Perfume
El silencio me trae tus
ojos de perlas temblorosas.
El murmullo de la calle
fragoso, miro por la ventana en oleadas,
de viento y humo con la
esperanza de que vienes.
Y ya vienes.
Pero no vienes.
El silencio sigue, pienso
en tu sonrisa.
Y tu sonrisa está conmigo
y está clavada en mis ojos.
Pienso en tus caricias.
Y tus caricias corren
hambrientas sobre mi piel dormida.
Me niego a despertar.
No quiero ver la soledad
detrás de tu perfume que se negó a partir.
Tu perfume sigue en mi
piel.
Me hace recordar los momentos
en que la felicidad inundó nuestra vida.
Cae la lluvia donde tu
sombra vive de eternidad.
Te amo y nunca dejaré de
amarte.
“Ayer
acaricié el
pétalo
de tu sombra.
¡Qué
extraño fue!”
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