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viernes, 9 de noviembre de 2012

Dolor del alma


¡Oh! cuanto tiempo silenciosa el alma, ni un gemido se escucha, ni una queja.
El tiempo vuela con alas de golondrina cuando debería quedarse quieto y parece inmóvil cuando debería volar.
Dolor del alma, cuando al quererlo la suerte se mezcla en nuestras vidas.
De la ausencia, las penas desconocidas y envueltas en el misterio que subyugan, van con rapidez que asombra, van llevando ilusiones a la sombra.
Dolor del alma, con un péndulo inmóvil que ya no cuenta las horas que se van, no siente los minutos cadenciosos a golpes del corazón que adora, aspirando la magia embriagadora de tu amoroso afán.
¡Abandóname dolor del alma!
Llévame a la intensa voz de ternura, que vibra en el alma de mi amante, como entre la noche oscura una campana distante nos busca para encontrarnos entre recuerdos perdidos de angustias y desengaños.
¡Dolor del alma! crece como una alta llama, envuelta en gasas y tules blancos y me lleva por encima de ocaso a otros mundos buscando la paz, el sosiego, ¡no más penas desconocidas! que se mezclan en nuestras vidas.
¡Sí la luz al alma!
¡Sí que aparezcan en nuestro mundo interior, luces, músicas y poemas de amores eternos!
¡Dolor del alma! ¡Vete pronto! ¡Déjame encontrar el cariño dulce y tierno que dé a mi alma calmas hondas y vívidas ternuras, besos puros y dichas profundas!
Y así poder seguir escribiendo mis poemas a los que entrego mi vida, los vivo como un anhelo porque soñadora soy.
¡Dolor del alma, ya no más!, pondré música a mis palabras y así la brisa suave y breve los llevará hasta ti, amor esperado por siempre.

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