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jueves, 4 de febrero de 2016

Desilusión


Llorar en una noche oscura
que desnuda pronto la verdad.

Llorar en una mañana fría
que estrella los suelos
contra la realidad.

Llorar y sentir en las mejillas la vida
entera que rodando se va.

Llorar un amor que pudo ser
y que nunca será.

Llorar por ilusiones que algún día renacerán
pero que ahora están buscando
un horizonte que quizás nunca podrán hallar.

Llorar por una promesa de amor
que nunca se cumplirá.

Llorar por una herida profunda
que solo el tiempo podrá curar.

Llorar porque uno quiere y no lo dejan amar
porque alguien me dijo un día que era inútil luchar
y porque  a pesar de eso,
nunca deje de soñar.

Llorar como gotas perdidas
de un gran manantial
que de a poco inundan mi alma
como un gran mar.

Llorar para desnudarse de todos los apegos
esos que se van encontrando
a lo largo de la vida.

Llorar entregando como un rio
todo mi ser al infinito
para que me conduzca al amor
que me está esperando.

Llorar para dar alivio a mi mundo interior
para que el aliento profundo
permita a la flor de la esperanza
renacer con plenitud.

Llorar para vivir amando
entre suspiros entrecortados y hondos
con toques divinos
en los que anida el amor dispuesto
a entregarse con todo su luz.

Llorar gotas de serenidad
como bálsamo que calma y anuncia el ensueño
que se escucha venir
para que mi ser viva pleno de vida
en un océano de amor
que me lleva a lo inmenso de amarte.

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