Una mirada furtiva,
huidiza, escalofriante,
que me deja
anonadada,
en temblores
que provocan en mi
alma
desazones sin fin.
Entre los dos
el silencio se alarga
y crece.
Sentidos que laten
los embates
que el tiempo desafía
entre cenizas y ruinas
que en una larga
agonía,
se duermen en un
escondite secreto.
Una mirada furtiva
que hace que cierre
mis ojos
para no sentir que te
he perdido
para siempre,
no siento el cercado
de tus brazos
ni veo tu fuego
que en los fuegos
arde.
Te llamo hasta
quebrar mi voz,
por eso me derramo
en llantos y sangra
mi corazón.
Una mirada furtiva, cautelosa,
siguiendo en pos de
mí
como una aparición fantasmal
para no dejarme
encontrar
el camino hacia mi
espiritualidad toda,
conmigo misma.
Así, en movimientos
lentos
como alas de aves
en un rítmico volar
mis sueños se elevan
a cielos infinitos
para perderme lejos y
no sentir
sobre mis hombros
cansados
tu mirada furtiva,
sigilosa,
cuando tú y yo en
pequeñas pláticas
hacían nacer mis
suspiros de desesperación.
¿Por qué mis suspiros
renacen
y vuelven
entrecortados y estremecidos
desde el fondo de mi
alma
cuando estamos
juntos?
Hay algo en mi cuerpo
que viene de un
tiempo lejano,
es una querencia,
un ansia de volverte
a ver,
a verte,
de seguir
contemplando tu antigua mirada brillante,
a veces triste,
nunca disimulada,
ni solapada.
¿Por qué amor mío,
tu antigua mirada
no es la misma en mi
presente mirando?
Me reconozco y la
extraño.
¿Dónde está?,
¿Vivo en ella?
¿O ella en mí?
Mirada furtiva,
cae sobre mí como una
fuerza
que me invade y
enajena mis sentidos.
¡Vete ya de mi vida!
¡No te quiero frente
a mí, me desespero!
Sin sintonía, mi
cuerpo se marchita,
mi mente se obstruye,
mi corazón se agita.
Quiero sentirme capaz
de ser mi propio
apoyo,
de ser mi tránsito en
esta vida mía.
Mirada furtiva,
oculta en tus ojos
negros,
me lleva al submundo
del resto de la Creación.
¡Déjame vivir libre,
con sentimientos
claros y preciados!
No deseo sentir
ningún vínculo con tu vida,
¡Haz la tuya!
Tengo sed de visiones
nuevas,
las que me proyectan a un nuevo mundo,
azules tenues
que me llevan a
azules perfectos,
lejos de tu mirada
furtiva,
ajena a mí,
en un callado empuje
que me eleve por
aires alados
a horizontes plenos
de luz y de amor.
Dame mi libertad,
mi espacio abierto
en campos de amapolas
y alelíes
entre bandadas de
visiones
con mis ojos cerrados
que me llevan
a mis lugares íntimos
y secretos.
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