Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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viernes, 7 de diciembre de 2012
Albores de esperanza
Albores de esperanza
contiene este amor que entre tenue ruido de alas, arrulla dos almas que se
encontraron en el instante preciso de mirarse, entre dos miradas en los tiempos
del alma.
Noche a noche, gestamos el lenguaje nuestro, sólo nuestro,
inaudible, que sólo se escucha en el pájaro, en la nube, en el mar, en una
serie sin fin de secuencias sonoras.
Albores de esperanza, empezar a amar en este presente, punto de
intersección entre
lo sucedido y lo por suceder, llama entre la madera y la ceniza.
Estamos juntos atravesando las páginas del amor entre luces y
perfumes de lilas, anclando un paso en la memoria en el perfil del poniente.
Albores de esperanza que al despuntar las mañanas nos llevan al
paraíso del vivir juntos los tiempos del alma y el cielo se vuelve todo alado
de sueños.
Albores de esperanzas, dulce sinfonía que despiertan en mi mente
fragmentos de palabras no pronunciadas ni escritas.
Cual suave rocío estelar, tú el que vino a mí, hidratas la sed de
mi alma, me das fe y templanza.
Albores de esperanza, en la más oscura noche, llegas como una
sombra tenue y una promesa de ilusiones para besarme dulcemente dejando el
querer junto a mí, dejándome el deseo de verter mi alma en versos a salvo del
olvido para que queden guardados en el arcón de los recuerdos.
Albores de esperanzas que nos conducen a abrazos tiernos a cada
día y a cada hora, llevando a mi corazón música que aquieta el fragor y la
desdicha ya no más desconsuelo de ausencias.
Reclamo de palabras que vienen por senderos lejanos buscando
versos en el corazón de esta poetisa, tejiendo, rápida e inconsistentes hilos
invisibles, acercándote con caricias pacientes para que la red del amor nos
envuelva.
Albores de esperanza, me llevan a buscar el latir de tu vivencia,
tu mirada en las nubes esparcidas, porque tu existencia siempre fue por mis
ansias presentida, para unir este amor con que existimos.
Gocemos estos sueños confiados y pacientes y mirarnos expresando
todo lo que callamos en este amor libre, sin ataduras, sin decepciones, pleno
de esperanzas e ilusiones.
Ya no tengo soledad
Ya no tengo soledad,
soñar contigo es quererte entre luces y sombras por la tierra y por el cielo,
entre los cánticos de las voces de nubes y alas.
Nos encontramos entre trémulas cimas de bosques muy altos, entre
las piedras que el mar viste de grises y azules, entre pájaros y flores.
En mi mente, mágicos momentos, surcan mi ser entre pasiones
ocultas, ilusiones y remembranzas de nuestro querer.
Ya no tengo soledad, nuestras almas flotan liberadas por los
anchos espacios de todos los crepúsculos como si fueran nubes o pájaros, hacia
caminos ciertos y horizontes cercanos en una música de vacío.
Ya no tengo soledad, desde lejos mi amor como saeta al viento te
busca y cae sobre tu pecho desde las honduras de los cielos y ya parece que
estamos juntos, que el amor es nuestro y dulces son los besos que guardados
estaban .
Es mucho mejor haber amado y perdido que nunca haber amado y
perdido, por eso la distancia no es ausencia, los besos en los labios del aire
de la noche, desde el lecho de tréboles y techo de luceros te llegan guiados de
manera misteriosa, para que puedas sentirme tuya.
Ya no tengo soledad, siempre están en nosotros, en nuestras memorias
encerrados en arcones y atrapados en redes, nuestros recuerdos que van enteros
entre tú y yo para no abandonarnos nunca y aunque no nos veamos estamos juntos
unidos por lazos invisibles.
Nuestro amor viene de no sabemos qué profundidades lejanas, sí de
honduras de cielos y lo guardamos, parece que está siempre aquí, guardado entre
besos y caricias.
Ya no tengo soledad, mi alma está con tu alma en un momento que
llamamos infinito y todas las aguas, el aire, los pájaros improvisan nocturnos,
tocan su música melodiosa de alfabeto romántico.
Ya no tengo soledad, las auroras brillan más, borran noches, las
estrellas se leen con miradas lejanas y claras y las tierras más remotas nos
unen en un callado sentir.
El tiempo borra al tiempo dejando una gran hoja en blanco para que
los códigos, las letras, los alfabetos dejen en versos, los guiones de vida que
estamos viviendo en este gran mar de amor donde no hay soledad, sólo dos seres
amándose a la luz de oírse y musitarse en ese mundo de ellos dos.
Vivir soñando
Vivir es un cayado
fuerte donde apoyo la esperanza, mis horas contigo están perladas de alegrías y
mi ser es todo canto vibrando de armonía.
