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miércoles, 10 de noviembre de 2010

Quimera

Quimera de ser feliz en una mera ilusión de mi alma, desde mi cuarto en penumbras, con persianas en ascuas y puertas invisibles, porque estoy esperando al amor que vuelve de aquel mundo perdido donde hubo tantos sueños.
Quimera de felicidad bebiendo el zumo destilado de mi sueño, dejando en una estela de luz mi desamparo.
Con los ojos cerrados lo veo flotando a la deriva iluminándome de lejos para encontrarme en su memoria donde quedó grabado mi nombre y mi voz.
Quimera, entelequia mágica que me da fe en el recuerdo de frondas que pasaron pero que me lleva a futuros de innumerables días de amor, de alucinación y fantasía, bajando la luna y volando en sus brazos.
Quimera, ensueño, sin misterios ni rumbos inciertos, sí con delirios de pasos que se juntan en el silencio del aire, que se llena de ternuras en un amor puro, que envuelve con total arrebato a nuestros cuerpos donde la luz tímidamente se asoma.
Quimera, visión sin desolación, con luz de dorada dulzura, de luceros altos que nos llevan con caricias en las manos, lentamente a caminos ya no cerrados con resplandores sin penas.
Quimera, mito de este amor consagrado en un ensueño pleno de miradas, de palabras, de deseos, susurrándonos suspiros entrecortados, ilusiones de eterna pasión.
Quimera de sentirme amada, con este amor de verdad ya que lo imposible siempre llega, felicidad que nos trae el tiempo por horas que van y vienen, por el aire y que espero con una celeste paciencia porque sé que el momento está por llegar.
Quimera, sin delirios ni brumas del pasado, sí con sueños en los que me sumerjo y estoy contigo,
Volveré a tu ternura y empezaré a decir lo que nunca hubiera dicho ¡te espero! ¡eres el mito hecho realidad!

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