo.
¡Qué de colores brillan en el recuerdo de ti!. Los luceros allá a
lo lejos, el agua cantarina, la arboleda trémula, palidecen frente al todo que
es recordarte a ti.
Todo me recuerda a tí, incluso la gran noche toda cuajada de
luces, misionera de un amor vuelto estrellas,
Eres mi crepúsculo sobre el agua, mi cántico y caricia que
amortigua la luz y mi arado de besos.
Todo me recuerda a ti, te veo hasta en mis sueños, eres mi cielo y
mi amor, mi ángel
de ensueño el que con su amor me eleva hasta el infinito.
Todo me recuerda a ti, te busco y te encuentro en setos de piedra
o tiempo, en espacios en blanco donde bailan las palabras esperándote ansiosas
para ir contigo volando a las hojas en blanco que las espera sin tiempo.
Todo me recuerda a ti y pienso en nuestras solitarias citas de
besos y abrazos sin fin, en las noches de estrellas y luceros.
Todo me recuerda a ti, la lluvia que golpea en la ventana con
rítmico compás, el perfume de las rosas que dejaste en mí, el silbar del viento
entre el ramaje bajo el verde vergel, el sonar de nuestra melodía.
En cada rincón de mi ser entre mis suspiros, entre mis sueños, en
mi alma, eres tú
el que existe hasta en mis silencios hondos.
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