Existencia del vivir, embelesado de amor, con el alma soñando
entre versos que son la savia de un espíritu que aflora sensitivo en todo su
esplendor.
¡Quién pudiera vivir siempre soñando!
Vivir amando perdiéndonos en nuestros silencios y sueños que
podrían ser terribles pesadillas o dulces maravillas, desprendiendo tizones y
luminosas chispas ardiendo en el delirio del abrazo.
Vivir soñando que volamos juntos hacia lugares remotos, surcando
con ansias locas distancias donde dilatamos en cantos fuertes melodías de amor.
Vivir soñando, veo pasar fagaz la centella como un instante fugaz
en mi vida e ilumina mi alma, tenerte es para mí tanta ventura, seré para ti un
oasis de paz y de ternura, así
es mi amor ¡tómalo!
Vivir soñando, me aíslo contigo en un ensueño y nuestras almas
vibran en unísono canto y espero tu caricia etérea que rozará mi todo.
Sueño que de noche estás a mi lado, no quiero tu ausencia porque
no deseo sentir que no estás presente.
Sueño estar contigo, mi mano en la tuya, cálida, viva, tierna, palpitando
en la mía, siento que inundas mi vida de melodías y apuro el cáliz que me
brindas.
¡Sueño! ¡no te vayas! ¡Déjame vivir soñando!, que por la senda de
tu alma se desliza la mía, resplandeciendo las dos en el azul vacío del
fantástico mundo en el que nos encontramos, buscándonos a tientas, iluminando
el orbe con nuestras luces internas como milagro de un sueño de dos.
Visiones albas
Visiones albas,
luminosas como caminos de espejos, y por ellas te vi venir hacia mí.
Traías cantos nocturnos de amor para que los escuchara sólo yo,
blancos y puros, inocentes como canto de pájaros.
Visiones albas llegaron a mí y te di la ofrenda de mi cuerpo y de
mi voz como un ramo de flores blancas que abandona el viento en el umbral.
Caminamos juntos en senderos de flores albas y juntos recibimos la
delicada urgencia del rocío.
Visiones albas que con voces prístinas se van por el espacio
cantando para que en las largas esperas de las ansias sean rumores que quiebren
las agujas de hielo de los que nos separan.
Visiones albas que
nos hacen leer palabras no mutiladas por el tiempo, ni dueñas del silencio, sí
son vigías detrás de los poemas.
Amor albo, cual marfil como un lirio florecido iluminas nuestra
vida encendida por el rayo de la luz blanca y brillante.
Visiones albas de un amor eterno y febril que nos hacen llegar del
sonoro teclado del blanco clavicordio, canciones sonoras, que hacen estremecer
nuestros corazones rebosantes de dulces caricias y a nuestros brazos ramilletes
de blancas flores que con sus cálices perfumados nos inundan como una canción
matinal de amor.
Visiones albas, cual intacta nieve de crestones blancos y cual
perlas nítidas escondidas en el mar profundo, nos hacen vibrar al unísono y
unirnos más blancos que los blancos vellocinos y más pulidos que el mármol
transparente, iluminándonos con la luna blanca que en el espacio riela y nos
hace amarnos más allá del todo en un mar albo e infinito.
Consumiéndome el alma
Consumiéndome el alma, el alma toda, es el amor que por ti siento que es como un río transparente y tumultuoso que se vierte entre los vericuetos de mi Yo y me envuelve sin resistencia ninguna.
Me vas llenando de arroyos para que se deslicen por mi interior y
sea toda tuya, todos los días, a toda hora.
Consumiéndome el alma, mi amor toca panderetas y flautas en las
montañas y valles lejanos para esparcir besos que lleguen a ti desde lejos como
cascadas de palabras y caricias.
Te hago llegar cascabeles de sones y músicas para que tranquilices
mis pasos para ir buscando en tu mente un espacio prolongado por donde pueda
escabullirme y entrar para conducir mi amor todo dentro de ti.
Llévame a volar contigo para no perderme en la ruta de un triste y
moribundo pasaje que se durmió ayer.
Consumiéndome el alma, tu amor me convirtió de mujer y musa en
poetisa que se despertó junto a ti.
Y como un Fénix que se extingue en las llamas consumiéndome en la
pasión inducida fui resurgiendo en las cenizas con mis poemas a flor de piel.
Consumiéndome el alma rompiste mi corazón y no me alejo de tí
porque no sé vivir sin
tu ausencia aunque ella se burle de tu presencia .
Yo había llegado a ti, por un inexplorado camino, vestida de
lluvia y de recuerdos, rondando con la risa, la vida de ambos, pero tú no
sentiste que ponía soles y luces entre
tu piel y la mía y te alejaste en el tiempo, al otro lado de la
luna, en lo hondo de la noche azul, llevándote la prolongación de mi sonrisa y
dejándome tan sólo la mitad de mi alma en la agonía de la espera eterna.